Boda Equivocada

Hermanos inesperados.

Yoongi nunca tomó en cuenta las palabras que la bruja le decía cuando ella vivía en el palacio, ni siquiera cuando con su último aliento, le... ¿Advirtió? Que Joonhyuck sería su destrucción, pero vamos, el chico le tenía miedo desde siempre, no se atrevía a cruzar miradas y ni siquiera entraba en la misma habitación que él. No era su culpa, juzgar a la bruja una loca.

Pero en ese momento... viéndolo ahí, en la entrada del palacio que se había creado Jisung, sonriendo con socarronería mientras que su tío estaba arrodillado mientras sostenía el inerte y degollado cuerpo de su hijo; se dio cuenta que Joonhyuck había cambiado. Al niño que antes le daba miedo la sangre, en ese momento tenía las manos escurriendo de ella. Aquel joven que lo miraba de vez en cuando con miedo, lo estaba mirando fijamente con un odio que nunca había visto en alguien.

Decir que lo asustó sería mentir, pero lo que sí sintió fue preocupación de que alguien como Joonhyuck —aunque no haya sido demasiado bueno con Yoongi, lo había observado en la soledad que varias veces azotaba al bastardo y se había dado cuenta de que era de cierta forma, buena persona. Amaba a los animales y a los niños del pueblo, varias veces lo vio llevarles comida del palacio y jugar con ellos— Estuviese siendo consumido por la oscuridad.

—Tienen que irse—ordenó Yoongi a sus amigos.

—¿Qué? No—Jimin negó molesto, diciendo lo que todos querían decir.—Hyung, no debe enfrentar esto solo.

—Esto es entre él y yo—insistió Yoongi, tomó la mano de Jimin y la llevó a sus labios para dejar un pequeño beso en ella—. Mi hermoso príncipe tiene que estar a salvo. Por favor...

—Tu hermoso príncipe sabe luchar—Jimin no quería sonar molesto, pero fue lo que transmitió su voz e hizo que Yoongi lo mirara preocupado. — Yoonie, no lo dejaré solo con él. Pelearé contra el mundo entero si se trata de usted, no importa el desenlace.              

—Sí algo te pasa, no...—las palabras de Yoongi fueron interrumpidas por los brazos de Jimin que lo rodearon con cariño.

—Yo no me perdonaría, si algo le pasa y yo no estoy ahí para usted. —Jimin guardó silencio unos segundos antes de comenzar a hablar de nuevo— Aunque claro está que no dejaré que algo le suceda.

—Juntos contra el jodido destino—susurró Yoongi sobre la sien de Jimin, quien asintió con muchos sentimientos a flor de piel.

 

[...]

                

—Eres la única pieza que falta—le insistió tomándolo por las mejillas para que lo mirara a los ojos—, tú puedes evitarlo. Tienen la misma madre... por lo tanto también una conexión.

—¿Qué te hace pensar que me hará caso? Está segado por el odio—sus brillantes ojos se entrecerraron con confusión—. Espera... ¿Crees qué yo también lo estoy? Yo soy un amor.

—No con Namjoon...—recriminó flojamente para que Seokjin no se sintiera abrumado— Oh vamos Jin, tienes que dejar ese odio hacia al chico de bonitos hoyuelos.                    

—No es odio...—se libró de las manos del chico y recargó su espalda en el respaldo de la silla— Solo... es una manera de mantener a raya mis sentimientos. Sé que han pasado años de lo nuestro pero, no sé, cuando lo vi ahí colgando del árbol con esa tonta sonrisa con hoyuelos; los sentimientos que creí que ya no existían, regresaron y me golpearon brutalmente.—la voz de Jin se iba haciendo cada vez un poco más baja, pero lo suficiente como para ser escuchada—Y cuando vi la manera en la que ese bonito niño azabache con grandes y brillantes ojos lo miraba; supuse que Namjoon había avanzando y encontrado a alguien que si pudiera darle todo ese amor y felicidad que él merece, pero...

—¿Pero...?—cuestionó al ver que Seokjin se había quedado varios segundos en silencio.

—El niño es su hermano... bueno, es adoptado y aunque suene cruel, porque me di cuenta de que Jungkook quiere a Namjoon de una manera más intensa y hermosa que a un hermano, me sentí feliz y estuve a punto de pedirle hablar para arreglar las cosas.

—¿Y por qué no lo hiciste?

—Las palabras de su padre y del mío llegaron a mi mente, no puedo dejar que lo lastimen.

—¿Y Taemin?

—Lo odia, lo culpa por la muerte de nuestra hermana—su voz se había debilitado por unos momentos, pero se recuperó carraspeando. —... aún si quisiera estar con él, nada está a nuestro favor.

—Jinnie... algunas veces, para ser feliz se tiene que ir contra la corriente. —vio a Jin cerrar los ojos mientras soltaba un cansado suspiro, el chico se estaba matando lentamente con esas palabras que no había podido decir aún.— Por eso, tienes que ir al encuentro de todos ellos y cambiar su destino. Porque ellos te harán feliz.

—¿Dónde? —y aunque pudiera que Namjoon ya no estuviera interesado en él, entre ellos estaba Yoongi y el chico también era un buen motivo para buscarlos.

—Las tierras bajas, pero ellos ya están ahí... tendrás que llegar en minutos.

—Oye, pero yo no vuelo—se quejó Jin abultando sus labios, sin embargo, segundos después sus ojos se iluminaron con emoción—. ¡Pero Hatkog sí! Ella me llevará, ¿Cierto?

—Sí, lo hará—después de esas palabras, comenzó a gritar palabras que Jin desconocía, ya que sólo los maestros Tewj hablaban ese idioma— ¡Lleva a Jinnie a las tierras bajas!




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