“Un reflejo del pasado ”
Draco se había quedado profundamente dormido sobre un montón de libros, Harry se había acercado para colocarle una cobija sobre los hombros.
El azabache había insistido en quedarse ese día junto a Malfoy, la verdad es que en el estado que se encontraba Narcissa, con aquellas explosiónes inesperadas de magia, era conveniente tener un auror que pudiera controlar la situación. Sin embargo convencer a Draco no había sido nada sencillo, el chico había dejado bien en claro que el era un mago perfectamente capacitado para encargarse de su madre sin ningún tipo de ayuda. Y claro, de eso Harry era plenamente consciente, pero aún así insistió en ayudar.
Finalmente Draco había aceptado el ofrecimiento de Harry. Después de todo la semana había sido muy complicada, estaba cansado y aún tenía que estudiar para un examen.
No hubo demasiada plática durante el tiempo que el azabache estuvo en la casa, prácticamente había sido ignorado, Malfoy había seguido haciendo las cosas de manera normal, bueno, si a eso se lo podía decir así. Harry dudaba que fuera común que un chico de veinte años pasara leyendo sin apenas probar bocado de comida durante todo el día.
--Draco...-- Harry removió suavemente al chico quien despertó un tanto exaltado.
--¿Que? Ah... eres tú.-- el chico se pasó una mano por el cabello para luego mirar brevemente el reloj.-- las diez... -- dijo un tanto extrañado.
--¿Qué pasa? -- pregunto Harry igualmente confundido.
--Nada, es solo que pensé que fuera tan tarde... es decir... es que... No es que no agradezca tu ayuda, Potter, pero no tenías que quedarte hasta ahora, no era necesario.--
--Si que era necesario. Te miras terriblemente cansado, no lo puedes hacer todo tu sólo. --
--Me las e arreglado yo solo desde siempre Potter.-- dijo Draco soltando un pequeño suspiró.
--Pero no tiene que ser así todo el tiempo...-- insistió Harry.
--¿Y a quien podría acudir? -- pregunto con fastidio el rubio.-- No es como si hubieran muchas personas en las que confío y en quiénes lo hago, jamás les pediría ayuda para esto.--
--¿Porque no?--
--Mira Potter, tu estas muy acostumbrado a tener ayuda de todas las personas que te rodean. Fue así en Hogwarts y es así ahora. Pero yo no acostumbro a inmiscuir a la gente en mis problemas.--
Harry contemplo a Draco en un total silencio durante unos breves momentos. El chico estaba siendo cortante, lo que era de esperarse, también se comportaba de una manera algo grosera, nada fuera de lo normal desde que le conocía en Hogwarts. Pero, por primera vez Harry no fue capaz de creer en esa faceta de Draco. Le miró durante el suficiente tiempo mientras convivía con los muggles, como para saber que esos modos de fastidio y superioridad eran sólo una pantalla.
-- Yo podría ayudarte. Si tu quieres.--
Ante aquella propuesta Draco no pudo responder de otra manera que no fuera una carcajada. Lo que hizo fruncir el ceño al azabache.
-- ¿Qué es tan gracioso? --
--No te ofendas Potter -- dijo Draco aún con la risa en su voz.-- Pero tu eres la última persona a la que yo acudiría.--
Está ocasión Harry se inclino hacia él, quedando a su altura y a unos pocos centímetros. -- Soy la última persona Draco. No veo a nadie más.--
Los obres grises le miraron en esta ocasión con más seriedad, la risa se había ido y por fin estaba prestando atención a Harry.
-- ¿Porque te interesa esto? Jamás te importe yo o mi familia durante todos estos años, y ahora de buenas a primeras ¿Me ofreces ayuda?-- Draco se hizo un poco hacia atrás para poner algo de distancia entre él y Harry -- No fijas interés, no necesito lastima.--
--No lo hago. Yo...-- y se quedó en silencio, decile cuanto le interesaba era delatarse, darle a entender que llevaba tiempo observarlo, y dudaba que eso le resultará grato así que solo le quedaba esquivar el tema-- Escucha... no sé el porque pero debes creerme cuando te digo que esto realmente me interesa.--
-- No puedo creerte, sería darle el arma a mi enemigo para que me dé el tiro de gracia.-- respondió Draco apartando la mirada de Harry
--Pero yo no soy tu enemigo, Draco, los juegos de niños terminaron hace tiempo.--
Draco no habló y no le miró durante un largo momento. Era difícil, y eso Harry lo sabía, confiar en la persona que durante mucho tiempo te amargó la vida. Pues incluso para él, resultaba arriesgado ponerse en una situación vulnerable ante la persona que tenía en frente, y es que Harry conocía a Draco, al chico insufrible, clasista, grosero y creído con el que estudió en Hogwarts. Pero este Draco, amable, callado, vanidoso y brillante era una persona completamente extraña para él.
Se sentía un poco... ¿Celoso?... Y es que para Harry, saber que ese Draco que tanto llamaba su atención, le conocían tantas personas menos él, que lo que sabía, lo había visto de lejos. Estaba arto de eso.
--Draco.-- Harry extendió su mano colocándola suavemente sobre la mejilla del chico haciendo así que este le mirara. Los obres grises reflejaban cierta sorpresa y es que eso era parte de un todo de lo que sucedía. Qué Harry Potter le llamará por su nombre, que su mano estuviera tan atrevidamente colocada sobre su mejilla y que la voz del azabache fuera tan... suave... Sin embargo no se apartó, no pudo hacerlo.
--¿Sí? -- se aventuro a preguntar aún u tanto renuente.
--¿Puedes tocar el piano para mi?--
Draco frunció el entrecejo. ¿Cómo sabía Potter que él...? y se interrpio en aquel pensamiento, era obvio, si el chico vivía a lado de su casa, estaba claro que en alguna ocasión le había escuchado.