Jungkook celebraba su cumpleaños 12 cuando se presentó como omega. Su familia estaba muy feliz y realmente creyó que había sido muy afortunado ya que sus compañeros del colegio omega le contaban auténticas historias de terror sobre lo que era ser la "desgracia" de la familia. Estás historias eran mucho peores en omgas masculinos, los cuales eran una rareza. Las chicas eran mejor recibidas, parecía mucho más natural. Sin embargo los chicos incluso eran despojados de su hogar, los sacaban de los colegios o eran terriblemente maltratados en casa.
Pero no era su caso, Jungkook fue llenado de amor y cariño, su mamá incluso le había comprado ropa muy linda, aunque bastante corta y un tanto incomoda. Debía admitir que cambiar unos cómodos bóxer por ropa de encaje qué apenas le cubría, no era muy agradable. Tampoco lo fue pasar por un proceso de depilación láser por todo su cuerpo, como si incluso él poco bello corporal qué tenía fuera desagradable.
Su lindo cabello negro había sido teñido a un rosa muy pálido, y paso por una cirugía dental muy costosa y bastante dolorosa.
Sin embargo Jungkook se decía que era la emoción de sus padres por tener un lindo hijo omega. Y sin embargo no se habían detenido ahí, Jungkook también fue sacado del colegio, pero en cambio fue llevado a un montón de clases, como: natación, gimnasia, pole dance, idiomas, incluso modales.
Su tiempo libre era escaso. Sus comidas dejaron de ser divertidas y tenía un médico específico para cuidar su peso y sus celos. Los suspensores estaban prohibidos para él, por lo que sus padres se limitaba a dejarlo amarrado a una cama, bien encerrado en su habitación para pasar los más dolorosos celos. No estaba permitido tocarse de ninguna manera, ya que eso lo haría un Omega sucio e impuro. Claro que Jungkook no quería eso, así que se obligó a soportarlo. Esos días los odiaba con todas sus fuerzas, y para ser sinceros, después de seis años, ser Omega ya no le parecía tan bonito.
Sus padres le cuidaban, debería sentirse agradecido, y sin embargo extrañaba mucho comer lo que le gustaba, echaba de menos la escuela, extrañaba su ropa cómoda y sencilla, y extrañaba mucho su bonito cabello negro.
Sus padres habían insistido en una rinoplastia, pero Jungkook había llorado tanto y había rogado con un ímpetu tan intenso que les hizo desistir de la idea. Tampoco quiso la cirugía del doble párpado o colocar relleno en los labios, pero no pudo librarse de una otoplastia.
Su mamá decía que era como un muñeco de porcelana, Jungkook se decía a si mismo que eso tenía que ser algo bueno, ya que tanto sacrificio tenía que valer la pena.
Deseaba volver a ser él mismo, sin embargo, ya ni recordaba como era lo normal. No tenía amigos, sus padres habían conseguido que cortara el contacto con todos. Sin darse cuenta, todo lo que Jungkook tenía era a ellos.
Una noche su madre le subió al auto y condujo varios kilómetros sin querer decirle a donde irían. Pararon en un hotel bastante bonito y de apariencia costosa. Saco un bolso de la cajuela y lo llevo a una habitación de los pisos más altos. Jungkook no tuvo mucho tiempo de detallar nada, apenas entro a la habitación su madre le pidió que se desnudara.
-- Pero mamá yo no...--
-- Quítate la ropa y ponte esto. -- dijo extendiendo una bata de seda blanca bastante transparente.
Con gran vergüenza, Jungkook lo hizo.
Estaba temblando, se sentía extraño y debió admitir que estaba en un estado de pánico.
-- Un alfa va a venir a verte, haz todo lo que te pida y más te vale portarte bien.--
-- ¿Un alfa? No mamá, no quiero, no me dejes solo con él, por favor...--
-- Ya mi niño, tranquilo. Yo se que estás muy nervioso. Pero mira, tomate esto, te sentirás mejor. Nada malo va a pasar.--
Jungkook tomo un trago de la botella de jugo qué su mamá le había dado, y se sentó en el borde de la cama intentando calmarse. Las cosas parecían ir bien hasta que comenzó a sentir un calor ya conocido en su vientre y un líquido gotear de entre sus piernas. Sus ojos se abrieron con horror y su madre salió prácticamente corriendo de la habitación. Jungkook intento seguirla, pero la puerta no cedió.
Tenía mucho miedo, era un lugar desconocido, estaba desnudo y no tenía ningún amarre para pasar su celo.
Jungkook cayó de rodillas cuando la primera ola de calor lo golpeó con fuerza.
Quería ir a casa, esto no le gustaba, quería esconderse del mundo y desaparecer.
Cuando la puerta se abrió y el olor a vino le golpeó, su Omega se descontrolo por completo. Comenzó a llorar cuando sintió que estaba perdiendo el control de su cuerpo.
El hombre lo tomo rápidamente en brazos y lo colocó sobre la cama. Contrario a lo que pensó, el alfa lo cubrió con una manta.
-- ¿Te encuentras bien? --
-- Por favor... no... yo... alfa...-- gimió y apretó fuertemente las piernas.
Jin maldijo, cuando su hermano le dijo que había dejado un regalo en su habitación no pensó realmente que se atrevería a algo como esto. Salio un momento del dormitorio y marco el teléfono de Seok Jung quien respondió rápidamente, como si ya estuviera esperando su llamada.
-- ¿Qué carajos pasa contigo?-- soltó Jin realmente enojado.
-- Un gracias estaría bien. -- soltó con una risa. -- ¡Feliz cumpleaños! --
-- SeokJung, eso no es un regalo, es un niño. ¿Cómo diablos se te pudo ocurrir algo así? --
-- Oye, ya tiene 18 años y salió muy caro, no tienes una idea. Esta sin tocar y es realmente bonito. Además, no tienes que devolverlo, el omega esta a tu nombre. Deberías dar las gracias. --
-- ¿De que diablos estas hablando?-- cuestionó bastante desconcertado.
-- Tranquilo Jin, es legal. El omga fue sacado de un criadero. Fue educado toda su vida para esto. Es un gran juguete. Claro que si no lo quieres, puedes traerlo a mi habitación. --
Jin colgo el teléfono realmente asqueado.
Ya sabía que había omegas vendidos como juguetes sexuales, pero verlo, tenerlo, esa era otra cosa. Volvió a la habitación solo para encontrarse al pobre chico hecho un ovillo y llorando a mares. Apretaba los puños con fuerza, parecía hacerse daño.
-- Oye niño, me voy a ir de la habitación, tu puedes buscar alivio por ti mismo ¿Esta bien?--
-- No, espera... por favor... necesito amarres... te lo suplico...--
-- ¿Amarres?--
-- Un Omega no debería tocarse... un Omega tiene que ser puro... no quiero ser un mal omega... mamá se enojara conmigo. --
Jin se sintió casi enfermo al considerar siquiera que alguien le negara a un Omega algo tan básico como aliviar el dolor de un celo. ¿Cómo pueden hacer algo como eso?
Tomo una profunda respiración, y se acercó para revisar mejor al chico. Quiso apartar los cabellos rosas de su frente y sintió la fuerte fiebre. Este no parecía un celo común, la habitación apestaba no solo a exitacion sino a miedo. Con 27 años, SeokJin sabía cómo lidiar con omegas en calor, no era alguien que cayera fácilmente ante algo como esto, y sin embargo no era de piedra, le seguía afectando.
Tomo lugar en la cama y cargo al chico acomodandolo en su regazo. Era un Omega precioso, sin duda, tenía un cuerpo bonito aunque tan delgado que parecía que podría romperse en sus manos.
Fue una noche terrible, tuvo a un pequeño Omega rogando por él, casi delirante, y el médico beta que había llamado, solo dijo que lo más conveniente era obligarlo a liberarse en su celo, lo que para SeokJin era abusar del niño.
No lo hizo, por más loco que su alfa se sintiera. Tuvo que tomar un par de suspensores para mantenerse en control. El peli rosa no ayudaba mucho, cayó en la inconsciencia un par de veces antes de que el celo pareciera ceder. Solo entonces pudo sacarlo de esa habitación para llevarlo a emergencias. No le sorprendió el resultado de sus pruebas, aunque si le hizo sentir mal, ya que el pequeño estaba drogado. Era claro que querían obligarlo a cumplir con su trabajo.
Los exámenes solo iban sacando más y más cosas sobre el omega, como una desnutrición severa, diversas cicatrices en partes no visibles del cuerpo, y claro, lo psicológico aún no había sido analizado, quién sabe que tan dañado estaba.
El niño abrió los ojos, unos preciosos y enormes ojos, tan lindos, pero tan faltos de alegría. Miró a SeokJin por un momento antes de incorporarse violentamente y comenzar a revisarse.
-- No te hice nada. Estas limpio.-- aseguro Jin con un tono cansado.
-- Quiero irme a casa. ¿Dónde esta mi mamá? -- pregunto el omega con una voz rota y cansada.
-- Lamento ser yo quién tenga que decirte esto... tu me perteneces. --