CAPÍTULO 21

Cobra se encuentra dormida, recluida a su silla después de una sesión intensa de magia teórica y práctica con su maestro; mientras éste se encuentra sentado en el pretil de la ventana, viendo al exterior con una mirada nostálgica y un pequeño artefacto antiguo en su mano derecha, un antiguo instrumento pequeño que emite una melodía dulce, tranquila y algo triste. 

Es de noche, una fría y acogedora brisa recorre el bosque por entre los árboles, colándose por los recovecos de las casas habitadas y deshabitadas de la aldea, de igual manera que los recuerdos se deslizan por la mente del mago, generando  una gran presión con su llegada y construyendo una barrera de agua en los ojos de Peter conforme estos van adquiriendo peso. 

- Lo que daría por saber que hay en tu cabeza. - suena la voz de su aprendiz en la habitación. 

Cuando Peter la busca con la mirada, se encuentra con una representación astral de su compañera, su imagen es la misma de cuando estaban en el castillo, incluso usa el vestido de tiras de tela de algodón que confeccionó para ella, sin embargo, su imagen parece más desvanecida y difuminada con su entorno. 

 - No deberías desdoblarte en tu forma astral, Cobra. No es conveniente que abandones tu cuerpo y se lo dejes a Algora. - dice Peter a la vez que se levanta de donde está sentado. 

- Lo sé, pero cada vez hay menos espacio ahí adentro. - dice con pesar la mujer, sin embargo, ese sentimiento no le dura mucho pues su atención se centra en la pequeña caja de música que tiene Peter en su mano. - Es una bella melodía.  

- ¿La conoces? 

- Sí, era una canción que siempre estaba en mi mente, pero nunca supe de dónde venía hasta que supe que era shibalí. Creo que me la cantaban mis padres antes de dormir. 

- Entonces… ¿conoces la letra? 

“Duerme, vida, prenda mía, calma y sueña. La luna mira silenciosa dentro de ti. Cuentos e historias te contaré y canciones cantaré. Pero tranquilamente hay que dormir, cerrando los ojos, sueña, sueña…”, canta la cazadora tiernamente, recordando los ojos de las sombras que la seguían desde niña, así como la dulce mirada de las personas que la criaron como su hija.

Ambos comparten una mirada de nostalgia, tristeza y, tal vez, algo de alegría. 

- Es difícil dejar ir el pasado, ¿verdad? - dice Cobra con la voz entrecortada.

- Con el tiempo, lo olvidarás o te acostumbrarás, Cobra. 

- No lo digo por mí. 

Los ojos del maestro se concentran en la caja de música, un símbolo que aún lo conecta fuertemente con un pasado que le duele recordar, pero que le es difícil superar. 

- Sí, es difícil. Sobre todo, porque... en parte fuiste feliz. Es fácil perderte en él.

- La pregunta de hace rato te hizo dudar, ¿verdad? - interroga Cobra calmadamente mientras observa al mago. - Si olvidaras lo que hizo, ¿regresarías con ella?

- Tengo miedo de que la respuesta sea sí. Aún… cuando duermo, puedo escuchar sus palabras llenas de promesas y veneno impregnándose en mi cabeza. No he podido escapar de ella. 

- Bien… ahora te puedes imaginar que yo, literalmente, la tengo en mi cabeza. - dice la cazadora sarcásticamente, pero se da cuenta de que Peter está con una expresión de preocupación que nunca le había visto, aún debajo de la máscara, es perceptible que está asustado. 

- Oye, no dejaré que te siga atormentando, ¿me oíste? 

- Yo soy quien debería darte ese consuelo Cobra, no al revés. 

- ¿Cuándo aprenderás que conmigo las cosas no son como deben ser?

Peter sonríe desganadamente, mientras observa la caja de música hasta que ve que la mujer, dubitativa, camina hacia la ventana, ahora es ella quien ve hacia el exterior, buscando respuestas. 

- Maestro… ¿y si no soy lo suficientemente fuerte? 

El mago se para a un lado de ella, tratando de interpretar la expresión de su rostro, no era la mueca de miedo que había presenciado en los días pasados, tampoco era la expresión confiada de cuando se enfrentó a Olivia, Cobra tiene el rostro plano pero sus ojos tienen cierta angustia en la mirada. 

- Cobra, no importa si eres más o igual de fuerte que ella. Lo importante es que eres mejor que ella. 

- Explícate.

- ¿No has aprendido algo durante nuestras sesiones? La magia no es sobre quién es más fuerte, sino quién es más astuto, inteligente y hábil, y, modestia aparte, conmigo como maestro combinado con tus cualidades innatas, eres la mejor bruja que conozco. Además, eres inteligente, fuerte, valiente, y una gran estratega.