En el siglo XVI d. C. se produjo una gran crisis en el seno de la iglesia católica debido a numerosas acusaciones de corrupción, entre las más destacadas, la venta de indulgencias para financiar la construcción de la basílica de San Pedro en Roma. Esto dio como resultado lo que se conoce como la reforma protestante o reforma luterana que debía su nombre al fraile alemán Martín Lutero,(1438-1546), principal promotor de la misma junto al teólogo francés Juan Calvino, (1509-1564).
Esta reforma generó una división en el seno de la Iglesia católica de la época dando origen a las diferentes iglesias que componen el protestantismo, la segunda gran rama del cristianismo a nivel mundial. Comenzó con la escritura y divulgación de las “Noventa y cinco tesis" de Lutero en 1517. Pero esta reforma no solo dividió la iglesia católica, también separó a Europa en dos, en el conflicto intervinieron príncipes y aristócratas que vieron en la reforma la oportunidad de crear sus propias iglesias cristianas “estatales” liberándose así de la autoridad del Papa y del Vaticano. Pese a que ambas ramas del cristianismo, (católicos y protestantes), creen básicamente en lo mismo, ambas afirman que las ovejas de la otra se irán al infierno.