Ven conmigo, siéntate frente al fuego en una cabaña alejada de todo, y mientras miras como cae la nieve a través de la ventana, te contaré una historia vieja. Miles de lunas atrás, cuando el mundo estaba enteramente cubierto de blanco, los primeros hombres caminaban por la tierra: eran seres mucho más grandes que nosotros, y no precisamente humanos, simplemente eran criaturas que vagaban por la tierra, disfrutando de la naturaleza. Estos seres solían organizar eventos de Kiev, un deporte que consistía en arrojar bolas de hielo compactado lo más alto posible para que, al caer, cree huecos en el suelo de diferentes formas. Esta historia se sitúa en uno de esos torneos de Kiev con los que se divertían estas criaturas. Era el torneo más grande que se recordara, había 4 equipos, con los integrantes más fuertes que habían ido quedando de las casi 200 criaturas que se habían anotado en un principio. Sin darse cuenta, habían ido jugando siempre cerca del lugar anterior, dejando pequeñas grietas por la proximidad entre los huecos, pero esta vez el torneo había sido tan grande que habían recorrido medio mundo solo para llegar a formar esos equipos, y las pequeñas grietas habían cobrado un tamaño considerable.
Sin darse cuenta, los campeones, absortos en su alegría, se esforzaron más que nunca y cada equipo hizo huecos en el suelo como jamás se habían visto, implementando técnicas más complicadas que solo podían ser realizadas con una fuerza descomunal... Tan grande que creó grietas tan profundas como para enterrar a varios de ese seres.
Golpearon y golpearon las rocas heladas la tierra, hasta que algo se quebró. No me refiero solo a una grieta grande, sino a una ruptura en el alma de la naturaleza, que se sintió herida por la brutalidad de quienes la habían cuidado siempre. Tanto la hirieron, que un trozo de ella se desprendió, dejando a muchos de los seres de un lado y a unos pocos del otro.
Algunos dicen que así se formó nuestra tierra, pero yo no puedo saberlo con certeza, después de todo, los torneos de Kiev se terminaron hace eones...