¿Qué queda cuando la fiesta acaba? ¿Cuándo la comida se termina, la música se apaga y los invitados se marchan?
Pues... No queda mucho. Un puñado de personas cansadas que deben hacer un último esfuerzo para dejar el salón limpio y listo para la siguiente fiesta. Quedan restos de comida en las mesas, y copas por doquier en una curiosa y desordenada escala. Hay muchos tamaños y todas tienen restos de bebidas en su interior, algunas más llenas, otras más vacías.
También hay globos tirados, algunos pedazos de plástico y otros adornos.
Después de la fiesta, sólo quedan despojos y gente cansada.
Nuestras vidas son como una fiesta. Primero estamos ansiosos planeándolas, aunque luego nos dedicamos a vivir cada momento sin preocuparnos mucho por seguir el plan. Y al final, luego de haber disfrutado de la noche de bailes y comida, quedan los despojos. Esos restos deplorables que nos indican que hace no mucho ahí había algo más, algo grande y lleno de vida.