Brevedades

La enfermedad más letal

 

El tiempo es la peor enfermedad que pueda existir. Ataca por igual a seres vivos y objetos inanimados; hombres y mujeres; niñas y niños; blancos y negros; ancianos y jóvenes; ricos y millonarios; humanos, animales o vegetales, bacterias, hongos descomponedores... El tiempo es capaz de destruir incluso cosas intangibles, como el amor, la amistad, un espíritu fuerte...
El tiempo ataca en silencio, y se come nuestros recuerdos. Es peor que el Alzheimer. Peor que el cáncer. Peor que cualquier epidemia.         
El tiempo corre por nuestras venas desde el momento en el que nacemos, antes incluso. Y, por si fuera poco, no sólo él está adentro nuestro, latente, sino que el resto de la gente, quienes nos rodean, insisten en recordarlo a cada segundo.          
Pero lo más grave del tiempo, es que todavía no es reconocido como una enfermedad. No hacemos nada por frenar su avance, sólo nos limitamos a festejar que ha pasado un nuevo año, a aliviarnos de que la hora terminó y llega el recreo, de que la semana acaba...
El tiempo nos mira de lejos, desde una prudencial distancia. Ve cómo nos infectamos con su enfermedad y sonríe siniestro ante las largas cadenas de contagio que nosotros mismos producimos.
El tiempo, con su cabeza cubierta por una capucha, y su cuerpo hecho a medias con engranajes de reloj, es confundido muchas veces con la muerte. Pero él es el amo y señor de las vidas. Todos estamos en sus garras desde siempre, y lo seguiremos estando... Por toda la eternidad.
Incluso cuando no queden humanos o animales para percibirlo, el tiempo seguirá destrozando cosas.



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En el texto hay: criaturas magi, gatos, microrelatos

Editado: 21.02.2020

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