Estás mal.
Estás bien.
Estás mal.
Entras en el salón y de pronto quieres escapar.
¿Estás bien?
Lo que esperabas con ansias ahora te hace daño.
¿Estás mal?
Lo que deseabas ahora te aterra.
¿Por qué te haces esto a ti mismo?
¿Ganas algo con lo esto?
No debes huir de lo que amas, no van a dañarte.
No hay nada malo contigo, estás bien. ¿Estás bien?
Estás... como decides estar. Ponte de pie, seca tus ojos, alza tu cabeza, y vuelve a entrar al salón. Allí veras a otras cincuenta personas, reunidas para lo mismo que tú. Vas a quedarte allí, porque aunque sientas que estás por morir debido a la cantidad de gente lo haces porque lo amas. Los demás no importan, sólo tu.
Hazlo, cree en ti.
Estás bien, más allá de los altibajos.
Estás bien, más allá de las intermitencias.
Estás bien.