—Vuelas de fiebre Imek —Dijo Danaem.
—Volar —Dijo él con la mirada perdida en el techo de paja de la pequeña cabaña. —El sueño de los hombres y los pájaros enfermos. Todos alguna vez nos sentimos volar... ¿será que nos sentimos livianos?
—Es solo una expresión, debe ser que perdemos la razón y vagamos en nuestros pensamientos. O quizás sea que estamos tan felices que parece que estamos en las nubes, que todo vuela a nuestro alrededor.
Imek se la quedó mirando como si no entendiera. —No, no, se refiere a que nos sentimos libres, libres como un ave, con un sentimiento de realización como sólo un ave en vuelo puede conocer, se refiere a que alcanzamos la plenitud, a que... volamos... con la imaginación, con el cuerpo y la mente. La mente fabrica las sensaciones para que nuestro cuerpo se sienta como un ave al bajar planeando por el aire; quienes saben aprovechar las corrientes, vuelan más tiempo con menor esfuerzo...
Danaem lo miró como si hubiese perdido la razón, pero él sabía que estaba meditando lo que acababa de decir y que terminaría creyendo que era verdad.
—Mejor duerme —comenzó a cantar suavemente y él se quedó dormido.
Un pequeño guiño para quienes están leyendo Klovhe. Esto no pasa en ningún momento de la novela, simplemente es un microrelato que hice alguna vez pensando en los personajes de mi historia favorita.