Breves Historias De Ficción

Capítulo 2 El accidente y enfrentamiento con lo desconocido

Vaya susto… , casi me atropella una moto, he caído al suelo… ¡Ay Dios me he dado un buen susto y me he golpeado un poco el brazo derecho y sobre todo la cabeza… Ahora mismo estoy acostada en el pavimento, me siento algo mareada, no se que se ha hecho el motorizado, la gente me rodea… por un instante por mi mente se cruzan mil imágenes y una idea predomina de manera preponderante: mi propia muerte.

Recapacitando acerca de lo que casi me acaba de suceder pensando especialmente con detenimiento que: Dios, soy madre y ahora estoy sola…, comprendo que debo cuidarme más que nunca y no estar tan ensimismada en la calle, honestamente mi hijo me necesita viva...

Carolina con el rostro pálido y su mirada angustiada, corre inmediatamente hacia donde estoy y me dice llena de una inmensa preocupación:

—¡Hermanita, hermanita!, ¿estás bien?, ¡se me fue el corazón a la boca!… ¡Hermana, hermanita! Responde… —rostro lleno de desesperación— de pronto coloca sus manos en mi pecho, intento calmarla diciéndole:

—Si, estoy bien, no es para tanto chica… La verdad ando verdaderamente distraída con lo de la separación, te confieso que aunque quiero, no puedo olvidarlo…

Mi hermana tiene una cara de profunda preocupación y su mirada que transmite un pánico sobrenatural con aquellos ojos desorbitados, ella parece no escuchar mis palabras que la invitan a calmarse y en sus ojos se vislumbra un inconmensurable terror.

Me levanto del pavimento con facilidad pero algo mareada y desorientada por lo que brevemente la pierdo de vista. Inmediatamente la busco con mis ojos sin dar con su paradero, entonces seguí caminando con la esperanza de encontrarla.

Escucho en medio de la calle una extraña agitación, un murmullo creciente. Por un instante volteo mi rostro observando un tumulto de gente que se agrupaba alrededor de quizá algún transeúnte que había tenido un percance mayor al mío al cruzar la calle, rápidamente pienso, caray,¡estos motorizados a veces andan como locos…! que afortunada soy de que no me sucedió nada, brevemente pienso en aquella persona que probablemente esta malherida y de todo corazón le deseo que: ojalá quienquiera que haya sido la persona afectada por esa situación pronto este bien y recobre su salud, de hecho no se si debería acercarme para ayudar dada la similitud de lo que me acaba de suceder ¡Caray de la que me he salvado!».

Pero, ¿y mi hermana? por más que giró mi cuerpo 360 grados reiteradamente no consigo a Carolina, pienso en tomar el móvil y llamarla, cuando de pronto veo su figura a lo lejos entrando en el centro comercial de manera extrañamente agitada, pero enseguida recuerdo que ella es así una mujer ansiosa y que lo quiere todo para ya, algo disgustada pienso: ¡que mi hermana siempre se apura para todo, ella desde niña es así!… , no hay forma de que se esté tranquila un momento… Seguramente con el percance que tuve ahora con el motorizado y esta nueva escena al separarnos, piensa que ya fui directo a la sala de cines a ver la película. Miro el reloj que marca las 3:30, ahora entiendo el atoro de mi hermana ya va a empezar la película por lo que parto de inmediato al cine esperando encontrarla allí.

Después de recorrer los diversos pasillos del centro comercial por fin llego al cine, caminando con firmeza mirando hacía la multitud, fijándome en aquellos rostros indefinidos absortos en sus mundos. Como no la encuentro a primera vista, imagino que mi hermana ha entrado a la función y apurada ingreso en la sala que me corresponde intentando localizarla en todo momento, pero muy pronto se apagan las luces y comienza la función quedando yo absorta con la trama, buscando a tantos ubicarla sin éxito alguno.




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