Breves Historias De Ficción

Declaración de amor de un renombrado científico

En un amplio parque a plena luz del días, después de un hermoso noviazgo lleno de amor y armonía, el doctor Edmundo Aristeo se atreve a declararle sus intenciones matrimoniales a su amada novia Lili Urdaneta expresándole tímidamente:

—Querida Lili, soy un científico y lo sabes muy bien…, las palabras no se me vienen fácilmente a decir verdad…, tú en cambio eres licenciada en letras y la más bella mujer que jamás haya conocido, por eso, hoy estoy intentando hacer uso de las palabras para, para, para … —El doctor Edmundo sacó nerviosamente un estuche de su bolsillo y mirando a todas partes con semblante nervioso en medio de aquel parque lleno de frondosos árboles y coloridas flores, procedió a arrodillarse frente a su amada y ofrecerle un elegante estuche acompañado de unas emotivas palabras dichas con cierto nerviosismo:

—Tú eres la fuerza de gravedad que atrae mi alma haciéndola girar como un satélite.

—Yo sin ti, estaría condenado a habitar en la la planicie de un tiempo y espacio carente de la fuerza de gravedad emocional tan propia del romanticismo.

—Yo sin ti, me perdería como un cuerpo estelar en un agujero negro.

Luego enfocando sus ojos expresivos tras los lentes en los de su amada Lili, espero ansioso su respuesta moviéndose nerviosamente de un lado para otro aunque la respuesta no tardó en llegar:

—¡Sí mi amor, sí, hoy soy la mujer más feliz del mundo!… —Lili abrió la cajita con lágrimas en sus ojos, cajita que en su interior albergaba un hermoso anillo de oro de 18 kilates con una esmeralda en el centro.

Los ojos de Lili brillaban como estrellas relucientes en la noche…

La hermosa pareja no tardó en fundirse en un fuerte abrazo seguido de un dulce beso en los labios, teniendo como testigos la inmensidad del cielo azul y frondosos árboles que se mecían al son del viento, ese día unas guacamayas bulliciosas acompañaron con su colorido el mágico momento de la pareja que se sentía flotar en las nubes de una felicidad sin fin.

Lili recreó brevemente en su mente el mágico día de su boda llena de la más pura ilusión…

***

—Mi amor, mi amor… —la voz de mi esposo irrumpe el proceso de escritura de mi breve relato, al fijarme en la hora me doy cuenta que se acerca el mediodía…, ¡Caramba, qué fastidio es hora de ir a cocinar!, los chamos deben tener hambre. Amelia se acerca al estudio y me dice en tono amable:

—Mamá tengo hambre, por favor, ¿puedes preparar unos nuggets de pollo y papas fritas?

Antes de responder escucho a mi hijo Aníbal abrir la nevera, enseguida le respondo:

—Claro dulzura, tranquila, ya me voy a cocinar, eso sí en vez de papas fritas voy a preparar puré de papas, es más saludable…, pero, por favor, dame nada más un chancecito para terminar este breve relato, son sólo dos minutos y estoy de vuelta en la cocina ¿ok?.

—Está bien mami —me responde Amelia mientras me deja nuevamente en la soledad del estudio frente a mi computadora.

***

El día de la boda llegó muy aprisa, como todo en la vida…, Lili elegantemente vestida de novia caminaba hacia el altar del brazo de su padre, por un instante se detuvo a mirar aquel rostro paterno que intentaba a toda costa contener las lágrimas, él la amaba demasiado y se aferraba a su brazo emotivamente, ella sintiendo una emoción inmensa recordó el día de su primera comunión hacía ya 21 años… y pensó emocionada que el tiempo jamás se detiene.

Enjugó sus lágrimas y finalmente dejó el brazo de su padre y tomó con fuerza el brazo del joven doctor en matemáticas y astronomía Edmundo, dando así comienzo a la preciosa ceremonia eclesiástica.

La boda quedó espléndida y fueron un matrimonio muy feliz, teniendo la pareja dos hermosos hijos que llenaron de dicha sus vidas a pesar del duro trabajo de la crianza.

Fin

De pronto siento una voz que proviene de mi interior, la identificó enseguida: es Lili que me expresa algo disgustada:

«—Pero caramba mamá, yo no quiero ser la típica esposa ama de casa que prepara día a día como un robot:: desayuno, almuerzo y la cena de toda la familia… ¡no que va!».

Enseguida le respondo desde mi corazón:

«—Tranquila Lili mi amor, tranquila, comprendo tu inquietud, y como se que te gusta el mundo de las letras, voy a continuar mi narración colocando que te convertirás en una escritora novel, ¿qué te pareces?».

Siento que su imagen en mi mente me sonríe plena de satisfacción…, entonces le digo con mi corazón enamorado:

«—Lili, te amo, quiero que lo sepas».

Entonces me dispongo a acomodar el final del relato colocando:

La boda quedó espléndida y fueron un matrimonio muy feliz, teniendo la pareja dos hermosos hijos, además Lili se convirtió en una escritora best seller que ayudó a muchas personas a través de su pluma ágil y emotiva.

Ahora tengo la plena certeza de que Lili está destinada a ser feliz en ese mundo de letras que yo cree para que tanto ella como el doctor Edmundo fueran una pareja felizmente realizada.

Una voz infantil irrumpe mis cavilaciones mientras termino de acomodar el relato, es la voz de mi hija que me dice en tono imperativo:

—Mamá, por favor, tenemos hambre, no lo olvides…

Le respondo enseguida:

—Ya voy amor mío…

Antes de partir pongo una palabra a mi historia que llamaré: Declaración de Amor de un renombrado científico y esa palabra es:

Fin

Apreciado lector, me encantaría conocerte, pero sé que eso es casi imposible lo cual es una verdadera lástima; sin embargo una vez que coloqué la palabra Fin y pensando en nuestra existencia como seres humanos, me detuve un momento a meditar acerca del enigmático significado de nuestras vidas tan llenas de emocionalidad en esta existencia que nos ha tocado vivir, además me planteo llena de dudas: ¿qué esconden los silencios de nuestro creador? Y realmente, ¿el tiempo es lineal?




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