La quinta dimensión es el amor

Camino distraídamente un viernes cualquiera, contemplando esa mezcla de verdor y altos edificios tan característicos de mi amada ciudad Caracas. Mientras me desplazo por las calles entre rostros desconocidos que enseguida olvido…, pienso cariñosamente en mis dos hijos y mi esposo, pues cada fin de semana dedicamos nuestro tiempo a compartir en familia.

Por instantes me sumerjo en mi mundo interior recordando fragmentos de otros tantos viernes y fines de semana que he vivido desde que tengo uso de razón, incluyendo a aquellos pasados fines de semana con mis adorados abuelos que ya partieron de este mundo hace muchísimos años, pero ese amor que me tuvieron, esos momentos de dicha que me obsequiaron los llevó a tatuados en mi alma a condición de perpetuidad.

Un cornetazo al cruzar la calle antes de tiempo me trae de vuelta a la realidad: a las calles llenas de carros, veloces motorizados, transeúntes desconocidos…, cavilo acerca de que soy un ser humano que ocupa un espacio siendo poseedora de un cuerpo lleno de extrañas proporciones que transita unidireccionalmente en la dimensión del tiempo y mi propósito es abrirme paso en la vida para cuidar, proteger y llenar de amor a los míos.

Es desde el amor que salgo cada día de mi vida a ganarme la vida para ampliar la dimensión que a todos nos une y nos motiva y que no es más que la dimensión del amor.

El amor es la quinta dimensión, el amor nos acerca más a Dios, Dios el la fuente de amor primigenio que irradia luz llenándonos de vida. El amor e incluso su opuesto el desamor nos permite de cierto modo viajar en el tiempo a través de nuestros recuerdos.

A lo lejos veo una chocolatería y pienso en mi familia. Camino velozmente y enseguida entro y compro unas barras de chocolate para mis hijos y bombones rellenos de menta para Jesús mi esposo, cancelo los chocolates muy contenta, recreando en mi mente ese futuro evento de todos en casa felices saboreando en paz y armonía estos deliciosos chocolates; finalmente volviendo al presente me enfoco en el rostro satisfecho del dueño que muy seguramente con mucho amor y sacrificio creo su chocolatería y que al vender paga a sus empleados y así continúa el ciclo interminable de la economía, economía que debemos aprender a manejar desde la noción del amor.

Amor, definitivamente, es la dimensión que nos motiva a vivir la vida, amor es la quinta dimensión que nos mantiene unidos y llenos de vida.

El amor es el misterio supremo de la creación…

Nota: este es un fragmento de mi vida personal y lo mucho que disfruto compartir en familia y en la grata compañía de mis seres amados, siento que de algún modo el amor que nos ofrecemos mutuamente nos transforma, nos enaltece acercándonos a lo divino. A veces siento que yo soy tan ellos y ellos son tan yo…

Fin