Hola, espero que dondequiera que estés seas muy feliz…, estoy intentando acercarme a ti por medio de la escritura, estoy en la plena búsqueda de un poco de calor humano.
Es por ello que en soledad de la noche, elevo mis manos al cielo estrellado en la búsqueda de tu amor, sí de tu amor, yo la desconocida para ti, aquella que no muestra en su rostro inmutado el desconsuelo de un alma frágil y herida, aquella cuyo rostro enseguida olvidarás de tener ambos la suerte de coincidir en algún lugar.
Sé muy bien que ni tú ni nadie puede ayudarme, sé muy bien que estoy sola… , sé que mis palabras se desvanecerán en tu mente con mis próximas publicaciones, o con los maravillosos escritos de otros escritores de pluma ágil, o en las ocupaciones propias de tu vida, tu vida, tan ajena y distante de la mía… Sé que seguramente sabes lo que es sufrir y sueñas con el consuelo de un cálido amor como todo ser humano.
Por eso hoy le ruego a Dios encarecidamente que exista algún rincón en el universo donde más allá de nuestras vidas terrenales, nuestras emociones puedan flotar libremente, mientras las contemplamos pacíficamente envueltos en el manto de un cálido amor eterno.
Sueño que quizá en algún rincón del universo todos podamos encontrarnos en la luz de la plenitud y podamos compartir la experiencia mortal que ahora mismo a cada uno de nosotros nos ha tocado experimentar.
Me despido de ti con todo mi amor, esperando que brilles en amor.
Firma: Un alma solitaria como tú…