Brillante Destino

capitulo 5- vivir otra vez

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Me encontraba en mi primer día de universidad, aunque mis padres querían que haga cursos rápidos para no perder más tiempo, decidí que era mejor comenzar una nueva etapa a mis 22 años aun no era muy tarde para empezar a vivir otra vez. La universidad fue todo lo que imagine, un campus amplio y muchos jóvenes de aproximadamente 17 y 22 años, no dejaban de hablar entre sí, me alegraba que por lo menos en la minoría del salón hubiera gente de mi edad eso me hacia sentir mas cómoda, hubiera sido un día perfecto si la mala suerte no me hubiera acompañado hasta la universidad, ya que me toco matemática a ultima hora y la profesora no tuve mejor recibimiento que dejarnos una extensa tarea de bienvenida.

 

 

Al llegar a mi casa me encontré, con un hombre que estaba de alto, pero aun asi pude apreciar que era alto y formido, que llevaba un traje a medida, de inmediato reconocí que pertenecía a una firma italiana muy reconocida, estaba a acostumbrada a que mi padre vistiera de la misma manera y sabia que esa marca era muy exclusiva, por lo que aquel hombre podría ser un socio de mi padre.

-Disculpe puedo saber ¿quién es usted? _dije al mismo tiempo que aquel hombre volteo, sus impactantes ojos negros como la noche me cautivaron a tal medida que no sentí cuando mi padre llego.

-Irina cariño que bueno que llegaste, déjame presentarte al señor Lozano_ dijo al mismo tiempo que aquel hombre no dejaba de verme.

Ambos nos quedamos estáticos no sabia que decir, lo más lógico sería saludarlo, pero las palabras no salían de mi boca por alguna extraña razón. Pero aquel hombre me dio una sonrisa ¿sarcástica?, al tiempo que me extendió su mano.

-Mucho gusto, mi nombre es Elian Lozano, es un placer conocerla _ esas simples palabras lograron que mis piernas temblaran, vamos no lo voy a negar frente a mi esta el hombre mas guapo que puede haber conocido.

-Irina Miranda, mucho gusto _ fue lo único que pude decir antes que mi padre se lo llevara a su despacho para hablar de un contrato.

Fui directo a mi habitación cuando al girar la perilla de la puerta, una dolorosa punzada en mi cabeza me hizo caer de rodillas al piso, podía ver a través del dolor una hermosa sonrisa y esos ojos miel del hombre de la boda, me miraban fijamente y me abrazaba bajo el árbol mas viejo del parque que estaba a una cuadra de mi casa, no pude aguantar el dolor y caí desmayada en la entrada de mi habitación.

 

 

 

 

Era hermosa, cuando la vi parecía un ángel con aquel vestido blanco y esas libretas en el brazo, cuando supe que era la hija de Alonzo, supe de se trataba de ella, aunque sabia que era casi prohibido acercarme a ella, sus labios me parecieron tan tentadores, que tuve que reaccionar antes cometer una locura con ella.

Estaba leyendo el contrato que presentaríamos en la reunión de esta noche, cuando el grito de una sirvienta alarmo a Alonzo y unos segundos después tocaron la puerta del despacho.

-Señor, lamento interrumpir, pero se trata de la señorita Irina_ dijo una mujer, Alonzo no dudo en pararse y caminar rápidamente al segundo piso donde la mujer señalo que se encontraba inconsciente la joven, no dude de ir tras Alonzo, preguntándome que pudo haberle pasado.

 

 

 

 

Me dolía la cabeza como si mil agujas me hubieron atravesado, cuando abrí los ojos, me encontré con mi madre que tenia un semblante preocupado al igual que mi padre y con el señor ¿Eliam? Apenas mi madre vio que estaba consiente, se acercó.

-mi niña ¿Qué te paso? _ dijo en el tiempo que un doctor entraba a la habitación.

-no recuerdo mucho, solo sentí un fuerte dolor de cabeza nada mas _ el doctor me hizo un chequeo rápido y luego se retiro, no dije nada de aquel recuerdo que tuve, algo me decía que aquel hombre de la boda sabia sobre mi pasado y me podía ayudar a recordar.

 

 

 




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