-No sabes cuánto me alegra que hayas despertado, nos tenías tan preocupados.
-Lo siento mucho; mamá, yo...
-No tienes por qué disculparte, ese accidente no ha sido culpa tuya -Dijo, mientras me brinda esa sonrisa que solo ella sabía dar.
-¿Qué ha pasado con el otro conductor?
-Al parecer murió al instante, tú sobreviviste de milagro...
Sonreí levemente mientras observaba mis brazos, llenos de rasguños. ¿milagro? Aquello no había sido un milagro, pero no podía darme el lujo de destrozar los pensamientos de mi madre.
-Amelia, ¿hay algo que quieras decirme? Te noto más distante de lo normal.
-No es nada mamá.
Y nuevamente aquella coraza que tanto me caracterizaba hacia acto de presencia, esa que se erguía justo en el momento en que anhelaba privacidad. En mi vida existían tantos momentos en los que deseaba estar sola con mis pensamientos, pero, habían personas que, por más que yo lo deseara, no se alejaban. Era como si el destino o la vida tratasen de impedir que cometiera algún tipo de locura de la cual, tarde o temprano, pudiera arrepentirme.
-¿Estás segura? ¿Quieres que llame a la enferma? -Insistió, y nuevamente vi la preocupación impregnada en su rostro, como si realmente temiese perderme.
-Estoy bien, de verdad.
Dos segundos después dejo de insistir y cambio el tema, pero aquello no había hecho que abandonara mi mar de pensamientos. ¿Qué hubiera pasado si hubiera optado por irme con "La muerte"? ¿De verdad les hubiera dolido mi partida? Sé que Matt hubiera sufrido y llorado como lo había hecho en estos meses en los que estuve en coma, lo sé porque me ha demostrado que realmente le importo; pero... ¿qué hay de mi madre? ¿Qué hay de mi padre? ¿Realmente hubieran sufrido?
-¿Amelia, Me estás prestando atención?
-¿Ehh? Lo siento, ¿Qué decías?
-Te decía que ya me iba, pero tú amigo vendrá pronto.
Mi amigo... John era más que un amigo, John es el hermano que siempre deseé tener, siempre estaba junto a mí, apoyando todas y cada una de mis locuras, siempre estando ahí para brindarme esa mano amiga con la cual sostenerme antes de cada caída y, si llegaba a caer antes de que él pudiera sostenerme, se acostaba a mi lado y me hacía ver las estrellas... sin pensarlo, me llevaba a otro universo.
Sonríe levemente y comprendí, que no solo Matt hubiera sufrido mi muerte... John también hubiera sufrido, pues habría perdido a la única hermana que ha tenido.
-¡Hola enana! -Su voz... en aquellos momentos su voz era como un sedante para mis pensamientos, y verlo entrar en la habitación me hacía sentir completa. - veo que ya estás mejor.
-¡Qué bah! -Digo, rodado los ojos- si lo único que quiero es salir de aquí.
-Conociéndote bien, no lo has hecho porque lo has pensado demasiado.
-Es que... no sé cómo decirlo...
-Soy todo oídos –dijo mientras acercaba la silla que estaba junto a mi camilla y tomando mi mano, agrego: - escucha Amelia, sabes mejor que nadie que además de ser tu mejor amigo, soy tu hermano. Ambos sabemos que me has dicho cosas que nadie sabe, inclusive Matt, tu novio... aquel que, en un punto dado de tu vida, ocupaba el lugar que ahora ocupo yo.
-Cuando estuve en coma... -y vacile, vacile en continuar con aquella extraña experiencia o quedarme callada, pero entonces sonreí y saqué todo eso que me hacía sentir aprisionada en un mar de incertidumbre- cuando estuve en coma... no estuve sola. Alguién más estaba conmigo.
-¿Alguien más? -preguntó curioso.
-Decía que era "La muerta" y la verdad no sé por qué, pero... le creí y me sentí asustada, pero al mismo tiempo una paz inexplicable me invadió. Era una sensación inigualable, como si algo dentro de mi hubiera estado esperando aquel momento.
-¿Me estás diciendo, que mientras estabas en coma... deseaste morir?
-Si lo dices de esa manera suena menos estúpido -reí levemente mientras trataba de descifrar lo que sus ojos me querían decir- no sé porque este personaje apareció, pero me hizo recordar todos y cada uno de mis peores momentos en la vida.
-Dicen que cuando estás a punto de morir, ves pasar tu vida frente a tus ojos...
-No te pongas en plan poeta que ambos sabemos que no te queda -bromeé mientras le golpeaba levemente en el hombro.
-Al menos mi intención fue hacerte reír... y lo logré.