Broken

Capítulo I

 

-El comienzo de la tempestad-
 


¿Recuerdas a tu primer amor? ¿Aquella persona que con solo estar frente a ti causaba un efecto ensordecedor y te hacia temblar? ¿Recuerdas lo hermoso que fue sentir que alguien te complementaba? ¿Lo recuerdas?

Todos vivimos el amor con experiencias completamente diferentes, algunas con finales trágicos y otras tantas con finales inconclusos. Sin embargo, existen personas que aún no tienen la fortuna de vivirlo en carne propia, solo conocen el amor por contexto textual que las películas, libros y las personas a su alrededor les han contado.

¿Podemos opinar sobre el amor, aunque no se haya vivido por experiencia propia? ¿Podemos?

Claire no estaba en ninguna categoría de las anteriores, a ella solo le preocupaba terminar la preparatoria, ir a la universidad de sus sueños, ser una exitosa abogada, comprar una casa y solo tal vez después de que cumpliera todo eso, se preocuparía por cosas como el amor. Al menos esos eran sus planes, hasta que el primer día de su segundo año de preparatoria comenzó.

—¡Claire, date prisa! ¡Llegaré tarde al hospital y tú a la escuela! —la mamá de Claire le gritaba desde escaleras abajo, intentando que la chica se apurara y por lo menos el primer día llegara temprano a la escuela.

—¡Ya voy Mamá! —a punto de cepillarse los dientes ella le respondió, un tanto exaltada de que su madre la apresurara tanto, no entendía por qué tenía la mala costumbre de quererla llevar los primeros días que iniciaba la preparatoria, cuando fácilmente podría haber llamado a Matthew, su mejor amigo, él la recogería sin ningún apuro y así su madre no la presionaría tanto.

Después de unos minutos, la castaña bajó a toda prisa por las escaleras de madera, tomó su abrigo y salió al exterior, encontrándose a su madre en el interior del coche.

—¿Por qué te tardas tanto? —Claire miró a la señora de reojo mientras arrancaba el auto, y no pudo evitar rodar los ojos por su pregunta.

—Me gusta tomarme mi tiempo —fue su respuesta —además, no sé porque aún quieres llevarme, podría haber llamado a Matt y él habría venido por mí. —soltó lo que minutos atrás había pensado.

—Esto de que te lleve el primer día de clases ya es como una tradición, Claire —su mamá volteó un momento a mirarla y le regalo una sonrisa —obviamente hoy no se rompería.

La chica en el asiento del copiloto no respondió, decidió dar por terminada la charla y se mantuvo en silencio en el transcurso del camino hacia su escuela, solo mirando a través de la ventana del auto.

Le aterraba un poco comenzar un nuevo año escolar, obviamente no se comparaba con la sensación que había tenido en su primer año, pero aun podía sentir esos nervios cada que regresaba a la escuela, nuevos compañeros, maestros, materias y un sinfín de cosas más. Parecía ridículo, pues siempre empezaba de esta manera, pero al cabo de unos días ella se terminaba acoplando y todo fluía con normalidad, solo eran los nervios del momento.

Lo único que no cambiaba y que jamás lo haría era su amistad con aquel chico extrovertido y demasiado intenso algunas veces, Matthew Williams. A él, lo conocía desde la secundaria, su amistad comenzó con un balón de americano que impacto repentinamente en la cara de Claire, mientras ella iba pasando por el campo, un tanto distraída y absorta del mundo. Desde que Matthew lanzó aquel balón se conocieron y nunca se separaron, él era el típico chico sociable que le caía bien a todos y ella era su amiga marginada que, en vez de almorzar como todos en la cafetería, prefería hacerlo en las bancas de afuera, algunas veces acompañada de él y otras tantas sola. Eran muy distintos y tal vez por eso se llevaban bastante bien.

Las personas siempre creían que estaban juntos, como una pareja de novios. Cuando escucharon ese rumor por primera vez, ambos se soltaron a reír a carcajadas, porque sí, ellos se querían demasiado, pero sabían que no eran compatibles para tener una relación amorosa.

Es por eso que cuando Matt se le acerco a Claire por detrás, después de que su mamá la dejara frente a la puerta de la preparatoria deseándole un excelente día, a ella no le sorprendió como los miraban los demás. Lo que le sorprendió fue ver al chico y su puntualidad del primer día.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó la chica al castaño que caminaba a su lado, ambos dirigiéndose a la entrada.

Él la miro un poco extrañado por aquella pregunta que parecía un tanto estúpida, pero ya se había acostumbrado a las rarezas de su amiga.

—¿Qué no es obvio? —respondió con simpleza —Vengo a estudiar para que un futuro no muera de hambre —bromeó

—Me refería a que haces aquí tan temprano, bobo — corrigió la chica y dio un pequeño empujoncito al hombro del castaño, aunque ni siquiera se inmuto.

—Bueno, he decidido empezar con el pie derecho, quiero tener un buen último año.

Claire soltó un suspiro, odiaba la idea de que el próximo año estaría sola, pues Matthew era su único amigo. El chico era un año mayor que Claire y lo que para ella significaba el inicio de su segundo año; para él era el último, después se iría lejos a estudiar la universidad y la chica se quedaría sola.

—Si... ultimo año —intentó disimular su tristeza ante las palabras de él, pero sería inaudito si Matt no reconociera las reacciones de ella.

—Vamos, Claire —la tomó por los hombros y la apretujo un poco, diciéndole indirectamente que nunca la abandonaría —Solo es un año, eres una persona maravillosa, solo intenta demostrárselo a los demás —ambos llegaron a el casillero de la chica, Matthew se recargo al lado y ella empezó a abrir su taquilla. —Además, no te libraras de mí.

—¿Y cómo hacerlo? —sonrío —¡Si eres peor que un chicle pegado en el cabello!

—¡Que comparación! —el chico volcó los ojos y subió los brazos al aire, mofándose de la chica frente a él.

—Solo vayámonos a clase —concluyó la castaña.




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