-Familia-
Las olas se escuchaban cada que la brisa fresca azotaba su cara. Podía sentir como la arena se hundía entre los dedos de sus pies y como el resplandeciente sol le pegaba de frente. Una paz inmensa invadía su pecho, acorde al hermosos y tranquilo momento que estaba viviendo.
Sus ojos se abrieron poco a poco para admirar la hermosa vista. Un mar inmenso frente a ella y sobre este un perfecto y despejado cielo azulado, brillando junto al sol.
Parecía el momento perfecto, pero ¿lo era?
Azul.
Seguridad.
Tranquilidad.
Unos ojos azotaron su mente cuando detalló aquel color, una mirada se instaló en su cabeza y de pronto el cúmulo de sensaciones que segundos atrás sentía, desapareció.
La arena se hizo espesa, el cielo se nubló, las olas del mar empezaron a revolotear intensamente. Fuertes rayos invadieron la tranquilidad y la mirada que recordó se difuminaba con forme todo esto ocurría.
Dejó de mirara al cielo y como si algo le advirtiera la presencia de alguien más, volteó a su lado.
Él estaba ahí
En medio de todo el desastre a su alrededor
Entonces se preguntó algo, ¿él era su paz o su tormento?
Era demasiado pronto para que pudiera obtener una respuesta.
A pasos cortos se acercó hasta donde el chico estaba, era como si solo fuera alguna estatua de cera muy realista, pues no se movía, hablaba o si quiera parpadeaba. Sus ojos estaban frente a ella, el azul intenso que estaba atormentando su cabeza se encontraba ahí, a escasos centímetros de su cara. Con sus alargados dedos tocó su mejilla fría, detallando en lo suave que era su piel.
El viento resoplaba moviendo las hebras de cabello castaño de ella. Parecía como si estuviera en algún otro lugar cuando él estaba cerca, pues el mundo a su alrededor se derrumbaba y mientras, ella se encontraba solo eclipsada por una mirada y un cuerpo insípido. Ignorando todo lo que su mente trataba de aclarar dejo de tocarle la mejilla, solo para envolverlo en un suave abrazo y reposar su cabeza sobre su pecho. Como si fuera su salvación.
¿Qué era lo que estaba sintiendo?
Los ojos de Claire se abrieron lentamente mientras se iba acostumbrando a la luz que se colaba entre las persianas de su habitación. Así habían sido la mayoría de sus noches desde que Demian se incrustó en su mente como alguna especie de chip.
Ese no fue el primer día que soñó con el ojiazul. Toda la semana desde aquel encuentro su subconsciente le había estado recordando que Demian existía. Hecho que le molestaba, pues el rubio ni siquiera era alguien cercano, solo lo había visto un par de veces, 3 para ser exactos.Ese había sido tiempo suficiente para que lo tuviera entre sus sueños. Pero sin duda lo recordaba muy bien, su mente se había estado encargando de que lo hiciera.
Aquella noche solo pudieron cruzar nombres y 2 que 3 miradas normales. Le había causado gran impacto saber que se encontraba involucrado en situaciones como las carreras clandestinas, pero algo que le explotó intensamente la cabeza fue descubrir que era el hermano mayor de Luca. Eso sí que fue una sorpresa.
Tenia mucho que asimilar internamente.
Después de las presentaciones, Demian se fue a pasar el rato con sus amigos y ella y Luca volvieron a las gradas para poder terminar de ver las carreras. Todo sucedió tan repentinamente que esa noche en lo que menos pensaba era que tenía aún chico a su lado intentando ligar con ella. Sus pensamientos eran resumidos en un solo nombre, Demian.
Se sentía mal por aquello pues Luca intentaba hacer el mejor intento para que ella estuviera cómoda en aquel lugar. El chico era alguien especial sin duda, le gustaba que fuera ese tipo de persona que no presionaba o que simplemente se quedaba callado cuando un momento incómodo se instalaba era alguien divertido y espontáneo. Además de que su sonrisa parecía angelical.
Pero ciertamente esa noche Claire estaba dividida en 2. Físicamente se encontraba con Luca pero mentalmente estaba con Demian, detallando cada uno de sus encuentros pasados. Aunque al final de la noche decidió darle punto final a sus pensamientos y solo concentrase en el apuesto chico que tenía a su lado solo para ella.
Mientras la semana transcurría Luca y Claire entablan más confianza aunque solo fuera por mensajes de texto. Tal vez era un buen inicio para algo hermoso que estaba por surgir.
Habían quedado en que se volverían a ver pero esta vez en un lugar que fuera cómodo para los dos y donde los gritos de la gente no interrumpieran sus charlas.
Demian solo era el recuerdo de alguien que le causaba intriga, Luca era quien en estos instantes se estaba convirtiendo en una persona importante para ella.
Intentando convencerse de que el día había llegado, perezosamente se paró de su cómoda cama para ir a su baño y hacer todo lo necesario para tener otra cara que no fuera la de recién levantada. Claire odiaba los miércoles ¿razón? Tenía clases de deportes este día. No es un secreto que ella era pésima con cualquier cosa que tuviera que ver con activación física, no poseía una gran condición y aunque, muchas veces intento librarse de esta clase le era imposible no ir. Aunque parecía la materia más fácil a ella le afectaba muchísimo si su promedio en deportes no era muy alentador, pues sería como una mancha de tinta negra en todo ese perfecto reporte de calificaciones excelentes.
Después de que estuvo lista y un pco más despierta bajo a desayunar junto a su madre quien igual que ella ya estaba lista y preparada para un día ajetreado en su trabajo.
Ambas compartieron un ameno desayuno.
Una de las partes favoritas del día para Claire era cuando podía desayunar con su madre sin ningún apuro, pues la mayoría de las veces ella estaba demasiado ocupada e incluso algunos días cuando Claire despertaba su madre ya no estaba en casa. Así que mañanas como estas, compartiendo un delicioso desayuno y teniendo una plática tranquila junto a su progenitora, eran sus preferidas.
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Editado: 10.01.2022