HyunIn
Cada día era más difícil despertar y recordar que ya no estaba conmigo.
De un momento a otro me lo habían arrebatado de las manos,me apagaron la luz del Sol dejando que el frío me consumiera.
Hasta que él apareció.
. . .
—Jeongin—el chico me miró con una sonrisa—Gracias—su mirada confundida me hizo acercarme aún más a él.
Tomando su mano,susurro.
—Gracias por volverte una parte importante de mi vida,por nunca haberte rendido a llevarnos bien—mi mano acarició su cabello castaño.
Se parecía tanto a él,pero al mismo tiempo era tan diferente.
Sus ojos eran casi idénticos,la diferencia era que los de Innie brillaban con una inocencia única,sus labios eran parecidos en color y forma,su piel era suave al igual que la de él,su cabello era igual de claro y su voz,su voz era muy parecida también,pero la diferencia más grande era que Jeongin tenía un aura llena de vida a comparación de Yangin.
Mi primer amor aunque siempre mostraba una cálida y amplia sonrisa,algo a su alrededor lo envolvía en tristeza y soledad,por más que le hiciera compañia la mayor parte de el tiempo una oscuridad desconocida para mi en ese momento, siempre lo perseguía.
—Este fin de semana tengo que volver a Australia,¿Volverás conmigo?—sus ojos de zorro me miraron suplicantes.
Pero negué.
—No puedo regresar contigo—Suspiro—Tengo...algunos asuntos que atender este fin de semana,pero en cuanto los resuelva...te alcanzare—Hizo un pequeño puchero que solo duro un par de segundos,para a continuación regalarme una cálida sonrisa.
—Te esperaré junto a Minho en el aeropuerto—me había olvidado del pequeño detalle de mi hermano.
Jeongin es novio de mi hermano mayor.
Jeongin es mi cuñado.
Solo somos simples amigos.
Lo abracé,sus manos se posaron en mi espalda con suavidad,en tanto las mías rodeaban su cintura,quería creer aunque fuera por unos cuantos segundos,que él me pertenecía a mí,que Minho no era quién podía ver su rostro por las noches antes de dormir,sino yo.
Mi corazón palpitaba con rudeza en mi pecho,sabía lo que estaba pasando pero no podía aceptarlo.
Me alejé de él y dando media vuelta salí de la casa casí corriendo.
Dejando a un confundido I.N detrás.
. . .
Llegué a casa a eso de las tres treinta de la madrugada,recuerdo haberlo visto con su pijama de ovejas y su ceño fruncido,recuerdo también haberme tropezado cayendo de cara al suelo, haciendo a mi nariz sangrar.
Recuerdo haber dicho su nombre varias veces en la noche,escuchando su suave voz haciendo eco en mi cabeza.
—Estas delirando nuevamente—dijo.
Yo negué tomando su cara en mis manos.
—Tengo más que claro quien eres—solté esas palabras para acercarme a su rostro con lentitud.
—¿Quien soy?—susurró.
—Mi pequeño ser perfecto—juntando nuestras frentes le regale una sonrisa.
Sus ojos marrones me miraron llenos de lágrimas,mi corazón tembló.
—¿Por qué lloras pequeño Ángel?—pregunté.
—Porque yo no soy quién tu tanto quieres que sea—me alejé un par de centímetros para mirarlo de arriba a abajo y sonreí.
—¿Quién se supone que tienes que ser?—sus palabras me confundían.
—Tu primer amor—volví a unir nuestras frentes.
Sin decir una sola palabra,solté un suspiro.
Sus manos rodearon mi cuello y las mias su cintura,sus ojos se cerraron con lentitud y nuestros labios se atraían como imanes,poco a poco cortamos esa dolorosa distancia rozando nuestras bocas con miedo a ir más allá,con miedo a si uniamos nuestros labios no podríamos detenernos.
Apoyé mi cabeza en su hombro escuchando su suspiro de alivio.
No puedo hacerlo,no puedo.
—Déjame llevarte a descansar—Me dejé guiar hasta la habitación.
Me ayudó a quitarme los zapatos y a acostarme sobre la cómoda cama,mis ojos no se podían despegar de su figura,me tenía hipnotizado con su belleza perfecta.
Cuando estaba listo para irse a su propia habitación,lo detuve tomando su mano y tirando de él con cuidado haciéndolo caer sobre mí,me miró sorprendido.
Yo también me encontraba sin entender que sucedía.
No sabía en que estaba pensando.
Mi mente había quedado en blanco y mi cuerpo actuaba por si solo.
Los ojos marrones brillaban,llamándome.
Mordiendo mi labio inferior bajé mi mirada hasta sus rojizos labios,que me esperaban entreabiertos.
—Lo siento—susurro.
Sin pensarlo siquiera un segundo me acerqué a su boca,él no se movió un centímetro y sonreí de lado.
La señal estaba clara.
Él también lo esperaba con ansias.
Uniendo nuestros labios por primera vez,sentí el corazón a tope.
Al inicio fue un beso corto pero recuerdo que nuestros labios se encontraban hinchados luego de un rato,recuerdo haber besado la punta de su nariz y decir con claridad su bonito nombre antes de caer dormido.
Ahora que estaba despierto,solo quería que cayera un meteorito y me extinguiera como hizo con los dinosaurios.
. . .
Llegó el fin de semana,él solo me trató de manera normal,como si todo lo que pasó esa noche fuera producto de mi imaginación,actuaba tan normal que casi llegué a creer que todo había sido un sueño.
Pero la sensación de sus labios en los míos permanecía ahí,intacta.
—En unos días te veré,¿Cierto?—agachó la mirada,triste.
—Te prometo que volveré a tu lado en cuanto términe lo que tengo que hacer—Jeongin sonrió y me abrazó con fuerza.
—Pasajeros del vuelo 4419 con destino a Australia,favor de abordar por el carril derecho—ambos nos separamos y después de un suspiro nos despedimos con un movimiento de mano.
Él tomó su maleta y dando media vuelta se alejó rumbo a su destino.
Yo por mi lado me quedé mirando como desaparecía por las puertas que lo llevarían a tomar su avión.
Después de un rato de estar mirando hacia afuera para ver marchar el avión que lo llevaría a Australia,volví a casa. Esperaba que después de estar alejados por un tiempo los sentimientos que se estaban creando en mi interior desaparecieran.
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Editado: 12.08.2024