Niall estaba preparando la cena para su Dom, le había hecho su comida favorita, lasaña. Estaba feliz y orgulloso de sí mismo, se alistó para verse lo más hermoso que se pudiera para su Dom.
Una hora paso, se hicieron dos y finalmente no llego, Niall subió a cambiarse y recoger todo.
Otro día de lágrimas, el rubio se sentía inútil, estaban por cumplir un año de casados y Harry llevaba tres meses que ya no lo procuraba como el Dom que era, sus días de empiezo a fin se las pasaba solo. El quería tener un bebe con su Dom pero esté no quería y le dolía saber eso. Harry dejo de hacerle el amor hace 2 meses y él sabía que estaba con otro, lo veía en su ropa, su olor, pero no quería hacer nada para no alejarse de su Dom a quien amaba.
A una semana de su aniversario aquí esta Niall, con su regalo escondido en su cuarto, era un lindo gatito, sabía que su Dom lo amaría y eso lo hacía feliz.
Finalmente el día del aniversario escuchó la puerta abrirse, ya tenía todo listo, su cuarto estaba decorado románticamente, la comida lista y el estaba perfectamente vestido, bajo al encuentro con su Dom. Lo vio parado y se aventó a él abrazándolo y dándole un beso en los labios, no fue correspondido haciendo añicos el corazón del rubio.
—Niall te presento a Louis, mi nuevo sum, ya cumplimos un año de esposos y tengo el derecho de tomar un segundo Sum —dijo, el volteo y vio a un chico de ojos azules oscuros, cabello castaño, un cuerpo muy lindo, todo lo que él no tenía, ahora sabia porque Harry lo elegía a él.
—Lo sé Harry —susurro con un nudo en la garganta, aguantándose las ganas de llorar y se volteo al castaño.
—Hola, soy Niall —hablo en un hilo de voz, lo que se suponía que sería el día perfecto estaba arruinado.
—Niall, quédate en tu habitación, estaré con Louis para conocernos —ordeno el Dom y tomo al otro chico de la mano para subir sin esperar respuestas. Al terminar el rubio de procesar todo tomo la comida que había hecho y la guardó, subió a su habitación y por primera vez en meses tomo su teléfono.
«Hola» la voz cálida de su madre sonó del otro lado de la línea.
«Mami» emitió con la voz apagada.
«¿Qué paso cariño?» la voz de la mujer se escucho preocupada.
«Harry trajo un nuevo sum» emitió con lagrimas recorriendo sus mejillas rosadas.
«No se que decirte, él te ama, nunca te dejaría de lado y sólo debes embarazarte antes que el nuevo sum si no quieres alejarte de él.»
«Él no quiere tener hijos conmigo» soltó llorando aun mas, sentía que su mundo se estaba derrumbando poco a poco y el no podía detenerlo.
«Pase lo que pase estaré para ti bebé y si llega a pasar lo que no queremos me encargare que quedes con alguien mejor en el programa. Son las ventajas de ser de las juezas.
«Gracias mami»
«No hay de que, te dejo bebé.» colgó la llamada.
Observo la cama, los pétalos estaban en ella, se seco las lagrimas con lentitud, tomo el bote de la basura y limpio su cama, a lo lejos en su mesita de noche estaba la cajita aterciopelada, la tomo con delicadeza, ese era el regalo, anillos a par con tristeza la guardo en su caja de pertenencias especiales, apago las velas y las guardo, el gatito maulló, bajo la mirada, sonrió levemente y se agacho a acariciarlo, lo tomo en sus manos y se acostó acomodando a la bolita de pelos junto a él.
Los gemidos empezaron a escucharse pocos minutos después, su corazón rompiéndose con cada uno que emitían, las lagrimas volviendo a salir de sus orbes azul claro.
Definitivamente ese día había sido el peor de su vida, nada como lo tenía imaginado.