El coleccionista. Rebi apasionada. Iré al pozo.
Ella es pura locura, y fuerza de magia..
Al sentir su calor hacía, fue como una penetrante atracción. No tenía defensa alguna con lo cual poder sobreproteger mi corazón de tal asedio. Rebi era un demonio y un ángel que reinaba allí en el mundo de mi interior. Luego me soltó.
- Por hoy está bien – Hace tiempo que quería hacer esto.
- Eh...no sé qué decir...
- No es necesario – Manifestó - !Je! !Je! – y Esbozó claramente una ligera risita.
Quizás es mejor no expresar palabra ni gesto para evitar un entendido diferente. De camino a las cabañas, ella abrazaba aun su peluche y fue que me realizó un comentario extra con la pregunta
- ¿Cuándo será que vayas?
- mañana. Sera mejor de noche
- Pero será más peligroso
Por alguna razón prefería la noche al día. Es cuando laa almas del otro mundo y los seres se manifiesta. Prefieren esconderse en la oscuridad para que nadie pueda ver su pena.
- trabajo mejor en la noche. – Era mentira. Pero si veía algo extraño seria más fácil detectarlo. Por cierta capacidad debido a la maldición. El monstruo podría estar suelto es por ello que no quiero incluir a Rebi en ello. – Tú, deberás estar atenta y monitorear todo lo que haga ¿Correcto?
A ella no le agradó la idea. No quería dejarme solo, sin embargo era mejor de esta manera.
La nieve comenzó a caer con mayor ímpetu. Será mejor correr hasta las cabañas. Dije y de mi aliento podía exhalarse el vapor debido al frio. Aquí cerca de la cordillera los vientos son abismales y traen consigo la húmeda fortaleza del pacifico.
- Cuando termine quiero ir a un lugar especial – Dijo ella
- ¿Un lugar especial?
- sí.
- ¿Cual?
- Ya te diré
Al llegar se oían ruidos extraños detrás de una de las cabañas. Una gallina salió corriendo a gran velocidad
- ¡Will!
- ¡¡Shh!! – Le pedí silencio – Y extendí mi brazo como línea para que se quedase quieta Rebi – Iré a ver qué sucede – Tu quédate aquí
- Ejem! –Asiente ella
Caminé sigilosamente. Una sombra se movía. Se produjo un alboroto. Podría ser algún zorro o puma. ¿O probablemente algo peor?
Rebi se apretaba los dientes y coloqué mi mano en mi chaqueta dispuesto a sacar mi arma si era lo que imaginaba.
La sombra se trasladó y otra gallina salió del corral. La nieve se esparcía y el viento con un soplido despeinó mi visión. Vamos Willi, no es nada.
Rebi dio unos pasos y pisó una rama generando un ruido abrumador. La miré con enojó pues le pedí que permaneciera en silencio. La sombra se agrandaba en una gran forma uniforme y anómala.
- Viene hacia aquí! – Me dije. Estaba detrás del corral, y los arbustos se movían como las ramificaciones de los árboles aledaños – Viene hacia aquí!! !Viene!
La sombra se confrontaba. Crecía y crecía; se expandía de tal manera que manifestaba una gran porción desproporcionada. Rebi, no aguantó y fue hacia mí sin dudarlo. Debería regañarla, aunque sé que lo hizo para no dejarme solo confrontando lo que pudiera suceder.
- ¡¡¡¡Te dije….!!!!
- ¡¡¡Will..!!!
- ¡¡Ahhhh..!! – Dijimos ambos con un grito. De inmediato el susto nos aplacó las gargantas.
- ¿Disculpen? ¿Están bien? – frunce el ceño.
- ¿Diego? – Nos preguntamos
- El mismo. ¿Vienen de una salida?
- ¡¡Sí!!. Fuimos a cenar. –
Intenté preguntar qué estaba haciendo, pero se adelantó rápidamente.
Lo escuchábamos atentamente, y no podía decir más nada. Rebi no me quitaba la vista.
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Editado: 08.06.2025