Bruja del Bosque (el coleccionista -parte 2)

El coleccionista. William en peligro. La bestia es Diego. La cueva es un lugar peligroso. No existe tal mineral.

El coleccionista. William en peligro. La bestia es Diego. La cueva es un lugar peligroso. No existe tal mineral.

El monstruo acechaba mi mente con una respiración que se expandía por toda la zona de los alrededores.

A medida que me iba adentrando al bosque, realizaba un reconocimiento de terreno. Era imperativo no dejar huellas. Expandí antes de que me descubriera la bestia, pues estaba seguro que podría rastrearme un líquido con un olor pestilente. Eso atrajo otra clase de animales curiosos. El terreno de lagunas y piedras se entremezclaba con los arboles viejos de tiempos primigenios. Eran otra clase de cipreses gastados. Lo notaba por su corteza. Rebi, ya me había indicado. Tienen otra contextura que no puedo discernir claramente, y es por el efecto que contiene la cueva, o agujero en el cual se esconde aquel mineral preciado

La noche anterior complotamos con un mapa todos los posibles casos.

Dos empresas multinacionales explotadoras de petróleo.

  • George && Adams – Poderosa multinacional de estirpe que domina gran parte del golfo de medio oriente con sus magnates. Creadores de guerras internas. En la cual el magnate IlonTack maneja los hilos desde un lugar inhóspito de Asís, en la capital extrema y superpoblada de Bangladesh, Daca.
  • Kerbet – La empresa del emisario Emilio Lev Verstapem – Un anonimato que se halla en los países de la ex – URSS en Turkmenistán, con sede principal y lo que podría decirse la dictadura más alocada del mundo.

Una perteneciente al eje de los aliados del águila Blanca, y la otra al eje de los rojos del ex – Kremlin, y hoy llamado el oso rojo. -

Aparentemente nos darían apoyo, según Emilio, pero el día de la masacre de la bestia nos atacó sin remedio. Cambió de parecer. ¿Y el gobernador de la provincia? Raimundo Basavilbaso, proveniente de una familia oriunda de Rio Negro muy poderosa que adquirió tierras en las épocas de la conquista del desierto, aniquilando Tehuelches, mapuches y gauchos.

La cuestión es que ahora tenemos un gran desmadre; embrollos tajantes de poderosos que quieren explotar la zona por sus ricos minerales. El mineral que supuestamente se desconoce y solo aquí en esta región de Bariloche puede obtenerse. Y una bestia, real en todos sus sentidos que nos acecha de manera brutal y asesina que está dispuesta a destruir a todo lo que se le acerqué. A todo aquel que quiera profanar ese agujero misterioso.

Mientras continuaba adentrándome los pájaros se alborotaban. Si bien la zona estaba marcada, era inusual que hubiera tantas yendo y viniendo. Generalmente se produce por la llegada de un depredador. Aunque no podía ver en el cielo nada semejante. Y las copas de los árboles completaban la misión de cubrir todo el alrededor.

Proseguí por el mismo arroyo hasta un descenso y descampado entre tumultuosas rocas que impedían el recorrido.

-¿No recuerdo este sector? - Pensé titubeando - ¿no creo haberme perdido? – me pregunté – pediré ayuda a Rebi – Rebi!

- ¡Te copio Will!

- Necesito un mapeo topográfico de la ubicación

- ya lo tienes – Ella envía un escaneo desde su máquina a mi móvil con imágenes por satélite

Al verlas me sorprendí.

  • ¡¡Rebi!! Enviaste otro sector

Ella frunció el ceño y verificó al escucharme.

  • Imposible Will..Es tu ubicación exacta.
  • No puede ser..la imagen era totalmente diferente al escampado. Algo no estaré presenciado..¿Efecto ilusorio? No puede ser - Comencé a caminar en un sector y luego a otro - De alguna manera el agujero había desaparecido.

Un movimiento de las aves en el cielo se producía como un destello. Algo se estaba acercando de forma inminente.

Un leve suspiro de las hojas y el viento comenzó a soplar fuertemente. Eso quiere decir que alguien se estaba acercando. Una luz reflejaba a unos diez metros ¿Puede que sea alguno de esos mercenarios de las empresas? Al acercarme unos metros, pude ver que esa persona era Diego

  • ¿Diego?
  • Will, hay una imagen de alguien acercándose a un montículo de rocas
  • Ya lo he visto. Voy a seguirlo
  • Espera es peligroso… - Rebi verifica la imagen satelital con zoom - ¿Eh? ¿Es diego? – ¡¡Will!!
  • Ya lo sé Rebi. Voy a seguirlo. – Proseguí. Él se acercaba a una pared de un cerro. Me escondí detrás de unos árboles para no llamar la atención. Algunos insectos pululaban de forma hostil. Él se dio la vuelta percibiendo que alguien lo observaba. Corrí la mirada del perímetro. Y me calmé para no levantar sospechas. Al regresar con cuidado la mirada. Había otro destello de luz. La pared de roca estaba allí, pero Diego había desaparecido. - ¿Dónde diablos se fue?
  • Will..¿Me copias?..
  • Si.. Diego desapareció
  • ¿Qué? ¡¡Imposible!! La cámara infrarroja satelital sigue detectando a alguien.
  • ¡¡Maldita sea!! – salí de allí y me dirigí a la pared cuidadosamente. De alguna manera en esos alrededores era como si el viento no soplara, y los arbustos se mantuvieran firmes en un impoluto suspiro. Eso altero mis huesos. No podía percibir nada de lo que pudiera ocurrir. ¿Diego, en donde puedes estar? Estoy seguro que estas por aquí. – Me coloqué de cuclillas en el suelo y palpe con mi mano la tierra. Con el dedo índice verifiqué cada punto y concluí con la misma pared. Había ocurrido algo inesperado. - ¿Ahora qué sucede? – Era claro que estaba alguien más. – ¡Esto no me gusta nada! Puede que sea peligroso. Debo encontrar aquel agujero y comenzar la pesquisa. - ¡Eh!
  • ¡¡¡WILLLL!!! – Hay movimientos de otras personas –

Los veía. Un contingente de personas que parecían nativos de la zona con túnicas blancas. ¿Quiénes son ellos?

  • Poseían la vestimenta típica de una época antigua. - ¡Algo va suceder aquí y será peligroso!

Aquellos estaban preparados con armas de lanzas, arcos y flechas. Volví a esconderme entre la maleza para no ser descubierto. Aunque podía decirse que podría estar en problemas si me descubrían.




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