Brujas, La Legión

Capítulo 23

Pasadas al menos dos horas, todos en el apartamento de Eva mientras Alejandro y Jason intentaban tranquilizar a las hermanas, ninguna de las dos sentía la magia de Jess, era como si hubiera desaparecido completamente, ambas se negaban a creer que estuviera muerta, conocían lo fuerte que era Jessica, no podía haber muerto. Sally y Eva intentaron miles de hechizos de localización, pero ninguno de esto funcionó, incluso Alejandro utilizó sus poderes demoníacos para intentar localizar Jess por medio del vínculo que tenía con Jason, pero no funcionó, no pudo localizar a la bruja. Jason y Alejandro intentaron hacer que las hermanas fueran a dormir por sí solas, pero ninguna quería dejar de intentar localizar a Jess, pero utilizar tanta magia las estaba agotando, debido a eso, Jason no dudó en ponerlas a dormir con un simple hechizo, no duraría mucho, pero podrían descansar algo, mientras ellos pensaban una manera de traer de vuelta a Jessica Lithuriel.

—¿Crees que esté muerta? —Alejandro rompe el silencio.

—No, no puede estar muerta. Recién me entero que es mi hermana y algo en mi mundo comienza a tener sentido, no puedo perderla. —contesta Jason.

Alejandro siempre había sido positivo, pero no tenía esperanzas que Jess estuviera viva, ni con toda esa nueva información sobre brujas, hechiceros y vampiros, podía localizar a Jessica, así que, la posibilidad que estuviera muerta era grande. Eva y Sally le pidieron que las enviara al infierno, pero él se negó, no podían perderlas a ellas también, no tendrían ni una sola oportunidad contra Astoreth, necesitaban estar juntos, pelear contra aquel demonio. Pero ninguna de las dos brujas quería darse por vencida en su hermana.

—Jason… —dice Alejandro al hombre que estaba sentado en los lujosos sofás del apartamento.

En la cabeza de Alejandro había llegado una idea, una muy clara, quería bajar a buscar a Jessica él mismo. Ya que era un demonio, no había razón para que lo asesinaran, podría bajar sin problema.

—Quiero ir. —dice el joven Zarzakovich.

—No, absolutamente no. —Jason se levanta del sofá y se acerca al chico.

—Soy mitad demonio, no pueden asesinarme. Puedo ir a buscar a Lilith y preguntar por Jessica. —explica el chico.

—No, Alejandro no sabes cómo esa ahí abajo. —Jason hace una mueca de terror. —Es horrible, hay sufrimiento para donde quieras que voltees a ver.

—No tenemos opciones Jason, Eva y Sally no van a dar a su hermana por muerta. La necesitan y nosotros a ellas para luchar contra Astoreth. —continúa Alejandro.

El joven Zarzakovich había contado lo que habló con Han, sobre cómo quería deshacerse de Astaroth, les contó todo lo que creyó era importante. Pero solo a Jason le habló sobre la historia de sus padres.

—No puedo dejarte ir. —continúa Jason y se coloca tan cerca del joven Zarzakovich que ambos pueden respirar sus alientos. —No quiero perderte a ti también, no me quedarían fuerzas para seguir. —termina.

Aquellas palabras dejaron completamente perdido a Alejandro, no esperaba que Jason Wintt le dijera eso, mucho menos así de directo. El joven Zarzakovich sentía cómo su corazón casi se salía de su cuerpo y cómo la sangre le hervía.

Jason Wintt colocó sus manos en las caderas del joven Zarzakovich, provocando en éste que su corazón latiera más rápido. Ambos comenzaron a acercarse peligrosamente.

—Creo que sabemos cómo encontrar a Jess. —interrumpe Sally en la sala de estar.

Ambos chicos se alejan de golpe, Jason se sienta en el primer sofá que encuentra y Alejandro ojea el mapa que tenían en la mesa para localizar a Jess. Las brujas que recién entraron a la sala, solo fruncieron el ceño, aunque al mismo tiempo dejaron salir una pequeña sonrisa. Ambas habían escuchado perfectamente cómo Astoreth decía que Alejandro estaba enamorado de Jason.

—¿Cómo? —Jason se aclara la garganta.

—Es una leyenda. —dice Eva.

—¿Qué tan “leyenda”? —pregunta Zarzakovich reincorporándose.

—Tipo “hombre de las nieves” —dice Sally.

—Genial… —añade Jason.

—Cuando éramos niñas, en la biblioteca de La Academia había un libro que Jess adoraba, siempre entraba en las noches a sacarlo, para leerlo antes de dormir. —comienza Eva. —Aquel libro era parte de la colección privada de Han, pero ella misma fue la que se lo enseñó a Jess, no era un libro como los demás, era una especie de cuento.

—¿Vamos a basarnos en un cuento? —pregunta Jason.

—Todos los libros de la biblioteca están ahí por una razón, no es normal que haya cuento para niñas, es imposible. —aclara Sally.

—El cuento trataba sobre sirenas… —dice Eva.

Ambos chicos se voltean a ver incrédulos. Ya habían visto suficiente, las sirenas no podían ser reales.

Eva ignoró las expresiones de ambos hombres y siguió:

—No eran seres acuáticos, ni mucho menos con cola de pez. Eran mujeres hermosas, capaces de atraer a cualquier hombre a ellas, sin importar lo lejos que estuvieran, utilizaban su canto para atraerlos, cualquier hombre que escuchara el canto celestial de una sirena, quedaría hipnotizado y una vez con la sirena que lo llamó, moriría, junto con cualquier recuerdo de que existió. —explica Eva.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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