Brujas, La Legión

Capítulo 38

Después que el joven Zarzakovich viera que las brujas no tenían ni idea de lo que era un querubín, caminó hasta la cama en la había estado con Astaroth, se tapó su rostro con ambas manos, el chico no le había preguntado nada sobre el querubín a Azrael, Alejandro sentía algo de molestia subir por todo su cuerpo, pero intentó liberarla dejando salir un suspiro, luego el chico se levantó, pero un dolor en su espalda lo hizo caer de vuelta a la cama. Las brujas estaban discutiendo algo entre ellas, pero se acercaron a Alejandro al escuchar al chico soltar un gemido de dolor. Sally y Jess vieron perfectamente cómo una flecha aparecía en la espalda del joven Zarzakovich, la flecha que él había interceptado en la otra dimensión.

—¿Qué demonios? —dice Alejandro mientras intentaba ver su espalda.

—Es la flecha, debió viajar más lento. —contesta Sally.

La señorita Dorman tomó la flecha entre su mano para extraerla de un golpe, provocando así que Alejandro soltara un grito de dolor. Seguido la bruja coloca sus manos sobre la herida, de la cual estaba saliendo demasiada sangre, y dice: “claudit vulnere”, pero no pasa nada, la herida sigue igual. Sally vuelve a repetir el hechizo, pero sigue sin suceder nada. La joven Dorman voltea hacia su hermana, Jess hace lo mismo que Sally hacía, luego lo volvieron a hacer tomadas de las manos, pero la herida seguía dejando salir cantidades peligrosas de sangre.

—¿Qué pasa? —pregunta Sally.

Alejandro estaba empezando a perder la conciencia por la cantidad de sangre que estaba perdiendo.

Jess intenta activar sus látigos, pero no sucede nada. Sally repite la acción de su hermana, recibiendo el mismo resultado. Jess intenta mover la puerta con su mente, pero ésta quedó estática.

—No tenemos magia en esta dimensión. —dice Sally.

Ambas brujas levantan a Alejandro de la cama, apoyándolo en sus hombros. Sabían que era peligroso salir y ser vistas, no sabían quiénes las conocían, además, no podían cambiar nada de lo que estaba por pasar en esa dimensión. Pero tampoco podían dejar que Alejandro muriera.

—Debemos llevarlo a un hospital. —dice Sally.

—No podemos andar por la calle, así como así. —contesta Jess.

Ambas chicas caminaban directo a la salida. Pero antes de abrir, se escucharon las voces de tres mujeres que iban a abrir la puerta. Las chicas reconocieron de inmediato las voces, eran ellas. Sally y Jess giraron en su centro, buscando una manera de salir, pero no había ninguna, no podían simplemente saltar por la ventana, ninguno de ellos tenía magia. El pomo de la puerta comenzó a girar, las chicas comenzaron a desesperarse, el chirrido de la puerta sonó, pero fue cerrada inmediatamente, Alejandro había bloqueado la puerta.

—Alejandro… —dice Jess acomodándolo.

—Tenemos… tenemos que irnos. —dice el joven Zarzakovich.

Alejandro luchaba por mantenerse despierto, pero estaba perdiendo demasiada sangre. Sally y Jess comenzaban a sentir que el cuerpo del hombre se volvía más pesado.

—¿Cómo es que él tiene magia, y nosotras no? —pregunta Sally.

—No sabemos qué ha pasado en esta dimensión, pero sabemos que en todas los demonios existen, así que la magia demoníaca también existe. —contesta Jess.

—Eso no explica porqué tú no tienes magia. Aceptaste la magia de Lilith, ¿cierto? —Sally sonaba sombría.

—Es posible que el reino de Lilith no exista aquí, ella atrae la magia de su reino. —explica Jess.

—¿Ahora qué? ¿La mejor mamá del mundo? —añade Sally con cinismo.

—Sal, no tenemos tiempo para esto. —Jess suena cortante. —¿Alejandro? ¿Crees poder abrir un portal?

Alejandro negó con la cabeza, ni siquiera sabía exactamente dónde tenían que ir, sería muy arriesgado atravesar un portal en esa dimensión. Aquella herida le daba punzones a Alejandro, provocando que éste se quejara cada que pasaba. El joven Zarzakovich ya intentó curar su herida, pero no tuvo éxito, fue hecha en otra dimensión, no podían curarla ahí.

La puerta del apartamento comenzó a ser golpeada, luego unas voces gruesas comenzaron a llamar, diciendo ser la policía, que, si no abrían, iban a tirar la puerta.

Alejandro extendió sus brazos, tomando entre ellos a las dos brujas. El chico extendió sus alas, que extrañamente eran más pequeñas, menos coloridas, al éstas salir, el joven soltó un grito ahogado de dolor. Los cuerpos de los tres jóvenes se desvanecieron un poco, Alejandro alzó vuelo y atravesó la ventana principal del apartamento, sin destruir nada a su paso. El chico era invisible, junto con Sally y Jess. Con la poca fuerza que volaba, el hombre aterrizó en un parqueo del primer hospital que vieron, luego sus alas desaparecieron y sus cuerpos se hicieron visibles. En segundos, Alejandro cayó contra el suelo, inconsciente.

—Ve a traer ayuda. —le dice Jess a Sally.

La joven Dorman salió corriendo en busca de ayuda, mientras Jess se inclinaba a intentar ayudar a Alejandro.

—Jason… —dice Alejandro cuando Jess lo giró en el suelo. —¿Dónde… Jason… dónde está? —apenas era que hablaba el chico.

—Te contaré todo, pero cuando estés mejor y te prometo que juntos lo podemos salvar. —dice Jess.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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