Brujas, La Legión

Capítulo 41

Astaroth era impaciente, quería encontrar a Astoreth para asesinarla de una vez por todas, pero mientras ella estuviera con Olsen Dynomarc, era peligroso para él, Astaroth era más fuerte que el señor Dynomarc, pero eso no quería decir que no se desgastaría en una pelea con el hombre, además Astoreth también se uniría y ambos podrían debilitarlo al nivel de asesinarlo, por lo que debía esperar que Jason cumpliera su misión, el chico Wintt era listo, podía encontrar la manera de asesinar a Olsen, si no lo hacía, al demonio no le iba a quedar de otra que ir él mismo a atacar a Olsen, pero por el momento, no podía hacer más que esperar en el apartamento de las brujas. Habían pasado solo unas horas, pero el demonio ya no soportaba la espera, nunca había sido paciente, por lo que comenzó a tirar cosas al suelo, destruir las paredes, quemar partes del apartamento, todo esto pasaba involuntariamente, solo por el hecho de tener que esperar.

Astaroth mantenía una forma física aterradora, el demonio con grandes cuernos y ahora rodeado de serpientes, grandes colmillos y su piel parecía estar quemándose, él sabía que no podía mantener esa forma mucho tiempo.

El demonio se logró transportar al mundo humano por medio de la esencia de Jason, pero cuando se la devolvió, corrió el riesgo de que fuera devuelto al infierno, pero no pasó, se mantuvo en el reino que estaba, aunque Astaroth logró un golpe de suerte, era posible que en cualquier momento fuera enviado de vuelta al infierno y encerrado allí, por lo que no podía correr el riesgo, el demonio conocía perfectamente cómo mantenerse en el mundo humano.

Astaroth llegó al pequeño balcón del apartamento, de ahí podía ver una parte de la ciudad, la cual estaba oscura, parecía que una tormenta se avecinaba, no había muchas personas en las calles, pero las que lo estaban fueron desafortunadas. El demonio levitó un poco, levantó ambas manos en el aire, y el alma de las personas fue arrancada de sus cuerpos y absorbido por Astaroth en segundos, los humanos cayeron al suelo con sus ojos completamente en blanco, y de sus lagrimales salía un líquido blanco y viscoso.

Absorber las almas de los humanos, le permitía a Astaroth permanecer escondido en el mundo humano, cualquier ángel o demonio que intentara enviarlo de vuelta, no podría encontrarlo, además, le ayudaba a esconder su forma diabólica, podía tomar la forma de las personas a las que les había robado el alma, algo que le ayudaría a conocer un poco más el mundo que iba a dominar.

Astaroth considera a los humanos inferiores, que son simples ovejas que necesitan un señor y amo, él piensa que es el único que puede gobernarles, siempre se ha burlado de la manera en que Dios gobierna, los deja hacer lo que quieran, no tienen orden, tienen un pensamiento libre, no respetan a sus superiores, incluso, algunos niegan la existencia, no solo del mismo Dios sino de los demonios que asechan constantemente. Por solo eso, Astaroth quiere gobernarlos, pero el demonio no distingue entre gobernar y exterminar, los humanos están acostumbrados a vivir en la especie de “libertad” que tienen, al momento que un ser supremo los obligue a agachar la cabeza, muchos se van a negar, y Astaroth con un simple movimiento de sus manos, los hará desaparecer, dejando finalmente, un tercio de la población mundial.

El demonio no dudó en tomar la forma de un chico de veinte años, cabello rubio, ojos claros, contextura delgada, una sonrisa perfecta. Astaroth se miró al espejo, analizó su nueva apariencia, e hizo aparecer unas ropas de la época, pantalones ajustados, una camisa de alguna serie de televisión y un abrigo, aunque estuviera haciendo calor, tampoco hicieron falta los zapatos deportivos. Luego de camuflarse, salió del apartamento, necesitaba una serie de cosas para lo que iba a hacer, finalmente, no había brujas que estuvieran destruyendo a cada demonio que veían a su paso, podría tener obedientes discípulos.

El demonio caminó por la ciudad, analizando cada edificio que veía, escuchando cada comentario, observando a los humanos en su diario vivir, Astaroth sentía casi ganas de vomitar de ver la simpleza en la que vivían esos seres, sin magia, sin orden, algunos se emocionaban por solo ver un anuncio de su cantante favorito, otros gastaban una fortuna por tener un celular, sin mencionar a los mayores, se creían superiores por no gastar el dinero en un celular, sino en un carro. El demonio siguió caminando sin dejar de observar, hasta que finalmente llegó, una biblioteca de libros antiguos; no había maldición que el demonio no conociera; pero no era por eso por lo que venía.

La biblioteca se encontraba sobre terreno maldito, maldecido hace aproximadamente doscientos años, o más, aquel terreno había sido utilizado como lugar de reunión de demonios, después de un tiempo se convirtió en una fosa conectada directamente con el infierno, lo que significa que por ahí salían demonios que provenían del infierno, pero después las brujas la cerraron, como a muchas otras fosas del mundo, por esa razón había escasez de demonios en el reino humano, pero ahora, las fosas de todo el mundo se reabrirían para siempre.

—¿Le puedo ayudar en algo? —pregunta una joven amable a Astaroth.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta el demonio.

La chica se queda un poco extrañada por el hecho que un chico de la misma edad de ella, tuviera un voz tan fuerte y gruesa.

Luego, levanta un carné que le colgaba del cuello, dejando ver su nombre.

—Casie Collins. —dice en voz alta el demonio.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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