Brujas, La Legión

Capítulo 50

Jessica, Sally y Alejandro no dudaron en subirse al auto y conducir de vuelta a la ciudad, ni siquiera sabían si ahí era donde estaba el querubín, pero era el único lugar donde podían comenzar a buscar. Alejandro conducía el auto a toda velocidad, mientras Jess y Sally discutían sobre Astaroth y cómo deshacerse de él. El chico Zarzakovich presionaba el acelerador con fuerza, como si eso lograra que el automóvil pudiera ir más rápido.

—Alejandro, más lento. —pide Sally.

Sally estaba preocupada, Alejandro estaba notoriamente molesto, el chico quería encontrar a Astaroth y asesinarlo con sus propias manos, la chica Dorman ni siquiera podía comenzar a entender por lo que Alejandro estaba pasando, pero no podía permitir que ocurriera un accidente, iban demasiado rápido.

Alejandro ignoró a Sally, el chico quería encontrar a Astaroth, sabía que no iba a lograr nada asesinándolo, pero no podía dejar que simplemente destruyera su única forma de poder volver a ver a Jason. Además, Astaroth era un maldito que se había atrevido a utilizar el rostro de Jason. Alejandro sentía que su sangre le ardía por todo su cuerpo, no podía pensar en otra cosa más en enfrentarse a Astaroth, asesinarlo, su cabeza daba vueltas, pero solo podía presionar el acelerador cada vez más.

—No debiste dejarlo conducir. —le dice Jess a Sally.

—Estoy bien. —interrumpe Alejandro. —Solo tenemos que llegar rápido a la ciudad, si Astaroth destruye el querubín nos vamos a quedar aquí estancados.

El auto casi ni se veía cuando pasaba por la autopista. Los chicos estaban a menos de cinco metros de una intersección, Alejandro no bajó la velocidad, ignorando la señalización clara. El chico Zarzakovich sabía que se tenía que detener, pero no había nadie en la calle, no lo encontró necesario. Al momento en el que el auto pasó a toda velocidad por la intersección, unas sirenas comenzaron a sonar detrás de ellos, era una patrulla de policía, la patrulla había acelerado apenas los vio pasar, ahora venía a toda velocidad detrás de ellos.

—Alejandro, para el carro. —le dice Sally.

—¿Estás loca? Si nos atrapan, nos van a encerrar en la cárcel. —dice Jess.

—No podemos perderlos. —aclara Sally.

Alejandro mantenía el volante quieto, por donde iban no había calles en las que se pudiera esconder, todo era una enorme carretera recta, y la patrulla era más rápida que su auto.

—¿Creen que con la llegada de Astaroth haya aparecido un poco de magia demoníaca? —pregunta Alejandro sin dejar de ver el parabrisas.

Jess, en la parte trasera del auto, no dejaba de ver a la patrulla que los seguía, mientras que Sally no despegaba sus ojos de los retrovisores.

—Eres el único que puede saberlo. —contesta Sally.

Astaroth era un demonio de alto nivel, uno de los más fuertes que existe, se había debilitado por el viaje entre dimensiones, pero que su magia se extinguiera sería difícil, tal vez le llevaría unos tres días en perderla, pero ninguno de los chicos en el auto sabían hace cuanto Astaroth había estado en esa dimensión, la debilidad en el cuerpo del demonio los hacía sospechar que había sido enviado hace poco, pero no podían asegurarlo. Además, si Astaroth encontraba la manera de activar la magia demoníaca en esa dimensión, quedaría por completo destruida, al no haber brujas que la protejan.

La magia del demonio se estaba debilitando, pero no del todo, su cuerpo aún buscaba por toda la dimensión la más mínima pizca de magia, lo que fuera para mantenerse vivo.

—Si Astaroth encontró el querubín, puede utilizar su magia para destruirlo. —dice Sally.

—Eso lo mataría. —añade Jess.

—Si no se va de aquí, también va a morir. —explica Alejandro.

—¿Por qué no utiliza el querubín para irse? —dice Jess.

—¿Recuerdas el libro de colorear? Al lado de cada querubín siempre había una mujer, una bruja, lo que quiere decir que solo puede ser usado o activado por brujas. —explica Sally.

Alejandro intentaba concentrarse en sentir algo de magia, pero no lograba acallar su mente, estaba muy molesto, había mucha presión alrededor suyo, las sirenas de la patrulla no ayudaban tampoco.

—No puedo concentrarme. —dice Alejandro.

—Dame el volante. —dice Sally.

La chica Dorman se coloca encima de Alejandro, toma el control del auto y luego el chico Zarzakovich se pasa para el asiento del copiloto. Sin pensar más, Alejandro cierra sus ojos, coloca sus manos sobre sus muslos, inhala un poco de aire, y luego deja salir una bocanada de éste. Cada centímetro de su cuerpo intentaba concentrarse en localizar un poco de magia; esto ya lo había intentado antes, sin encontrar nada, pero ahora Astaroth estaba en esa dimensión, era posible que hubiera un poco de magia; el corazón de Alejandro bajó su ritmo, todo el ruido a su alrededor se silenció por completo, el chico sintió como que su alma salía de su cuerpo y buscaba algo por todo el mundo, hasta que lo sintió, una pizca mágica, apenas estaba comenzando a aparecer, Alejandro no dudó en unirse con aquel poco de magia, luego abrió los ojos de golpe. El chico estaba desubicado.

—¡Hasta que volviste! —expresa Jessica.

—¿Dónde estamos? —pregunta el chico Zarzakovich.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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