Brujas, La Legión

Capítulo 56

Por muchos siglos el hotel Zanz había estado bajo el mando de los vampiros, ellos mismos lo habían construido, había sido un lugar que utilizaban para ocultarse de las brujas cuando éstas los cazaban por diversión, era lujoso, perfecto para ocultarse y mezclarse con los humanos pasando desapercibidos y así fue.

Por muchísimos años el hotel Zanz sirvió como una salvación para los miles de vampiros perdidos y aterrorizados del mundo, todos escuchaban de un lugar donde nadie les podía hacer daño. En cuestión de años el hotel era popularmente conocido, y tenía inquilinos que nunca se iban, aquello despertó sospechas en las brujas y así fue como éstas se enteraron de quiénes realmente vivían ahí.

Las brujas dejaron de cazar a los vampiros, pero sabía perfectamente dónde estaban y se aseguraron de que ellos se enteraran de esto. Algunas brujas de la Academia habían atentado contra el hotel, no hicieron mucho daño, pero los vampiros sabían que el lugar ya no era tan seguro como antes, por lo que muchos se mudaron, ya que la cacería a vampiros y otros seres se había prohibido.

Los años siguieron pasando, el hotel continuaba adquiriendo cada vez más popularidad, hasta que se volvió uno de los más reconocidos en todo el mundo, muchos querían pasar al menos una noche en el gran hotel Zanz, miles de celebridades se hospedaron en él. Pero la gloria del hotel no duró por mucho tiempo, aunque los vampiros son seres que pueden vivir sin sangre humana, estar cerca de tantos humanos aumentaba la sed de ellos, a un nivel que una noche atacaron a todos los hospedados, ni una sola gota de sangre en el cuerpo de los fallecidos, después de éste aterrador incidente, las brujas intervinieron y prohibieron la entrada de humanos a ese hotel, por lo que solo vampiros podían asistir, debido a esto, los grandes días del gran hotel Zanz se acabaron en su totalidad, ya nadie asistía al lugar, y los que estaban ahí se negaban a pagar, ya que eran vampiros, por lo que el hotel cayó en un declive.

El lugar era enorme, dos kilómetros de altura, miles de habitaciones, suites, un bar, un pequeño campo de golf, la recepción era enorme y acogedora, al igual que las salas de espera, lo que más caracterizaba al hotel Zanz era el uso de sus candelabros, enormes, brillantes, había de estos por todo el hotel, además el techo del lugar era una clásica ilusión óptica, muchos pasaban horas disfrutando de ésta. La recepción solamente tenía una secretaria con un enorme escritorio, a los lados de ella habían dos pasillos, el izquierdo llevaba a la sala de juntas y el de la derecha a las habitaciones y demás atributos del hotel.

El hotel Zanz tenía una gran historia, luego muchos años los vampiros se enteraron de que habían construido el hotel debajo de una de las fosas que daba al infierno, no quisieron preocuparse demás, las brujas habían sellado las fosas, nadie nunca podía abrirlas. Hasta que llegó Astaroth al reino humano. Cuando este demonio abrió las fosas, la única que no se abrió fue la del hotel Zanz, el gran demonio; Lucifer; se había encargado de mantenerla cerrada para cualquier eventualidad.

Lucifer tenía prohibido dejar el infierno, además no podía hacerlo, pero en el momento en que Lilith se encargó de deshacer el reino del gran demonio, él se vio en la obligación de utilizar su única escapatoria, pero tuvo que ver como todo lo que había construido se deshacía frente a sus ojos, cuando el infierno estuvo suficientemente deshecho, Lucifer pudo escapar. Cuando el demonio pasó por la fosa, el infierno se destruyó por completo, pero la fosa absorbió poder de Lucifer, por lo que cuando todas las demás se cerraron, ésta fue la única que quedó abierta y bajo el mando de Lucifer.

La fosa se conectó con el reino de Lilith, solamente los demonios presentes ahí podían sentirla, por lo que si quería salir tenían que pedir permiso a su amo y señor, aquello era perfecto para Lucifer, no todos los demonios se iban a escapar, solo los que él necesitara y Lilith nunca se daría cuenta de que él de alguna manera aún controlaba el reino que según ella reinaba. Los demonios nunca iban a dejar de ser leales a Lucifer, aunque esto les costara la vida, Lucifer los había salvado, les había dado un hogar, y eso aseguraba la lealtad de ellos hacia el gran demonio. Por esta razón, Lucifer aún seguía en el hotel, estaban conectados de alguna manera y se sentía cómodo en el lugar.

El Santuario era un lugar enorme, miles de kilómetros subterráneos para la experimentación científica, cada día se llenaba más de diferentes artefactos inventados por los residentes, los cuales olvidaban el lugar una vez salieran de éste, era un hechizo difícil de ejecutar, pero Olsen lo pudo hacer sin esfuerzo extra, todo aquello fue para poder crear al hechicero perfecto, basado en la sangre de Olsen, pero también para desarrollar tipos de armas o descubrir maneras de poder enfrentar el mundo sobrenatural.

—¡Su presión está bajando! —dice una de las enfermeras encargadas de Jason Wintt. —Llama al doctor.

Jason se había desmayado hace treinta minutos, ya era hora de que hubiera despertado, pero no lo había hecho, en este momento el chico estaba colapsando, su cuerpo necesitaba magia.

Olsen escuchó la alarma de donde tenían a su hijo, el hombre bajó lo más rápido que pudo. El señor Dynomarc se quedó atónito al ver a su hijo colapsando, no dejaba de hinchar tan fuerte su pecho que despegaba su espalda de la camilla, parecía que estaba muriendo.

—¿Qué le pasa? —le pregunta Olsen a una enfermera.

—Está por tener un ataque cardíaco. —contesta la mujer y entra al lugar.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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