Brujería

Todo terminó

El sexo ya no era como antes, tenía mucho que dejé de sentir algo más que el impulso de terminar en ella. De hecho, solo lo hacía mecánicamente, como si fuera una actividad extra en la semana. Ni siquiera la miraba a los ojos, tampoco me preocupaba por generar una conexión, una que en el pasado era muy importante.

Llevábamos 3 años de relación, pero al año y medio comencé a sentir esa monotonía. En los últimos meses tuvimos algunas altas pero era todo, el resto de tiempo se convirtió en lo mismo.

Quizá por ese motivo comencé a mirar a otras mujeres. No con la intención de ligarmelas, simplemente para terminar con la monotonía imaginándome un romance con ellas, incluso durante el acto, traía a mi mente a aquellas mujeres solo para cumplir lo mejor posible, pero al finalizar volvía a sentir lo mismo al mirar su rostro.

Ese noche terminamos de hacer "el amor" un concepto que a ella le gustaba usar, quizá para recordar nuestros inicios, vaya que lo hacíamos enamorados, pero ahora para mí solo era tener sexo, incluso creo que para ella también solo que se resistía a aceptarlo.

Al finalizar, solo me giré, tenía la intención de permanecer en silencio, incluso quedarme dormido, pero no pasó ninguna de las dos. Ella comenzó a conversar conmigo. "¿Qué tal estuvo tu día?" Me preguntó muy interesada, algo que hasta cierto punto me causó culpa, yo no tenía interés en ella ni mucho menos en conversar... Hasta eso se volvió monótono.

Me abrazó esperando que yo bajara mi brazo para seguir su acción. Lo hice de mala gana y solo hasta que me insistió.

A pesar de mi actitud que para mí era bastante obvia, ella me seguía tratando igual, como si la relación aún existiera.

Comenzamos a hablar, ella mucho más interesada. Yo solo quería dormir aunque no lo lograba, la acción no había sido suficiente para provocar mi sueño.

Entre la frustración y las ganas de alejarme, exploté con ella diciéndole "¡Déjame en paz, quiero dormir!"

Solo ví su mirada triste, pero ya era demasiado tarde para arrepentirme así que me fuí de ahí para dormir en la sala.

A la mañana siguiente, me desperté un poco más despejado pero igual de estresado.

La vi que estaba en la cocina pero no me dijo nada. Sabía que me tenía que disculpar pero no lo hice, no le ví sentido. Terminé mis actividades y decidí salir a trabajar sin apenas decirle algo.

Mi día fue mucho más atractivo que el resto de días pasados y todo fue gracias a que conocí a Daniela, una chica que era prima de Mario, mi compañero de trabajo con el que salia a comer.

Él y yo siempre íbamos al mismo restaurante, estaba cerca de la oficina así que era el lugar ideal. En esta ocasión se encontró a su prima ahí y le pidió unirse a nosotros.

Por primera vez sentí que miré a una mujer atractiva por convicción y no solo por distraer mi mente... Ella en verdad me cautivó.

Era hermosa, tenía los ojos verdes más lindos que había visto, además poseia una actitud muy amable y divertida, quedé atrapado en ella desde ese momento.

Fuí muy obvio, Mario notó que no dejaba de mirarla, incluso ella se percató y solo sonreía, al parecer yo también me le había hecho interesante.

La conversación fue muy corta pero fue suficiente para alegrar mi día.

Cuando regresamos a la oficina fue el mismo Mario quien me ofreció su número para seguir en contacto. Él conocía mi situación y como buen amigo, decidió darme el motivo para dejar a mi pareja.

Se lo agradecí y guardé el número aunque no estaba seguro de cuándo hablarle o si lo haría.

Sin ser conciente de aquello, fue suficiente para tomar la decisión que hacía tiempo pensaba... Por fin dejar esa relación.

Llegué al departamento decidido, pensé que la vería ahí pero no fue así, no estaba presente. Se me hizo raro pues ella solo trabajaba medio turno, tiempo suficiente para llegar a casa antes que yo.

Decidí esperar, no le llamé para no mostrar interés, sabía que ella llegaría en algún momento.

Aproveché para preparar mi discurso, a pesar de todo, no la quería hacer sentir mal.

Pasaron 2 horas y ella no llegaba. Comencé a desesperarme. Ahí decidí sentarme en las escaleras y tomar mk teléfono para escribirle a Daniela, pensé que era el momento ideal.

Me sentí muy nervioso pero abrí su contacto y comencé a redactar. Era algo sencillo "hola, soy Efrain, el amigo de Mario que comió con ustedes" Me pareció lo más indicado para presentarme y esperar su respuesta. Estaba listo, solo faltaba enviar el mensaje.

Aquí comenzó lo raro, me empezó a dar un dolor de cabeza muy fuerte, tanto que perdí la visión por unos segundos. Mientras estaba oscuro, comencé a ver la imagen de mi pareja, se veía hermosa. Eso se había apoderado de mí.

Cuando recuperé mi visión tomé mi celular y comprobé que el mensaje lo había enviado, comencé a sentir mucha culpa y solo quería estar con mi pareja, necesitaba verla... En verdad quería estar con ella.

Agarré mi celular y comencé a llamarle desesperadamente, pero ella no me respondió ninguna llamada, cuando iba en la décima perdí la cuenta, solo llamé y llamé sin tener respuesta.

En mi pecho sentía una gran agonía, una desesperación por verla que no se puede explicar. Estaba muy confundido en el por qué estaba haciendo eso.

Afortunadamente no tuve que esperar mucho tiempo. Mi corazón se calmó cuando escuché que alguien habría la puerta, no había duda, mi pareja, el amor de mi vida, mi hermosa Julia, había llegado.



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Editado: 23.05.2025

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