"Trabajos" de brujería

Marzo de 2025. Iglesia en Villahermosa, Tabasco.

Una hermana llamada Rebeca, 41 años, madre de cuatro hijos y comerciante en el mercado, empezó a recibir ataques fuertes después de que una competidora (otra vendedora de ropa) la amenazó abiertamente: «Te voy a cerrar, ya fui con quien sabe hacer estas cosas para que te seques».

Dos semanas después:

• Las ventas cayeron de golpe, de 8-10 mil pesos diarios a menos de 500.
• Encontró un limón podrido con agujas y su nombre escrito, metido debajo del mostrador.
• Su hija mayor empezó a tener ataques de asfixia nocturna.
• El marido amanecía con rasguños en la espalda.

Cuando llegó a la iglesia ya estaba desesperada. Hicimos la liberación correspondiente (encontramos otro frasco enterrado en la entrada del local), pero lo más importante fue enseñarle a ella y a toda la familia el ESCUDO PRÁCTICO que el Señor nos ha dado para que estos trabajos NO toquen más.

Estas son las siete defensas que le dimos y que hoy enseño en todos los seminarios de guerra espiritual. Las aplicó al pie de la letra y en menos de un mes todo cambió.

1. Cubertura diaria con la Sangre de Cristo Todas las mañanas, en voz alta y en familia: «En el nombre de Jesús, nos cubrimos con la Sangre del Cordero desde la coronilla hasta la planta de los pies. Ningún maleficio, ninguna brujería, ningún espíritu inmundo puede traspasar esta Sangre». (Apocalipsis 12:11 – «Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero»).
2. Pleito legal: cancelación de toda palabra de maldición Cada vez que alguien les desea mal o los amenaza: «En el nombre de Jesús, cancelo toda palabra de maldición lanzada contra mí y mi casa. Lo que fue atado en la tierra queda desatado en los cielos, y lo que fue desatado queda atado. Isaías 54:17: Ninguna arma forjada contra nosotros prosperará».
3. Untar los marcos de puertas y ventanas con aceite de unción Una vez por semana, con aceite bendito (el que usamos en la iglesia): Se hace la señal de la cruz en los marcos mientras se declara Éxodo 12:23: «Cuando el destructor vea la Sangre en el dintel y en los postes, pasará de largo».
4. Sal gruesa consagrada en las esquinas de la casa y del negocio Se ora sobre la sal (Salmo 107:16, Job 41) y se pone una pizca en cada esquina: «Toda obra de brujería que entre por estas puertas queda neutralizada por el poder del Espíritu Santo».
5. Destrucción inmediata de cualquier objeto sospechoso Regla de oro: NUNCA tocar con las manos desnudas algo que aparezca de la nada (limones, muñecos, bolsas negras, huevos, etc.). Se rocía con aceite, se envuelve en una bolsa y se quema lejos de la casa mientras se ora Salmo 91 y se canta victoria.
6. Perdón activo y bendición de los enemigos Esto es lo que más cuesta, pero es la llave maestra. Rebeca tuvo que orar todos los días: «Señor, perdono a Fulana de tal, la bendigo en el nombre de Jesús y pido que le sea hecha conforme a sus obras, pero yo no guardo rencor». El rencor es la gasolina del trabajo; el perdón le quita el oxígeno.
7. Vida de altar familiar diario 15 minutos todas las noches: lectura de la Palabra en voz alta (sobre todo Salmos protectores: 27, 35, 59, 91, 109), oración en lenguas, alabanza fuerte y declaración de que Jesús es el Señor de esa casa. Donde hay altar encendido, el diablo no puede quedarse.

Resultado después de 30 días aplicando esto al pie de la letra:

• Las ventas volvieron y superaron lo de antes.
• La hija dejó de tener ataques.
• Los rasguños desaparecieron.
• La competidora cerró su puesto y se fue del mercado (nunca supimos por qué, pero Rebeca oró por ella igual).

Hoy Rebeca enseña este mismo escudo a otras hermanas del mercado. Y siempre termina diciendo: «Pastor, yo creía que necesitaba un brujo más fuerte para pelear contra la brujería… pero descubrí que la Sangre de Jesús es el poder más fuerte que existe».

Hermanos, no hay trabajo que resista estos siete pasos vividos con fe y obediencia. Porque escrito está: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros» (Santiago 4:7).

Si alguien está pasando por esto ahora mismo, empiecen HOY MISMO con estos siete puntos. Y si sienten que el ataque es muy fuerte, búsquenme o busquen a un pastor de sana doctrina y con ministerio de liberación. No están solos.

¿Quieren que les dé una oración modelo para hacer ahora mismo en sus casas?