Sé supone que solo era una aburrida fiesta en la que no encajaría, para empezar, ni siquiera sabía porque demonios le habían invitado.
Pero, esto no era para nada aburrido.
Jackson retrocedió creyendo que había enloquecido, pensando que tal vez, el alcohol le había dejado alucinando. Pero, en el momento que lo hizo, tuvo la fortuna de encontrarse con unos ojos grises verdosos. La dueña de estos, Thebe, parecía observarle completamente desconcertada e incluso asustada.
¿Ella también está viendo lo mismo que yo? -pensó erróneamente.
Todo su malentendido se aclaró cuando la cara de Thebe empalideció y en seguida, se encaminó en dirección de Jayson. Anonadado por su repentina cercanía él no pudo hacer nada más que abrir la boca, pero de esta salió un jadeo cuando fue repentinamente tacleado y obligado a caer sobre un sofá con Thebe a horcadas de su cuerpo.
El sonrojo no tardó en cubrir de manera leve los pómulos del chico. ¡¿Qué demonios?! Las alarmas parecían sonar en su cabeza.
-¿The…-trató de pronunciar pero fue callado por Thebe.
Más bien, los labios de Thebe sobre los suyos le cortaron su balbuceo, pero con la misma rapidez que se acercaron, se acabó el contacto.
¿Qué demonios está sucediendo?-pensó al ver a Thebe viéndolo fijamente.