Está es la historia de un muchacho que buscaba la verdad de su ser. Él había perdido parte de sus sueños y fuerzas por lograr encontrar lo que realmente quería. Pero a pesar de todo, no lo lograba.
Siempre se preguntaba si valía la pena continuar con esta búsqueda. Pero no logró conseguir respuesta alguna. Cansado de esta vida, pensaba en rendirse. - ¿Por qué sigo insistiendo en conseguir una respuesta?. Creo que soy un verdadero tonto, por seguir intentándolo - pensaba. Total, nadie confía en mí. Debo de dejar todo este asunto a un lado -.
Estando en la escuela, trataba siempre de ser mejor, incluso intentaba de buscar soluciones ante cualquier cosa. Pero, cada vez, su mirada se iba apagando y, en su interior, se empezó a volver frío. Ya no creía en las personas, ya que siempre lo traicionaban. Hablaban a sus espaldas, se reían de él y, siempre, lo buscaban solamente cuando necesitaban de su ayuda.
Harto de esa manera de vivir, empezó a aislarse de todos. Empezó a esconder, de todos, lo que en verdad siente y hasta perdió su personalidad. Ya, casi, ni él se reconocía. La vida le empezó a dar lo mismo, que ya ni se esforzaba por alcanzar sus metas, aún peor, ya no tenía metas.