—Flaco, pégate al plan —me dijo Nick dándome leves palmadas con las manos frías—.
—Chocolito, Hank se está guardando algo.
—Déjate de hablar y ponte a respirar. Cada poquito de energía que puedas sacarle de ventaja va a ser crucial.
—Este round voy a tratar de provocarlo un poco. Estúdialo y dime qué hay.
—Sí, sí, es parte del contrato. Por ahora, tú cázalo y yo te ayudo a agarrarlo cuando le pille algo.
—¡Fuera seconds! —dictó el referee.
—¡Ya sabís, chicoco! —le dijo Nick mientras sacaba sus cosas para salir del ring— ¡Bloquear disparar y correr!
Desde mi esquina podía notar una sonrisa confiada de Hank. Peleadores al centro. El referee nos posiciona y los murmullos de la multitud se vuelven una lluvia de gritos al sonar la campana.
Hank avanzó el pie izquierdo con seguridad y yo le castigué con un jab, el cual bloqueó antes de entrar en su ritmo, pivotear por mi izquierda y empezar el baile.
Un par de jabs sobre mi guardia y se devolvió hacia mi interior. Desde ahí siguió con los jabs aumentando gradualmente la intensidad.
Bloquear, esquivar, repetir. Con eso tendrá que escoger entre desistir y quedarse sin energía.
Uno de los jabs que esquivé le salió ligeramente abierto, fue una señal de que su acometida era débil a las contras a largo plazo.
Él notó mi alternancia entre esquivar y bloquear. Empieza a bajar la intensidad a los jabs que me tocaría esquivar para subirle a la de los que me tocaría bloquear.
«No era tan tonto» pienso mientras esquivo uno de los jabs débiles. Decido prolongar un poco más mi estrategia y arriesgarme para hacerlo gastar más energía o encontrar más oportunidades para castigarlo.
Hank está atacando con intensidad mi guardia, y con ligereza mis esquives. Tras esquivar uno de sus jabs, me lanzó uno fuerte, el cual esquivé infiltrándome al rango corto y dándole un recto de derecha que alcanzaría el centro de su abdomen. No fue un golpe limpio, sentí el impacto de su brazo derecho interponiéndose en el camino de mi contra al cuerpo. Fue imprudente, no estaba con la suficiente tensión como para bloquear bien. Podría haberle roto el brazo, pero la posibilidad de romperme el puño le parecía suficiente motivo para intentar algo así. «¿Tanto me odia este hijo de la perra» Pensaba mientras salía de su distancia.
Se acercó, traté de insistir golpeando la parte de su guardia que me había bloqueado el golpe anterior, pero al intentarlo, el tipo se metió de cabeza esquivando y me conectó al hígado un gancho limpio y sabroso, y lo repelí con un jab tan fuerte como me dió el cuerpo.
Mi golpe también conecta limpio y lo logro hacer retroceder, pero al final fueron mis rodillas las que se doblaron, y apenas lo notó, Hank se volvió a lanzar de cabeza. Yo fui mala leche, pero él cruzó la línea.
Esquivé retrocediendo tal como él quería, pero le volví a castigar esa parte del brazo con la que me bloqueó como parte de pago. Por un breve instante, logré notar que casi se le cae la cara de póker, así que nuevamente fui dando pasos laterales para huir de la esquina.
Hank se toma un tiempo para respirar, a lo que reaccioné con jabs tan precisos como me dió el cuerpo. Dejarlo recobrar energía era un lujo que no me podía dar, incluso con el dolor del gancho al hígado totalmente fresco. Convertí el dolor en ira, y la ira en jabs que le atizaron en la cara un buen par de veces, hasta que se rindió de encontrar su ritmo, esquivó dos de mis jabs y me metió en clinch. Trato de golpear su brazo derecho en cualquier parte. Él trata de darme con la izquierda en el hígado, pero lo bloqueo bien. Subo el ritmo para que el referee nos separe, y lo hace apenas se da cuenta de que no estoy apuntando al cuerpo.
Nos separan, pero no nos centralizaron. El referee debió habernos vuelto a mandar al centro del cuadrilátero, pero decidió que no era necesario.
Hank no avanza. Me bloquea las salidas y avanza lento. Le lanzo un uno-dos con plan de abrir algún espacio para conectar un golpe de poder y abrir un camino lejos del esquinero. Hank sonríe y da un paso atrás. Quedó nuevamente en su extraña guardia, y empezó a dar pasos cortos hacia mí. Trato de avanzar y un jab me da en la cara. Trato de ir por el otro lado y me como otro jab. Su timing en esa guardia es distinto, mucho más cercano al mío, lo que me da una ventana de tiempo muy corta como para contraatacar.
Trato de avanzar unas dos veces más, esta vez pudiendo bloquear sus jabs. Si en vez de contra cruzada, le lanzo un parry, le voy a poder castigar el cuerpo y tendré espacio para salir, pero sus jabs estaban aún muy filosos como para tomar el riesgo. Decidí quedarme en esa distancia, frenar el avance y atacar desde ahí, con él contenido. No podía durar todo el round haciendo eso, Hank no es tan paciente, y se le nota en la respiración que no está cómodo con el ritmo que ha tomado la pelea.
—¡Cálmate! ¡No hay nada ahí! —me gritó Nick.
Asentí con la cabeza como para decirle "Gracias, chocolito", porque con eso terminé de encontrar la estrategia.
Me di cuenta de que no era yo quien estaba conteniendo a Hank, sino que era Hank el que me estaba conteniendo a mí. Le hice una señal de invitación con el guante, y no aceptó. Me paré plano y, sin avanzar, le lancé un jab, el cual bloqueó exitosamente y contestó de inmediato con una combinación de tres golpes arriba-arriba-abajo. Me anticipé al final de la combinación, y ahí pude aplicarle el parry, movimiento con el que pude pivotear a guardia de zurdo, contestar con un recto de izquierda y salir por el costado. «Suficiente castigo al brazo derecho por ahora, toca aprovechar mi ventaja» pensé.
Se precipitó hacia mí. Traté de controlarlo con jabs de derecha, pero los esquivó bien. No me había dado cuenta y ya estaba agarrando ritmo. Empecé a mezclar con fintas y su ritmo disminuyó considerablemente, pero siguió avanzando. Mis fintas fueron haciéndose más evidentes, él empezó a notarlo. «Solo un poco más, ya casi llega» pensaba mientras notaba que casi dejaba de caer en las fintas.
Me mira con su sonrisa de confiado, como si tuviera un plan. Avanza con pasos más largos, retomando el zigzag, mis jabs de derecha no lo alcanzan. Toma su lugar de infiltración, yo lanzo un jab sin ningún filo y pongo cara de cansado. Esquiva y se posiciona como para darme una izquierda en mi hígado expuesto. Lo recibo con un upper de izquierda. Alcanza mi hígado de todas formas por la inercia. El tipo venía con una potencia abrumadora, si lo hubiera conectado limpio, me hubiera doblado en el acto. De todas formas, como acto reflejo al dolor, combiné el upper con un gancho de derecha tan fuerte que lo mandé a la lona.
El público estalla en gritos. Se me pasa la adrenalina del momento y por el dolor, perdí el equilibrio. Mi rodilla quedó sobre el suelo. La audiencia estalla aún más fuerte y el referee cuenta a dos manos. Me levanto a la de tres y me ordenan ir a mi esquina. Luego solo le cuenta a Hank, que se levantó a la de siete.
—¡Todavía no, flaco!
Le noto que no está tan dañado, sino que estaba haciendo tiempo. El referee lo lleva a su esquina y comprueba que pueda seguir, a lo que Hank contesta subiendo la guardia. El referee le da unas palmaditas en los guantes y nos lleva al centro del cuadrilátero.
—¡Box!
Reanudamos las hostilidades. Todavía queda un minuto y cuarenta segundos de round. Hank se lanza rápidamente, casi agazapado. Yo, en guardia ortodoxa, noté que el costado por el que se infiltra a atacarme sería más fácil de alcanzar con un recto de derecha. Dudo. Hank no es un gran estratega, pero eso no quiere decir que no me pueda salir con una estrategia de vez en cuando. «¿Será que quiere que yo note ese patrón para que cambie mi guardia a modo zurdo y de ahí casti...?» Un jab me interrumpe los pensamientos por distraído. Me apuro a contestarle con un jab que impactó bastante sucio en su frente. Dolor. No devuelvo mi brazo para taparle el campo visual y empujarlo. Sacude la cara a un lado, pero devuelvo mi brazo justo a tiempo. Se vuelve a acercar, pero desde la media distancia le vuelvo a dar un jab, esta vez es suave y suelto, cosa de taparle más el campo visual, pivotear al otro lado y salir hacia las cuerdas.
Al notar que me fui a las cuerdas, pivoteó para seguirme en un ángulo que comía espacio, como empujándome al esquinero. «Nada de esquineros por ahora» pensé mientras iba esquivando hacia el centro.
Se acerca, pero uso jabs soviéticos para hacerle más difícil el calcular las distancias. Estoy totalmente atento a su golpe gacela. En algún momento se tendrá que acostumbrar a los jabs soviéticos y usará ese condenado golpe para recortar la distancia y entrar en su ritmo de nuevo.
Pivotea hacia mi derecha de nuevo, esta vez con el torso más bajo. Me acerco y lo detengo entrando en clinch. Empujo fuerte hacia el centro y nos caemos los dos por lo bajo que tenía el centro de gravedad.
—¡Slip! —dice el referee reforzando la señal de sus manos— ¡Arriba!
Nos levantamos sin demora.
—¡Peleadores al centro! —dijo antes de comprobar rápidamente sendas guardias— ¡Box!
Hank no se lanza esta vez. Reculo levemente mi posición con pasos breves. Él no parece tomarlo en consideración. Doy pasos cortos, pero firmes, mientras Hank cede algo de espacio. Doy un paso un poco más largo y me trata de interceptar con un jab. Paso atrás, no me sigue. Paso adelante, no me corta distancia. Yo quedo en buen perfil de guardia ortodoxa, mientras él aún queda con buen espacio para seguir retrocediendo. No entiendo, pero voy adelante de todas formas. Un par de jabs para impedirle marcar ritmo y darme tiempo de pensar. Los bloquea todos, no queriendo retroceder más. Le lanzo un jab más bien fuerte, pero él lo esquiva en corto y contesta con uno que sí conecta. Procede a entrar en acometida con el segundo jab listo; lo suelta, lo bloqueo y retrocedo. Me sigue con un paso largo y me preparo a bloquear arriba. Era un finta para poder soltarme un gancho que me dió de lleno. Se infiltra, pero a estas alturas ya lo veo todo rojo. Se confía y lo deja todo a un segundo gancho, esta vez apuntando a mi cara. Esquivo por abajo y le suelto un cruzado con todas mis fuerzas en el costado. Se dobló, pero el cuerpo solo me dió para reaccionar. Nos quedamos a la distancia. Con la guardia a duras penas. Lanza un nuevo jab a la desesperada. Retrocedo. Lanza otro. Bloqueo y contesto con un uno-dos para recuperar espacio. Trata de frenar mi avance con un recto de derecha. Paso lateral y cambio de guardia, ahora no puede sacarme de encima. Lanzo jabs de derecha con el mejor timing que puedo. Empieza a esquivar y tratar de infiltrarse. Chocamos piernas, mi señal para darle con la derecha bien duro. Bloquea y retrocede. Si entra a mi distancia así como así, lo puedo repeler gastando poca energía. El dolor me reclama, pero trato de que Hank no se dé cuenta. Respirar tranquilo y fríamente, con los ojos bien abiertos para reaccionar lo antes posible.
Hank está herido, pero no lo suficiente. Tratará de descansar unos segundos. La pelea aún es joven. Mantengo distancia, él se mueve hacia las cuerdas. La bestia me invita a su guarida. Trato de cortarle la retirada con un par de jabs. En caso de que me llevara a una esquina para tenderme una trampa, en última instancia podríamos irnos a clinch, aunque no me conviene tanto. Tengo decidido que mejor anotar unos puntos más castigando su retirada ocasionalmente, ahora solo resta empujar el asunto y lo tengo en la bolsa.
Hank deja de retroceder, pone su guardia de frente y me suelta un par de jabs desesperados para no ceder espacio. Le doy unos centímetros, el tipo respira hondo mientras me mira con odio. Vuelve a respirar hondo, pero ya le había calculado el ritmo a su respiración, así que suelto un doble gancho al cuerpo, aprovechando que está bloqueando frontalmente. Retrocede el codo para bloquear, le lanzo una finta como yendo hacia arriba. Hank no cae, me conecta una contra y yo vuelvo a retroceder.
Hank se abalanza de nuevo para aprovechar de meterme una combinación. Lo veo venir, está por mi izquierda. No le temo. Solo espero el momento adecuado.
Mis piernas reaccionan a tiempo con un paso rápido. Quedó expuesto, y le di un zurdazo en el hígado. No perdió tiempo y castigó mi ataque con un cruzado en la cara que me lanzó varios pasos hacia las cuerdas, dejándome en guardia ortodoxa. Me siguió rápidamente y me trató de conectar de nuevo, pero lo intercepté con un recto de derecha que con más fe que técnica le pude infiltrar por el abdomen. Lanzo un jab para combinar, pero no logro sacarlo de balance.
De repente, veo un jab suyo inusualmente alto. Malos recuerdos: la vez pasada lo usó varias veces para taparme la visual y castigarme a punta de volados. Doy un paso atrás, y siento las cuerdas en mi espalda. Esquivo con cintura, se ve obligado a lanzar el golpe desde esa distancia, y yo alcanzo a confirmar el volado que venía. Extiendo mi esquive apoyándome en las cuerdas. Apenas veo que su golpe pasó volando, castigo su acometida con un jab de derecha. El tipo alcanzó a mover un poco la cabeza para que el golpe no fuera limpio.
Ahora yo le tapo la visual con una finta, y con eso escapo por los laterales. Hank es peligroso cuando acorrala, debo tener cuidado. Sobre todo cuando pone esa mirada de pantera herida.
Nick me lo había dicho en su momento, y la vez pasada no lo tomé muy en cuenta.
Hank es un boxeador que se vuelve más peligroso mientras más cerca está de caer. No tiene instinto de lucha o huida, solo de lucha, y en el ring la última vez me sacó ventaja y un knockout en el undécimo.
No me persigue, yo avanzo hacia él. Suena la campana.
—¡A sus esquinas! —azuzó el referee.
Editado: 16.12.2025