Bus Stop

¡¡¡El chico más bello que he visto en mi vida!!!

—¡Jimmy! ¡Jimmy! ¡Despierta! ¿Qué no vas a la escuela hoy?

¿Escuela? ¿En serio? ¿Tuve alguna regresión mientras dormía?

—Papá, ya no voy a la escuela, voy a la universidad...

—¿Qué no es lo mismo? Igual vas a un salón a ver clases. Te dejé el lunch sobre la mesa y algo de dinero para el bus y para lo que necesites. No me verás hasta mañana, estaré de guardia hasta las seis. ¡Asi que pórtate bien! ¡Nada de meterse en problemas!

—Sí, papá...

Me incorporé de la cama y mi papá me dio un beso en la frente. Yo hace rato que dejé de ser un niño, pero para la mente de mi padre creo que aún me ve diez años. Antes de salir de mi habitación le vi mirarse al espejo y detallar que su uniforme se viera impecable. Era oficial de policía, y no cualquier policía: ¡Era de esos que se tomaba muy en serio su carrera! ¡Hasta los huesos!

—Recuerda, Jimmy: ¡Mis ojos están en todos lados!

—Sí, papá...

Y si: ¡Me sobreprotegía! Por alguna razón me trataba como si fuera un tonto niño a punto de caer en las drogas o en la mafia en cualquier momento, o que quizás algún líder de una banda criminal me ofrecería trabajo de "sicario" o algo asi. Creo que veía demasiadas cosas a diario en su trabajo y eso ya lo tenía traumado de por vida. Pero yo distaba mucho de ser un matón, un traficante o si quiera un "chico malo", soy sólo un tonto estudiante universitario más que ya va llegando tarde al taller que se supone no debía perderme hoy.

—¡Demonios! ¡Es tardísimo! ¡Voy a perderme el taller y necesito esa nota!

Corrí al baño a asearme y alistarme para ir a la universidad. Al verme al espejo noté que tengo algunas ojeras, el culpable: ¡El puto Whatsapp! ¡Esa bendita aplicación está acabando con mi vida! Me dormí como a las dos de mañana por estar metido en un grupo de Whatsapp de "Lindos Morritos Rusos". ¡Es que suben unas fotos que me hacen soñar lindo!

¡Ah! No sería malo aclarar que soy gay, muy gay de hecho, súper gay. Pero esto no lo sabe mucha gente, ¡y menos mi papá! Estoy esperando el momento correcto para decírselo... O al menos estoy buscando ese momento desde que tenía diez años. Es que me imagino varias "hipótesis" de cómo podría reaccionar y ninguna es muy buena que digamos; asi que por eso le he dado largas al asunto. ¡Pero algún día debo decirle! ¡Quizás cuando tenga un novio, por ejemplo!

Hablando de eso, nunca he tenido "novio". No estoy diciendo que soy una alguna clase de santo, ¡no pretendo hacerle competencia al "Santo Niño de la Melcocha"! He estado con un par de chicos, pero por alguna razón nunca es nada serio; no pasa de un encuentro muy casual, y a veces cuando mucho no pasa de un par de besos y ya... Y al otro día es como si les diera amnesia, ¡Ni de mi nombre se acuerdan!  Hasta dejan de saludarme. ¿Qué será lo que tengo de malo?

Me veo al espejo y creo que luzco bien: No soy ni tan alto, ni tan bajo: Mido 1,70. Soy de piel clara, pero no tan clara, creo que algo trigueño. Tengo el cabello oscuro, pero no negro...¿Castaño? Y tengo el cabello liso, pero no tan liso, algo grueso más bien pero puedo arreglármelo con las manos. 

Además creo que tengo un rostro lindo, bueno, yo no me considero feo; pero tampoco es que soy un adonis, digamos que entro dentro de los "pasables". ¡Ah! Tengo los ojos claros, pero no son ni azules, ni verdes... No lo sé, sólo sé que son claros. Y tengo buen cuerpo, pero no del tipo que tiene un abdomen perfectamente esculpido y unos músculos de gimnasio bien marcados...creo que simplemente soy delgado, pero tampoco es que estoy en el hueso. En resumen: ¡Soy del maldito promedio!

Me puse un sweter azul cielo esa mañana, mis jeans y unos zapatos Vans blancos. Me pase un cepillazo por el cabello y ¡Voilá! Tomé mi lunch y mi mochila y salí de casa.

Esta se supone sería una mañana más, repetitiva y monótona como todas mis mañanas: Levantarme, asearme, saltarme el desayuno porque voy tarde, e ir a tomar el bus que me deja en la universidad, ¡nada del otro mundo en mí tonta y aburrida vida! Bueno, eso creía. Pero ese día sería diferente y eso porque fue cuando le vi por primera vez:

—¡Mi Dios! ¡Qué chico tan lindo! —Sí, fui tan estúpido que lo dije en voz alta y una señora cerca de mí me miró feo.

Yo estaba de pie junto a la barandilla, rodeado de gente que esperaba el bus,  y al otro extremo pero sentado en la banca de metal, había un chico. Este NO era cualquier chico, ¡Era el más bello que hubiese visto en mi vida!  -Obviamente que no fuera en una foto descargada de internet.

Me quedé como paralizado, sólo estaba allí como un idiota contemplándolo con la boca abierta. Tenía un llamativo cabello pelirrojo, era abundante y algo crespo, caía sobre su rostro de forma sublime. De cara era muy, muy guapo: Tenía una nariz casi perfecta, su boca, sus mejilla, sus ojos... ¡Awwwnnnn! ¡Sus ojos! Parecían dos pedacitos de mar de lo intensamente azul que eran. ¡Y tenía pecas! ¡Oh Dios! ¡Era simplemente bello! No podía saber en ese instante que tan alto era, de contextura se veía delgado y no sé si era un chico de gimnasio o no porque estaba sentado y también llevaba un sweter grueso.



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En el texto hay: crush, romance juvenil

Editado: 17.03.2018

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