BUSCA Y ENCONTRARÁS
Lector Amigo,
Hay quien indague porque no nos empeñamos
en el levantamiento de archivos para
documentales históricos, o porque no nos
dedicamos específicamente a la formación de
libros que contienen más amplios informes sobre
la vida en el Más Allá.
Sin embargo, junto a los compañeros que
formulan semejantes preguntas, la casi totalidad
de los amigos que se interesan por nuestras
manifestaciones, solicitan respuestas a los
problemas de la actualidad terrestre.
Y los temas se alinean, inquietantes:
Los conflictos del hogar.
Los esquemas de la familia, ante la
reencarnación.
Los parientes difíciles.
Los desajustes psicológicos.
Las cuestiones afectivas.
Las desvinculaciones.
Los procesos de obsesión.
Las pruebas en grupo.
La sed de paz íntim
La educación para el ocio.
La soledad espiritual.
El suicidio.
El desaliento.
El tedio.
La fuga.
La propagación de la angustia.
El abuso de los medicamentos de apoyo.
Los imperativos de adaptación a la cooperación
de la máquina.
Las quejas en materia religiosa.
La renovación de la fe.
Las investigaciones de la ciencia.
Las ilusiones del materialismo.
Los enigmas del sufrimiento.
El destino y el libre albedrío.
Los desafíos de la muerte.
Y ya que la criatura humana instintivamente
sabe que la existencia prosigue, además de la
desencarnación, somos invitados al diálogo, ante
el cual no nos sería lícita la omisión.
Este libro no tiene pretensiones de elucidario,
pero se hace con pedazos de la amistad que nos
impulsó a escribirlo.
Las páginas que reunimos son parcelas de
conversaciones íntimas con los hermanos que
desean valorar la vida y aprovechar las ventajas
del tiempo. Pequeños textos de apoyo fraterno y
consideraciones ligeras, aquí se alían en nuestra
modesta cooperación en el intercambio
espiritual.
Nos enseñó Jesús: "Busca y encontrarás".
Busquemos los recursos y las bendiciones de que
nos sintamos necesitados, aprendiendo a
honrarlos y asimilarlos, sin abuso, cuando el
Señor se los coloque en nuestras manos.
Marcando las presentes anotaciones, si nuestras
páginas lograren colaborar para el bien, en ese o
aquel grupo de compañeros, agradecemos la
oportunidad de trabajar, al mismo tiempo que
rendimos gracias a Dios.
Emmanuel
Uberaba, 21 de febrero de 1976