Buscando a Noah © Gay/homosexual

Capítulo 5: ¿La cita?

- ¿Y entonces? – comentó Zinerva dando unos golpeteos con las uñas sobre la mesa, parecía una mafiosa torturándome para sacarme información. - ¿Entonces qué? – añadí haciéndome el desentendido y evitando mirarla a los ojos. - ¡¡Noah!! – gritó agarrándome de las solapas de la camisa, ella infunde miedo a su paso, todos los que estaban alrededor nos miraban, unos asombrados y otros se alejaron del lugar.

- ¡¡Esta bien!!, ¡¡Esta bien!! Te lo voy a decir –concluí, después de todo no me la iba a quitar de encima tan fácilmente. Fuimos a clase y durante el receso decidimos salir al césped para hablar, Zinerva no se le escapaba ninguna pregunta, - ¿Entonces si estabas celoso? – ensanchó la sonrisa mi amiga, - Ya te dije que no. – concluí medio enfurruñado, odio que crea que tenga razón.

- Si te creo querido amigo, tanto que hiciste explotar esos aspersores con tus poderes de fuego. – Ella es tan necia, decidí no seguir con el tema, ella iba a terminar ganando la discusión de todos modos, - Zinerva ya deja eso, yo ni si quiera sé qué cosa soy. – dije agachando la cabeza y ella tomó una postura más seria, y comentó – Es verdad, yo tampoco sé lo que eres. – Alcé la cabeza ofendido, quizás ella estaba empezando a verme como un monstruo, mis ojos se cristalizaron y empecé a llorar. Ella se paró y me abrazó.

– No llores, no me refería a lo que estás pensando Noah. – dijo abrazándome y yo gire la cabeza hacia el lado contrario, me abrace a mis rodillas sobre el césped y concluí. – No estoy llorando, ¿Y cómo sabes que estoy pensando? ¿También lees mentes? – Reclamé sorbiendo mi nariz, ella suspiró cansadamente. – Eres un bebé llorón -  siguió burlándose de mí.

Ella me abrazó hasta que deje de llorar y para ese entonces le había terminado de contar lo que había sucedido con Bruno, grito como loca cuando le dije que habíamos estado juntos en la biblioteca, pero le dije que no se haga a la idea porque con lo que habíamos visto en la mañana pues de seguro que Bruno solo estaba tomándome el pelo.

La campana sonó, lastimosamente Zin tenía clases en otro salón diferente del mío por lo que no pudimos encontrarnos después del receso, aunque me comentó que quería ayudarme a descubrir qué clase de ser sobrenatural era, cuando le pregunte sobre como haría eso, ella solo se encogió de hombros y dijo “tengo mis maneras” se despidió y quedamos en vernos a la salida para ir a su casa.

Llamé a mamá antes de entrar a clases, le avisé que llegaría a casa más tarde de lo normal, y me dijo que estaba bien, pero que si no llegaba hasta las 7 p.m. estaría en problemas. Entré listo para la clase de matemáticas, tomé asiento en uno de los asientos de atrás para no llamar la atención y saqué mi cuaderno de apuntes y lo garabateé, había muchas cosas invadiendo mi cabeza, estaba hecho un lío, pero algo era seguro, debía descubrir mi identidad ¿Quién era en verdad?

Sentí que alguien se sentó cerca de mí, pero no preste atención estaba concentrado en aprenderme las reglas de los logaritmos, cuando me fije era Matteo quien estaba a mi lado, - ¿Por qué rechazaste a mi hermano? – Susurró bajito, lo miré con aires de indignación – Tu hermano está loco y ya vi que si tiene novia. – Se quedó pensando sobre lo que susurré tratando de encontrarle lógica, cuando entendió a que me refería comento

- ¿Hablas de Cindy? Ella es una amiga de nuestra infancia, nada más que eso. – En eso escuché un estruendo, era Bruno otra vez y lanzó sus libros sobre la mesa donde estaba situado Matteo, es decir, al lado mío, si son hermanos ¿por qué se comporta así con Matteo? Ellos se miraron durante un largo rato, como si se estuvieran matando con tan solo mirarse, y así, de la nada Matteo se paró y se cambió de sitio, Bruno se sentó a mi lado sonriendo como si hubiera ganado alguna batalla y yo quede estúpido tratando de descifrar que había sucedido.

Me pareció extraño que durante todas las horas antes de la salida, convenientemente Bruno tenía las mismas clases que yo y en todas se sentó a mi lado sin decir nada. Al finalizar las horas de clase, bruno se distrajo y aproche para salir corriendo por el pasillo como alma que lleva el diablo, divisé a Zin cerca de mi camioneta y me acerqué a ella agitado.

– ¿Noah? – Me miró extrañada, pues yo respiraba muy exaltado apoyando mis manos sobre mis rodillas tratando de recuperar el aire, - ¿qué te sucedió? – Pregunto al ver que mi cabello estaba desordenado y mi suéter desarreglado, - Sube, en el camino te cuento. – alcance a decirle. Pero mi escape fue tan fácil que pronto me di cuenta de que no había manera de escapar.




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