- ¡¡Noah!! – Escuché una voz enojada tras de mí, me aleje asustado por el grito, voltee a ver a la persona, era mi papá, como había prometido, viernes en la noche estaría aquí. – Papá. – Dije entre asustado y nervioso con un sonido ahogado, Aleck estaba furioso, no había forma de sacar a Bruno vivo de ese lugar.
– Cariño, cálmate. – Dijo Mery saliendo de su escondite, - Solo fue un besito inocente. – Aleck pareció haberse ofendido.
– ¡¡¡Estas oyéndote mujer!!!, ¿Un besito? ¿Qué me calme? – Grito alterado Aleck, - Este mocoso hormonal se le estaba comiendo la boca a nuestro bebé y ¿tú me dices que me calme? Voy a matarlo. – Aleck parecía un león hambriento, lo que si tenía claro era que iba a matar a Bruno.
Mery aún intentaba estabilizar el lado sobreprotector de Aleck, cuando vi que era imposible decidí intervenir, - papá, no le hagas daño a Bruno, estamos saliendo, el no me obligo a nada. – dije suplicante.
- ¿Qué tú y él que...? – dijo Aleck tratando de procesar mis palabras. – Que estamos saliendo, papá. Estoy enamorado. Estamos enamorados. – Aleck, me miro, luego lo miró a él, aún estábamos agarrados de las manos, Aleck respiro muy pesadamente, él no parecía querer resignarse. Estaba reacio a aceptarlo.
Y no sé cómo, pero en algún punto de la noche, terminamos los cuatro merendando en la misma mesa, con mi papá lanzándole miradas de odio a Bruno. Fue, quizá, el momento más incomodo que jamás había tenido en mi vida. - ¿Desde cuando sales con este bastardo? – Espeto Aleck con despreció y fastidio hacia mí, hice un intento por tragar y responderle, pero, - Gracias por lo que me toca. – Finalizó Bruno.
Se miraron fijamente como se estuvieran dando cuchilladas con la mirada. – No me gustas. – comentó mi papá al ver que Bruno lo estaba desafiando - ¿Y usted cree que usted a mi sí? – soltó Bruno bruscamente, mi mamá y yo estábamos en medio de la mesa mirando de lado a lado como se atacaban.
– No te vuelvas a acercar a mi pequeño nunca más. – Chisto mi papá de un solo golpe.
– ¿Cree que lo voy a hacer solo porque usted lo dice? – Dijo Bruno exaltado.
– Soy su padre, se lo que es mejor para él y él hará lo que yo diga, si digo que no quiero que se vean el lo hará verdad que si ¿Noah? – Dijo mi papá volteando a verme, se estaban comportando como niños pequeños los dos, trague grueso y saque agallas de donde no las tenía.
– No, papá no voy a dejar de ver a mi pareja y tu deja de sonreír como idiota Bruno, llévense bien parecen niños pequeños. – Espete, trague el último bocado de mi plato enojado por sus comportamientos, me pare de golpe y los dos al mismo tiempo espetaron – Noah, ¿A dónde vas? – se quedaron los dos a medio parar de la mesa y conteste.
– A un lugar donde no tenga que oírlos despotricar sobre quien debe tener la mejor razón sobre lo que me conviene o no. A mi habitación. – Solté de manera brusca, saliendo más enojado que ellos dos. – Noah, no te vayas, despídete de mi al menos. – Anunció Bruno. Lo acompañé hasta la puerta, bajo la atenta mirada de Aleck, decidí salir con Bruno ya no se puede tener privacidad, del lado de afuera, parece que de alguna manera mamá distrajo a Aleck de seguirnos hasta fuera.
– Noah, perdón es que tu papá... -
- Olvídalo. - interrumpí.
- ¿Iras al campamento mañana? – Asesto Bruno a preguntar, asentí con la cabeza y le dije que ya tenía que irse, antes de que el asunto se le saliera de las manos a mi madre allá dentro. Le di un piquito y un abrazo antes de entrar de nuevo, me asomé por la ventana de la cocina y vi como se alejaba con una sonrisa muy bella en su rostro.
Sentí unos brazos atraparme, era mi papá. Sentí besos por todo mi cuello, hacia cosquillas, así que reí muy fuerte, fuimos a mi cuarto y me regalo los chocolates que le había pedido antes de irse, me contó muchas cosas de esta semana que estuvo fuera, quería tocarle el tema de Bruno, pero no sabía cómo, él estaba de tan buen humor, - papá... - dije levemente. – Sobre Bruno... tu... ¿estas enojado? – Dije cerrando los ojos, no quería ver su reacción.
– Un poco, estoy molesto porque no esperaba que tuvieras un novio, ya sabes, siempre pensé que serias "mi pequeño" y es tan difícil para mi ver como creces tan rápido, solo no quiero que nos dejes atrás, a tus padres. – comentó Aleck, apretándome, haciendo que me aferrara a su pecho, entendía su preocupación, pero ¿por qué podía sentir su miedo?