- ¿¡No les dije que se asearan!? ¿Qué hacen todos aquí metidos? - Todos corrieron lejos de Nora, directo a sus habitaciones, ella no era una mujer loba era como una especie de sirena malvada o algo así, la mitad de los chicos dijeron que botaba fuego por la boca y la otra mitad dijo que ella era igual de petrificante que medusa, ella es demasiado dulce por lo que pude ver y pensé que tal vez ellos solo estaban exagerando un poco.
– Noah, tú también ve a asearte un poco, tus cosas están en la habitación de Bruno, báñate ahí por el momento y también tendrás que dormir con él, con tantas cosas no tuve tiempo de prepararte una habitación de huéspedes. – dijo amablemente con una sonrisa, tomándome de los hombros y conduciéndome hacia la salida con el libro entre mis brazos.
– Pero… - Intenté gesticular, siempre había dormido solo y dormir con él me ponía nervioso, además, ni si quiera sabía si ya no estaba inconsciente o si había dejado de estar enojado conmigo, o si ya estaba despierto. Pero, Nora me interrumpió.
– Andando querido, no pierdas el tiempo. La comida se ha retrasado demasiado. – dijo abruptamente, si ella no hubiera huido tan rápido como pudo no me hubiera dado cuenta de que lo estaba haciendo a propósito, casi pude ver su sonrisa malvada mientras se alejaba gritando por toda la casa “¡Los espero abajo en veinte minutos, ni más, ni menos!”
Mire el reloj, marcaba las 7:30 P. M. probablemente el plan sería servir la cena a las 8:00 P. M. subí las escaleras tan rápido como pude y abrí la puerta del cuarto de Bruno teniendo cuidado de no hacer ruido, metí la cabeza entre la abertura del marco de la puerta y la puerta para fijarme de si estaba despierto o no, seguía tirado en su cama, la expresión en su rostro estaba más tranquila y si respiración de igual manera.
¡Genial! Podría hacerlo, o eso creía, tomé mi maletín y busque las cosas, me metí rápido al baño crep que demoré unos diez minutos, lo suficiente para secarme y vestirme, tomé un jean azul, una camisa negra ajustada y mi suéter de cuello largo, color beige, arreglé mi cabello en el espejo, tome las pantuflas y deje guardada mi ropa sucia en un compartimiento de mi maletín, me volteé una última vez para asegurarme de que Bruno estaba bien, pero no estaba.
Lo busqué con la mirada por toda la habitación, cerré los ojos por cinco segundos para calmarme y cuando los abrí, estaba frente a mi y lo único que dijo al verme asustado fue - ¡bu! – tenía ganas de golpearlo por el susto que me pego, así que solo cerré mi puño y lo golpeé en el vientre y luego cayó retorciéndose en el suelo, recordé que en ese lugar había estado la bala, ¿será que por mi culpa él…?
Me acerqué corriendo hacia donde estaba, miré el lugar donde había golpeado y no había nada, ni si quiera un moretón, miré su rostro que trataba de mantener dentro de sí mismo una carcajada y luego me trepe sobre el a golpearlo.
– ja, ja, ja, para… ok, lo siento, lo siento. Pero fue divertido. – dijo Bruno juguetón, sosteniendo mis brazos para que ya no lo golpeara más, yo aún estaba sobre él.
– Eres… eres un idiota, estaba preocupado por ti. - dije tapando mis ojos con las mangas de mi suéter, no quería llorar y entonces Bruno se sentó conmigo aun en su regazo y luego me abrazó.
– Lo siento, Noah también estaba preocupado por ti. Sólo quería que cambiaras un poco tu mal humor, desde que entraste en mi habitación lo noté. – Lo miré abriendo la boca. Él me vio, me estuvo viendo desde el inicio.
- ¿Me viste desnudo? – indagué, más acusándolo que preguntado, el miro a un punto fijo del techo de la habitación ignorando la vista hacia mí.
– No sé de qué hablas mi amor, yo no vi nada. – era obvio que estaba mintiendo, es un pervertido, siempre hace eso cuando miente, desvía la mirada o si no arruga la nariz.
- ¡¡Mientes!! – Le grite golpeando su pectoral izquierdo.
– No te enojes, no es mi culpa, fue la tentación mi amor, tu cuerpo es… -