Buscando a Noah © Gay/homosexual

Capítulo 16: De vuelta a la calma

Después de una serie de eventos desafortunados, terminamos desnudos bajo las sabanas de la cama de Bruno, no, no lo hicimos hasta el final, Bruno terminó de hacérmelo a mí, lo regañe por habérselo tragado y luego dijo que se encargaría el mismo de su amiguito.

 

Mientras estábamos acurrucados, Bruno tras de mí, me daba caricias, con las luces apagadas y las cortinas abiertas la única luz que alumbraba esa noche era la de la Luna.

 

– Bruno. – llamé mientras el daba piquitos en mi cuello.

 

- ¿Uhm? – preguntó.

 

- ¿Por qué es complicado hablar sobre porque eres mellizo de Matteo? – no respondió mi pregunta, sin embargo, se acomodó sentándome junto con él en la cama.  

 

– Si no quieres contarme yo… -

 

- Soy adoptado, mi abuelo me encontró en el bosque y luego no fue tan difícil que mis papas me quisieran, era un bebé después de todo ¿a quién no le gustan los bebés?, ciertamente siempre fui más unido al abuelo que a ellos dos, parecía siempre entenderme y Matteo nació el mismo día que yo, su cabello es blanco y el mío es negro, él es más agradable y yo no. Éramos como el ying y el yang. El equilibrio perfecto decía el abuelo, más que eso Matteo es mi mejor amigo y mi hermano favorito supongo. –

 

- ¿Favorito? – indague curioso.

 

– Sí, aunque no lo parezca todos aquí tenemos un hermano favorito para pasar el tiempo. A Luca le gusta pasar tiempo con Gian y conmigo, somos sus favoritos para fastidiar cada vez que regresa a casa. Ya te imaginaras con cada cual se junta cada hermano, pero al final siempre terminamos todos juntos por las carreras. – De repente, Bruno pareció recordar algo.

 

– Mi amor. -  dijo serio mirándome a la cara.

 

- ¿Sí? -  Pregunté ansioso.

 

- ¿Quién te ha dado ese libro? -  Preguntó señalando el libro negro que era idéntico al mío, no sabía que responderle no quería que se enojara, pero concluí por tomar la mejor elección, decir la verdad.

 

– Estaba en uno de los libreros de abajo, no quería molestarte lo tome por curiosidad y Gian dijo que probablemente no te molestarías conmigo por tomarlo. – dije vigilando la expresión en su rostro. Soltó un suspiro de molestia y volvió a abrazarme.

 

- ¿Esta mal que lo haya tomado sin pedírtelo antes? – añadí. El sacudió la cabeza en señal de negación.

 

– No es eso, ese libro es importante para mí. Me lo dio mi abuelo. Pero si quieres puedes tomarlo, aunque no sé si puedas leerlo, mis hermanos nunca pudieron. – comento Bruno acariciando mis hombros.

 

– ¿Peleaste con Gian por eso? ¿Porque tocó tu libro? – acomodé mi cabeza sobre su brazo indagando sobre el asunto, incliné la cabeza hacia arriba tratando de ver más allá de su barbilla.

 

– Gian encontró su pareja mucho antes que yo, pero no era un lobo, es un brujo y en ese tiempo el abuelo aún estaba vivo y Gian estaba empezando su vida como adolescente, al menos esta familia tenía o tiene prohibido forjar relaciones con las otras castas prohibidas, ya sabes, brujas, hombres lobo y etcétera. El problema fue mucho más allá de eso, debido a que Gian hizo caso omiso a las reglas que el abuelo impuso en la familia. Tiempo después hubo un conflicto donde participaron muchas de las castas prohibidas. – Bruno tomó una honda respiración para lo que seguía, probablemente habían pasado por un momento difícil.  Agarré su mano y la entrelacé con la mía, trataba de que encontrara la seguridad y la confianza para contarme, se quedó un largo rato callado antes de poder continuar.

 

– Me secuestraron, estaba oscuro, solo era un niño y la situación entre las brujas y los lobos no estaba muy bien en ese tiempo, Dillan era el único chico entre todas las brujas, es por eso que se armó tanto problema, las brujas, todas ellas son como hermanas y Dillan consecuentemente era el único chico y el menor de las brujas, cuando Dillan se escapó de ellas solo para poder verse con Gian, no paso mucho tiempo antes de que los dos fueran malinterpretados.  – El rostro de Bruno estaba sereno, pero no estaba tan lejos de la intranquilidad, podía ver que se sentía mal y algo culpable, debió haber estado muy asustado.




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