Buscando a Noah © Gay/homosexual

Capítulo 18: Protección

Después de comer un almuerzo algo tardío a las 15:00 estaba en el centro de la ciudad tratando de marcarle a Bruno al teléfono sin respuesta alguna, deambulé un poco por las tiendas y vi un collar bonito, me quedé mirando en su gran mayoría las casas del lugar, fue casi como la primera vez que llegué aquí, me quedé embobado.

 

Sentí que me llevaron desde atrás a la fuerza y me metieron dentro de un callejón. Hubiera gritado si no me hubieran tapado la boca, pero inmediatamente me calmé al ver quien era.

 

– Pensé que no vendrías. – Exclamé saliendo de la exaltación y él solo me miró con una mueca extraña, lo miré detenidamente hasta que deduje lo que había hecho.

 

- ¡¿Te escapaste?! -  Rasco su mejilla con el dedo índice nerviosamente y soltó una risita como si no hubiera sido la gran cosa.

 

- ¡Vladimir dijo que no salieran de la casa! – Dije arrugando el entrecejo enojado después de acordarme de lo que su padre había dicho.

 

– Solo quise acompañarte un rato, además no me gusta que estés solo. Incluyendo el hecho de que, estabas llamándome eso quiere decir que igual te ibas a enojar si no me aparecía porque dije que te acompañaría. – dijo algo irritado.

 

 – Pero, pudiste haber llamado para avisar que no te esperara en vez de hacerte el misterioso. -  comenté de brazos cruzados, con una ceja alzada tratando de no perder los estribos.

 

– Es evidente que no me quieres aquí. ¡Por qué quieres estar a solas con ese! – cambié de ceja para alzar y le lancé una mirada furtiva.

 

- ¿Con ese? ¿Qué quieres decir? – Indagué tratando de no asumir nada todavía.

 

– Hay ¡por favor! ¡te gusta el profesor ese! – Abrí los ojos en grande tras su evidente escena de celos.

 

– Te comportas como una mierda, como si fuera de tu propiedad, ¡no soy un objeto Bruno! él solo está tratando de ayudarme ¿no dijiste que me apoyarías sin importar que clase de cosa sea yo? – exigí exaltado, estaba enojado ¿Cómo podía comportarse así? Después de todo lo que hemos pasado juntos.

 

- ¡Quién te entiende Noah! ¡Vine porque quiero apoyarte, porque quiero estar aquí contigo! – dijo abriendo los brazos como si estuviera teniendo problemas para respirar.

 

- ¡No! En primer lugar, solo quieres estar aquí para controlar cada misero paso que doy, quieres tener el control de todo, en primer lugar ¡nunca te pedí que me acompañaras! Eres tan… eres… eres… - lo miré a los ojos entre enojado y frustrado tratando de no decir lo que estaba en mi cabeza por el enojo.

 

- ¿¡Soy qué!? – indagó con un brillo de furia en sus ojos heterocromáticos. Jamás los había visto brillar cuando estaba así de enojado, solo cuando estábamos de una manera más íntima. No le vi el caso a ocultar más lo que quería decir así que simplemente lo solté.

 

- ¡¡Eres asfixiante!! – fue lo último que dije. Lo último que acabó con la discusión, porque enseguida se plantó un silencio sepulcral, me arrepentí en mis adentro de lo que dije y el me miró simplemente dolido.

 

 – Entonces creo que acabamos aquí. – dijo regresando a su tono normal de voz, pero no dejaba de ser lejano, no dejaba de sentir su canción de dolor en su tono.

 

– Bruno yo… - quise arreglar lo que había hecho, pero, no siempre puedes patear a un perro sin que te muerda. Se transformo ante la oscuridad que proporcionaba el callejón durante el día lo último que pude escuchar de él ese día fue sus huesos crujir hasta convertirse en un gran hombre lobo, no había visto su gran forma desde hace algún tiempo.

 

Vi cómo se alejaba lentamente de mí, hacia el bosque, hacia su hogar, ¿era una simple discusión de pareja? ¿verdad? Las cosas iban a arreglarse. Suspiré viendo como salía el aire frio de mi boca, miré el reloj, ya estaba retrasado así que corrí y decidí que ya hablaría con él más tarde.




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