EN LAS EMPRESAS DUMONTE
NARRADOR
Lorenzo llegó temprano para ordenar todo y Sofía ya lo espera en su escritorio.
-. Buenos días, señor – ella le sonríe – él responde con un asentimiento de cabeza y pasa a su oficina
-. Adelante – responde al toque de su puerta
-. Señor disculpe, pero a las ocho y media tiene la reunión con la señorita de las empresas Escalante – el asiente – me preguntaba si deseaba que les trajera café o alguna otra bebida
-. Para mí me traes un café con leche con poca azúcar y a la señorita le preguntas lo que ella desea beber – Lorenzo se sorprendió por la proactividad de su nueva secretaria
-. Bien – ella siente y saca un folder que oculta en su espalda – también le pido permiso para ausentarme y llevar estás órdenes a Raúl, a la vez que se le informo que su pedido tendría un ligero retraso mientras nos llegan las piezas
-. Claro sin ningún problema – ella salió y Lorenzo estaba gratamente sorprendido porque aprendía rápido y daba lo mejor de sí
Llamó por su extensión a Karla solicitándola en su oficina
-. Señor – Karla ingresó preocupada
-. Adelante, siéntate – Lorenzo sabía cómo poner nerviosas a las personas
-. ¿Hizo algo mal mi sobrina? – él niega y Karla pone una cara de alivio
-. Quiero que me cuentes un poco de ella- Karla lo miraba con duda – necesito saber quién es la persona que será mi mano derecha
-. Le va a dar el trabajo – él asiente y Karla da un pequeño grito de felicidad
-. Gracias, señor – se aleja apenada
-. Bien podrías ahora responder mi pregunta – Karla seguía dudosa – esto quedará entre nosotros
-. Bien – accede y suspira para iniciar su historia – mi pequeña Sofía fue echada de casa cuando sus padres supieron que estaba embarazada y se negaba a interrumpir el embarazo; del padre de la niña no sabemos nada porque en cuanto se enteró hizo sus maletas y se fue sin dejar rastro
-. ¿Qué edad tiene? – Lorenzo era muy curioso
-. Está pronta a cumplir los veinte años – Lorenzo estaba sorprendido y a la vez enojado porque quién deja a una niña a la deriva y más cuando la madre es tan joven
-. ¿Cómo termino viviendo contigo? – era una suposición
-. Después de la muerte de mi esposo yo estaba tan sola que cuando esa noche ella llegó a mi puerta contándome lo sucedido la acogí de inmediato – una sonrisa ilumina su rostro – el embarazo fue complicado, pero juntas logramos salir adelante y mi pequeña Karla es la alegría de nuestros días
-. Bien – Lorenzo se recompuso al darse cuenta de la gran persona que es la mujer ante él – puedes ir a darle la buena noticia y esta conversación no existió
-. Nuevamente muchas gracias, señor – salió apresuradamente para darle la noticia a su sobrina y pudo escuchar sus gritos y sonrisas lo cual el dio una gran sonrisa
-. Señor – mi intercomunicador me saca de mis pensamientos – la señorita Escalante está aquí
-. Hágala pasar – Lorenzo se acomodó su saco y levanto la vista para ver entrar a una mujer que parecía modelo de talla plus size iba vestida con un traje a la medida que acariciaba cada curva haciéndola ver como una Diosa que robaba miradas y suspiros a cada paso que daba
-. Buenos días – hasta su voz era como una suave melodía
-. Buenos días señorita – Elizabeth se sintió atraída por aquel hombre de facciones perfectas y tan cuidado con su imagen, y ahora su voz tan varonil
-. Elizabeth – dijo al ver que él esperaba por uan respuesta – Elizabeth Escalante – extendió su mano
-. Lorenzo Dumonte – recibió el saludo y ambos sintieron un corrientazo por todo su cuerpo se soltaron de inmediato
-. Bien supongo que ya sabe el motivo de mi visita – Elizabeth se sentó frente a él tomando su postura de una elegante empresaria
-. Sí señorita – Lorenzo se sentía nervioso, pero no dejaría que ella lo notara
-. Entonces necesito uan explicación convincente o la devolución de mi dinero – Lorenzo se sorprendió por lo directa que era
-. No puedo justificarme debido al error de un empleado incompetente que ya fue echado – dijo y ella no reaccionaba – también el estar a la espera de la llegada de las piezas que usted pidió ya que estaban agotadas
-. Por lo menos debió informármelo ese mismo día – expuso ella
-. No pensábamos que demoraría tanto en llegar – esa excusa era barata y nadie se la compraría
-. Esto si es un inconveniente señor – Lorenzo la miro es que acaso parecía estar tan viejo – porque tengo paralizados a dos de mis camiones de entregas por falta de esas piezas, lo cual a su vez retrasa mi trabajo en cuanto a los envíos
-. Lamento escuchar eso – Lorenzo ya tenía una idea y esperaba que ella aceptará así podrían arreglar este pequeño problema
-. Yo también – Elizabeth quería dar por finalizada la reunión de alguna manera la mirada de ese hombre lograba incomodarla
-. Pero le puedo ofrecer dos de mis camiones para que los use hasta que podamos reparar los suyos- ofreció con una sonrisa
-. Los podría tener a mi disposición de inmediato – é asiente
-. Si quiere puedo mostrárselos ahora mismo
-. De acuerdo – Elizabeth necesitaba saber si estos tenían la capacidad adecuada para la mercadería que ella enviaba
-. Acompáñeme – salieron de la oficina – Sofía, por favor estaré ocupado mueve mis citas para la tarde
-. Sí, señor – Lorenzo la guío al ascensor
-. ¿Trajo su auto? – Elizabeth lo miró extrañada – es que los camines se encuentran en otro edificio a las afueras de la ciudad, usted entiende por motivos de espacio
-. Ya veo – eso era raro no esperaba tener que usar auto – de hecho, no lo traje
-. Bien iremos en el mío – Lorenzo sonreía para sus adentros
Salieron al estacionamiento y vio una auto Mercedes Benz color negro modelo ejecutivo, hermosos ante sus ojos; Lorenzo le abrió la puerta y ella subió.
Editado: 21.09.2022