LORENZO
-. Hijo – su padre se acerca a él - ¿Por qué te vez tan estresado?
-. Una larga noche – trato de darle mi mejor sonrisa
-. Cuando estés listo estoy aquí para escucharte – le doy un gran abrazo porque a este hombre es el más maravillosos del mundo
-. No olvides que mañana debemos repartir el dinero – él asiente y se va dejándome junto a mi contador y mi abogado porque tan solo espero poder hacer esto lo más transparente posible
Salgo cerca de la seis y necesito un baño urgente y mi cama, ingreso al edificio y voy de inmediato a mi apartamento me detengo en seco al notar mi puerta entreabierta. Tomó mi celular y llamó de inmediato a la seguridad del edificio, los espero e ingresamos juntos.
-. No hay nadie dentro – exclama uno de ellos – pero sería conveniente que revise sus pertenencias para verificar que no le falte nada
-. y de todos modos sentar una denuncia – sugiere el otro
-. Gracias – entró y veo un caos entero, sillas en el suelo, botellas y vasos hechos trizas, mi ropa en el piso (algunos hechos jirones), mis almohadas están sin relleno y mi cama bien pues ya no existe.
Me doy una ducha y me coloco un buzo para ir a casa de mi madre; no planeo decirle nada y ya después me encargare de asentar la denuncia. Primero necesitaba un buen descanso y sin más me dejo llevar por el cansancio en cuanto mi cabeza toca mi almohada.
NARRADOR
Elizabeth había llamado a un taxi porque quería descansar, llego a la puerta de su apartamento y encuentra un auto negro estacionado ahí; ella le restó importancia y siguió su camino… intentaba abrir la puerta cuando por el rabillo del ojo distinguió una sombra lo cual la tenso de inmediato
-. Buenas noches – en ese momento ella se sintió acosada, observada e incluso algo intimidad
-. Supongo que no le quedó claro en la velada – ella hablaba de espaldas – que con usted no tengo la mínima intención de socializar
-. Por favor Elizabeth – la toma del brazo y la voltea – sé que me equivoque; pero también estoy seguro que tú aun sientes algo por mí – sea cerca con la intención de besarla y ella voltea el rostro
-. Para que te quede claro – lo aleja, a pesar de que él es más fuerte que ella – desde el día que despareciste todo acabó – su labio tiembla por la necesidad que tiene de llorar hace mucho que dejo de sentir algo por el – y de aquí en más simplemente seremos conocidos porque incluso los años de amistad desaparecieron ese día – lo mira desafiante y trata de mantener su postura
-. Por favor – intenta coger su mano y ella lo esquiva – cometí un maldito error – José toma sus cabellos ante la desesperación de este momento – era inmaduro y…
-. Por favor señor Torres – Elizabeth lo corta agarrando con fuerza su pequeño bolso – no tiene por qué darme ninguna explicación
-. Si quieres me arrodillo ante ti – José está llorando – porque sé que aún me amas
-. Lo mejor será que vayas a tu casa junto a tu familia – Elizabeth no se inmuta, aunque por dentro quiera llorar por los recuerdos que están golpeando violentamente su mente – porque su esposa lo debe estar esperando
-. Sé que me amas – alza la voz e intenta besarla a la fuerza, a lo que ella le da un rodillazo en sus partes nobles lo que ocasiona que él se aleje y ella ingrese apresuradamente
-. Eli – la llama por su apodo cariñoso - ¡ÁBREME! ¡SABES QUE ME AMAS ¡- durante diez minutos ella tuvo que aguantar el escándalo que él ocasionaba a las afueras de su puerta, ella se dejó caer recostada en la puerta mientras las imágenes de su pasado golpeaban su memoria
INICIO DE FLASHBACK
-. Amor – Elizabeth recibe con un beso cariñoso a José - ¿Qué tal tu día?
-. Cansado – responde este quitándose la corbata - ¿Has podido prepara la cena?
-. Se me ha hecho tarde – ella contesta un poco avergonzada
-. No te preocupes pidamos una pizza – él le sonríe y toma el celular - ¿Qué tal tu día?
-. Bien – ella nunca se quejaba por más que su día fuese difícil – me parece muy difícil creer que ya en una semana por fin podré graduarme y dedicarme de lleno a ayudar en la empresa
-. Sabes que no necesitas trabajar – ella pone los ojos en blanco – yo te puedo dar lo que pidas
-. No quiero volver a tocar ese tema – advierte porque era ya un tema de discusión recurrente en ambos
-. Solo te pido que lo tengas presente – el timbre sonó y ella recibió la pizza la cual fue a dejar en la mesa del comedor; ambos compartían un departamento como amigos a pesar de tener una relación
-. Mejor ven a cenar – llama ella sirviendo dos vasos con un poco de gaseosa sabor limón, él llega y le da un beso en la frente
En el último mes cualquier comentario de ambos desencadenaba una discusión y Elizabeth se preguntaba si estaba haciendo lo correcto; es decir eran amigos desde la niñez, pero él había cambiado mucho y le parecía extraño e que simplemente haya adelantado su carrera para poder tomar el control de su empresa lo más pronto posible.
-. Hoy si dormirás junto a mí – intenta coquetearle
-. No creo – se pone serio de inmediato – tengo que realizar un trabajo que determinara mi calificación final
-. Como quieras – dejo las cosas y fue a su habitación, él estaba intentando desde ya hace un año que ella se anime a entregarse a él; peor siempre tiene una excusa o sale corriendo cuando él apenas lo intenta o lo insinúa
Elizabeth pudo escuchar la puerta siendo cerrada de golpe y las cosas romperse, esa actitud la asustaba cada vez más. Y así pasaron la semana hasta que Elizabeth se reunió con su mejor amiga en busca de consejo
-. Amiga – Sami a saluda con un abrazo efusivo - ¿Qué te sucede? – la miro preocupada por su expresión
-. Necesito tu ayuda – Sami la escucho atenta mientras tomaba su chocolate caliente y Elizabeth le contaba lo que le sucedía
Editado: 21.09.2022