23
ALGUNOS DÍAS DESPUÉS
NARRADOR
Elizabeth estaba en casa con descanso médico y por más que trataba su memoria no había regresado; Emiliano se encargaba de la empresa y Karyn la visitaba con regularidad… aunque debía hacerlo sola debido a que Elizabeth había olvidado a Fernando.
-. Siento que he perdido parte de mi vida – decía frustrada
-. Amiga, debes estar tranquila – Karyn moría por contarle todo, pero sabía que eso no era lo más prudente
-. Porque nadie me dice nada – se puso de pie y empezó a dar vueltas como si de un animal en encierro se tratase
-. Es por tu bien – Karyn quería hacerle entrar en razón – las indicaciones del médico han sido muy claras
-. Pero no es justo – renegaba ella, sentía que algo le faltaba y detestaba el no poder recordar nada
-. Tu memoria regresará por sí sola – Karyn consolaba – no intentes forzarla porque lo que vas a hacer es frustrarte más
-. Ya que – dijo con molestia – mejor dime donde dejas a Manuel que no lo has traído a visitarme
-. Mmm… - los nervios de Karyn eran palpables a mil kilómetros – es que tú sabes que los niños no tienen filtro y…
-. Tal vez yo no entienda ni la mitad de lo que él me hable – dijo resignada
-. Amiga por favor paciencia – Karyn sabía por Emiliano que Elizabeth debía de haber recordado a las veinticuatro horas; sin embargo, quizá su mente no quería recordar el trauma por el que había pasado durante su secuestro y descubrir la verdad
-. Por favor mejor tomemos un chocolate con malvaviscos – Karyn asintió esa bebida era capaz de relajar a su amiga y eso era lo que necesitaba en este momento
Terminaron de tomar el chocolate y Karyn prometió pasar por ella el lunes a primera hora para ir a la empresa ya que ella no soportaba estar encerrada; Emiliano no estaba de acuerdo, pero conocía de sobra el carácter de su hermana así que era mejor evitar una discusión por el momento.
ESA NOCHE
Emiliano se reunió con Lorenzo en el despacho de la casa y trataron de que Elizabeth estuviera lo más lejos posible para evitarle uan conmoción o un shock.
-. Mañana ella quiere ir a la empresa – le informa Emiliano a un Lorenzo cabizbajo y melancólico que luce bastante desmejorado
-. ¿Crees que sea prudente? – a pesar que las ganas por verla eran inmensas prefería su salud a su afecto
-. Conoces de primera mano el carácter de Elizabeth y sabes que si algo se le mete en la cabeza – lo miro con algo de diversión
-. No habrá fuerza en la tierra capaz de hacerla retroceder – completo Lorenzo con una leve sonrisa que se asomaba a su rostro
-. Mañana ira la exesposa o viuda – Emiliano se rasco la nuca porque no sabía definirlo – del señor Torres – Lorenzo estaba sorprendido – no sé muy bien que es lo que quieren y por eso te quiero pedir que mañana tú también estés ahí
-. ¿A qué hora llegarán? – Lorenzo estaba dispuesto a proteger a Elizabeth, aunque ella no lo recordará
-. Cerca de las nueve – respondió
-. Estaré allí a las ocho y media – dijo con seguridad y casi de inmediato
-. Bien – se despidieron con un apretón de manos y Lorenzo se fue con una nueva esperanza que le brindaba calor a su corazón
AL DÍA SIGUIENTE
En la oficina Emiliano estaba muy nervioso y no dejaba de mover su pierna de un lado a otro, hace a diez minutos que Karyn le escribió diciendo que estaban en camino y él estaba casi temblando.
-. Hermanito – Elizabeth entró a saludarlo con un gran abrazo – moría por al menos estar aquí de visita
-. Ya pronto podrás regresar – Emiliano intentaba ocultar su nerviosismo – esto no es lo mío – aflojo un poco su corbata
-. Me imagino que debes sentir que te asfixias – rio Elizabeth recorriendo la oficina centímetro a centímetro intentando recordar lo último que hacia ahí
-. Como no tienes idea – se sentaron para poder platicar mejorar
-. En la caja fuerte deben estar los papeles respecto al caso de nuestro padre – Emiliano se tensó y Karyn por poco deja caer la bandeja con los cafés que traía en cuanto escucho lo que dijo su amiga
-. Será mejor que permanezcan ahí – intervino Karyn con un tono serio - no quiero que nada te perturbe hasta que te encuentres a tu cien por ciento
-. Pero…
-. Estoy de acuerdo – intervino Emiliano
-. Me siento como una inútil porque no puedo hacer nada – se cruzó de brazos con el entrecejo fruncido
-. No te enojes – Emiliano le decía con cierta diversión
-. Señor acaba de llegar su cita – anunció Karyn logrando que el ambiente se tensara
-. Hazlos pasar – Emiliano se acomodó el saco
-. Buenos días – Elizabeth miraba a la mujer que por alguna extraña razón se le hacía conocido, sin mencionar que no le agradaba en lo absoluto – señores Escalante – les brindo la mano a cada uno y la mujer a pesar de tratar de ser cortés
-. Tomen asiento – Emiliano les enseño las sillas frente al escritorio – y les voy a pedir que vayan directo al grano
-. De acuerdo – hablo el hombre mayor que tenía la barba perfectamente arreglada – estamos aquí para disculparnos en nombre de quien fue parte de mi familia por el daño ocasionado a la suya, y espero que esto no influía en nuestro trato comercial
Elizabeth escuchaba sin comprender a que se referían, “Si tan solo pudiera recordar” y para rematar no podía sacarse de encima la mirada tan penetrante de esa mujer
-. Señores – Emiliano miraba a Elizabeth para poder ver algún cambio en su comportamiento y aun nada – estoy seguro que comprenderán que nuestros tratos hechos permanecerán de la misma manera mientras se cumplan las cláusulas de los contratos, en cuanto a nuestros próximos tratos revisaremos bien los contratos
-. Bien – el señor se puso de pie con cara de pocos amigos – extendemos nuestras disculpas – se retiraron después de un asentimiento por parte de Emiliano y Elizabeth quien no entendía mucho
Editado: 21.09.2022