NARRADOR
Lorenzo se encontraba totalmente desanimado en las afueras de la oficina y Emiliano sentía que Elizabeth jamás podría volver a recordar todos los buenos momento junto a Lorenzo y ni hablar de que tuviera que recordar la violencia que vivió a manos de su propia madre
-. Hermanito – Elizabeth le habló en la puerta de la oficina – debo irme – se tomó la cabeza – no me siento muy bien
-. Te puedo llevar – se ofreció de inmediato Lorenzo
-. Lo siento, no se moleste señor – no recordaba su nombre – tomaré un taxi, hasta luego
Ellos asintieron y la vieron alejarse.
-. Iré a casa – Lorenzo se despidió cabizbajo – cuídate, y estamos en comunicación
-. Cuídate – Emiliano ya no tenía palabras para poder consolarlo
Paso una semana en la que Elizabeth le dijo a su hermano que iría de visita a la finca de sus abuelos, Emiliano trató de negarse porque ese fue el lugar en donde vivió su calvario.
-. No dijiste que habías mandado a hacer una casa para poder quedarse ahí – replicó ella
-. Sí – Emiliano quiso haber olvidado comentarle ese detalle
-. Entonces. No veo el problema – Elizabeth estaba por perder la paciencia
-. De acuerdo – Emiliano quería que alguien fuera con ella para poder estar tranquilo
-. Y olvídate de tus condiciones me siento perfecta a pesar que me falta un poco de mi memoria – replico con las manos en forma de jarra alrededor de su cintura – y me voy mañana mismo
-. Ok – Emiliano no pudo poner excusas o peros
Elizabeth en su habitación se encontraba alistando su maleta, mientras todos afuera estaban nerviosos no podían impedírselo porque no era una niña
-. Quizá es lo que ella necesita – dijo Fernando que también estaba reunido en la sala
-. Pero y si tiene problemas o le regresa la memoria de la nada, no puede estar sola – Emiliano quería a toda costa acompañarla
-. Si sigues así la harás enojar y estoy segura que no querrá hablarnos en un buen tiempo – aconsejó Karyn
-. Lo sé – Emiliano se resignó y siguieron platicando de otras cosas para que Elizabeth estuviera tranquila – espero que se queden a cenar
-. Claro – todos afirmaron y fueron a ver en que podían ayudare la cocina
En la cena les presentaron a todos los que Elizabeth ay conocía, pero no recordaba cómo amigos y fue una cena relativamente tranquila y amena.
Se habló de temas de hace dos meses atrás para que Elizabeth no se sintiera desfasada, Lorenzo y sus hermanas apenas habían podido probar bocado ya que su estado de ánimo no era el mejor.
-. Gracias y buenas noches Elizabeth se retiró a descansar; todos se quedaron un par de horas más y luego se despidieron para ir cada quien a descansar.
Elizabeth salió a las cuatro de la mañana porque no le gustaban las despedidas y necesitaba ese tiempo a solas, subió al auto que la esperaba en la esquina de su casa y se puso rumbo a a hacienda… la casa era moderna, rustica y acogedora.
-. Gracias – le dijo a quien al recogió se despidieron y ella entró.
UNA SEMANA DESPUÉS
-. Hermano necesito que vengas urgente – era la frase que se repetía en la cabeza de Emiliano quién simplemente pisaba el acelerador para llegar lo antes posible
-. Elizabeth – gritó en cuanto abrió la puerta - ¿Estás bien? ¿Estoy aquí? ¿Dónde te encuentras?
-. Aquí – estaba en su recamara con los ojos hinchados y parecía muy mal
-. ¿Qué te sucedió? – Emiliano llegó cerca de ella
-. Lo recordé… Lo recordé todo – sollozo de nuevo
-. Lo lamento – la consolaba
-. Es lo más horrible que he experimentado – decía entre hipos
-. Pero también hay cosas buenas – hacia círculos en su espalda
-. Si – ella sabía a lo que se refería
-. Entonces concéntrate en lo bueno y lo malo déjalo ir – aconsejó
-. No es tan fácil y no puedo creer que ella haya acabado con nuestro padre – hipo de nuevo – no puedo creer que ella haya tenido tanta maldad en su corazón
-. Ya sabemos la verdad – suspiro porque a él también le dolía- pero nuestro padre hizo lo posible para protegernos
-. Lo sé – ella intentaba calmarse - ¿Cómo está Lorenzo?
-. Muy mal desde que l olvidaste – ella dio una media sonrisa – él te quiere mucho
-. Pero…
-. Porque no le das una oportunidad – él rio un poco – creo que ya lo has hecho sufrir suficiente
-. Necesito tiempo – él quería decirle que Lorenzo pensaba irse del país porque sentía que cada vez estaba peor anímicamente y lo peor que no podía acercarse a quien amaba
-. Depende de ti, hermana- no estaba seguro de lo que debía hacer
-. Gracias – se quedaron así un par de horas y después se despidieron porque ella decidió que aún no estaba lista para enfrentarse a aquellos que los había olvidado
Ella había recordado a Devora hace casi una semana, pero lo de su secuestro lo había recordado hace menos de una hora.
Noche llegó su amiga y la encontró mirando su laptop
-. ¿Qué sucede? – le dijo al ver que estaba a punto de llorar
-. Él se va a ir – señalo la pantalla
-. Lo está pensando – le respondió – porque quiere darte tu espacio, se siente morir si no puede tocarte
-, y lo más fácil es largarse – gritó molesta
-. Él ha sufrido por casi un mes – Devora quería hacerla entrar en razón porque el tiempo se agotaba – cuando tú lo tratabas como un completo extraño tratando de manera indiferente
-. No era con intención yo…
-. Y ahora lo vas a dejar – ella la miro desafiante – o vas a intentar luchar por él, porque si se va créeme que la única que va a sufrir serás tú
-. No voy a rogarle – Devora se levantó furiosa
-. Te quiero mucho porque te considero una de mis mejores amigas – respiro – pero tú me ayudaste con el pequeño empujoncito que necesitaba para poder estar con Renzo y si tú no quieres perder al hombre que ha sido capaz de estar para ti a pesar de todo
Editado: 21.09.2022