Buscando La Verdad

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EN EL DESAYUNO

Elizabeth y Lorenzo habían invitado a todos a desayunar en la casa del padre del novio para anunciar lo que estaba pasando con ellos, todos llegaron con una sonrisa de oreja a oreja listos para celebrar el cambo y la felicidad en sus vidas en este momento.

Cuando hicieron el anuncio oficial de su compromiso todos los vitorearon, abrazaron y reiteraron sus felicitaciones.

Emiliano brindo un pequeño, pero significativo discurso

-. Como dicen los tiempos de Dios son perfectos y a pesar de las adversidades y dificultades hoy estamos aquí celebrando la vida, hermanita sabes que te adora y siempre estaré a tu lado – Elizabeth se acercó y se dieron un fuerte abrazo – y tú – señalo a Lorenzo espero que la hagas muy feliz sino tendrás problemas conmigo – Lorenzo levanto su copa y asintió mientras todos reían a su alrededor.

 Comieron y bebieron en un ambiente lleno de alegría y felicidad en donde solo recordaban los buenos momentos, Elizabeth llevó a Karyn a la cocina con la excusa que ella debía “ayudarla” con algo

-. ¿En qué necesitas que te ayude? – preguntó ella con inocencia

-. ¿Qué está sucediendo entre tú y Fernando? – pregunto sin rodeos

-. Nada – Karyn trataba de evitar su mirada – porque piensas eso

-. Vamos te conozco – dijo Elizabeth impaciente

-. Solo dame tiempo – Elizabeth decidió no presionarla, pero averiguaría lo que sucedía de una u otra manera hoy mismo – es tu momento – consoló

-. No te voy a negar que me siento feliz – dijo con una enorme sonrisa

-. Me alegra mucho – se abrazaron – te lo mereces

-. Aunque no te voy a negar que tengo algo de miedo

-. Esto es real – animaba Karyn

-. Pero siempre que algo bueno pasa – buscaba las palabras para poder expresarse - todo se puede ir al tacho en un abrir y cerrar de ojos – ella sabía que podía confiar en su amiga

-. Solo disfruta – ella miro directo a sus ojos – ahora ya sabes que no estás sola

-. Ya mejor – Elizabeth sacudió sus brazos – olvidemos este tema y vayamos a la fiesta

-. Totalmente de acuerdo – se reunieron con los demás

Cerca de la madrugada todos se despidieron incluso Lorenzo y Elizabeth quienes decidieron ya no incomodar en la casa del padre de este.

-. Hijo pueden quedarse – decía su padre amablemente

. ya no queremos incomodar – Lorenzo intentaba no herirlo – es momento de conversar y aclarar algunos temas

-. Bien – le dio un abrazo – sé que necesitan su privacidad – se despidieron y fueron al apartamento de él porque Elizabeth no quería recordar lo que le sucedió en el suyo

Entraron y se tumbaron en el sofá

-. Todos estaban felices – comento ella

-. No puedo culparlos – respondió él acariciando s barbilla- fui un muerto viviente durante todo lo malo que sucedió

-. No te voy a negar que en un momento llegué a rogar por mi muerte – él se tensó de inmediato – y rogaba porque tú estuvieras bien

-. Si eso hubiese pasado – trago saliva – creo que no hubiera tardado mucho en seguirte porque en ese instante comprendí que mi vida había sido una mentira hasta que llegaste tú

-. Mentiras la vida que yo viví – se entristeció – perdí a mi padre en manos de mi madre y saber que ella era capaz de todo por su ambición me dejó helada

-. Yo no puedo creer el cinismo de Torres para hablar de amor después de lo que se atrevió a hacerte – acarició su rostro – morí cunado te vi ene l hospital y lo volví a hacer cuando supe que me olvidaste

-. Lamento eso - se disculpó – no era mi intención y no imagino cuanto debes haber sufrido

-. Eso ya pasó ahora solo te ruego que disfrutemos al máximo cada momento juntos

-. De acuerdo – ella le dio una sonrisa

-. Entonces cuando nos casamos – Elizabeth se quedó lela por unos segundos

-. Respecto a eso – dijo con cautela

-. No quieres casarte conmigo – dijo algo dolido

-. No es eso – respondió de inmediato – es solo que no creo mucho en eso, mira qué tal si convivimos y vemos si más a delante se da

-. Como tú digas – forzó una sonrisa ya que no estaba muy satisfecho

-. Será mejor que cambie de actitud si quieres dormir esta noche junto a mí – él la miró intentando descifrar lo que decía – el sofá se ve muy cómodo

-. No serías capaz

-. Ponme a prueba – ella lo reto con la mirada – no hay diferencia en vivir juntos si hay un papel o no de por medio mientras tú me respetes y yo haga lo mismo es un matrimonio informal por decirlo de algún modo

-. Creo que se me han pegado mucho las costumbres de mi padre en hacer todo oficial y formal – ambos rieron

-. Bien – se puso de pie – vamos a descansar

-. Nuestra primera noche juntos

-. No tanto así – ella le dio una sonrisa pícara – pero te puedo decir que a tu lado mi sueño es súper tranquilo y divino

Esa noche se quedaron dormidos casi de inmediato abrazados y con una sonrisa en sus rostros.




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