Buscando mi chico cliché ©

Capitulo 7: "Sentimientos desbocados" Parte I

Me encontraba observando desde mi ventana como caía la lluvia. Llego desde cielo y aterrizo en mi patio, sin avisar de que llegaría, sin dar tiempo a recoger la ropa, arruinando los planes de muchos, o, entreteniendo a otros, por ejemplo; yo.

Un pesado suspiro salió de mis labios, mis pensamientos son tan aburridos que lo único que me distrae son las efímeras gotas de lluvia, las cuales no son tan monótonas como parecen. Si le dijera a alguien que las gotas tienen cada cual una historia diferente seguro no me creerían, me mirarían como una rara -lo cual todos hacen siempre- o solo me dirían que estoy loca y me ignorarían.

Sorprendentemente es cierto, cada gota de lluvia es diferente a la otra, y cada una tiene una historia diferente, ven cosas diferentes ¿sienten cosas diferentes a la otra? No sé, está fuera de mi conocimiento y/o control el saber de si pueden sentir algo, pero de que son diferentes, lo son.

Todas caen del cielo, pero no caen en el mismo lugar, aquellas que caen en el césped ven una parte diferente de césped, las que se estrellan contra mi ventana ven una parte diferente de ventana, me ven a mi o solo ven algo de mi cuarto, y así sucesivamente por el mundo. Esto es gracias a que el espacio el cual ellas pueden observar al caer no es muy grande y no viven lo suficiente para para ver más de una cosa al caer, se vuelven parte de donde sea que caigan, se secan y vuelvan al cielo en forma de vapor.

Lo sé, mi vida es de lo más aburrida, pero que puedo decir, no me quejo.

Escucho el timbre de mi casa sonar y en vista de mis padres están celebrando un aniversario de bodas para el cual se tomaron todo el día para ellos, y que a Margot le toca doble turno, y el turno nocturno ya de que hay escasez de empleados me encuentra en la cúspide de la soledad.

Bajo las escaleras saltando de peldaño en peldaño mientras tarareo una canción de Michael Jackson. Sin más que esperar abro la puerta algo curiosa, después de todo los amigos de mi hermana saben que hoy trabaja, yo no tengo amigos y mis padres no llegan hasta la noche.

Al abrir la puerta una expresión de sorpresa se asoma por mi rostro. De pie frente a mí, con sus hermosos ojos azules observándome con tristeza, y con su cabello azabache se pegado a su frente por la lluvia, Thiago Morgen. Lo admiro por unos minutos, sus ropas están empapadas y si mi vista no me engaña lagrimas que se camuflan con la lluvia bajan por sus ojos.

—Pasa… —Murmuro algo confundida.

El da un paso al frente y con la vista perdida se queda de pie frente a mí. Un resonante suspiro sale de sus labios seguido de un… ¿sollozo? Si. Confirmado damas y caballeros, Thiago Morgen está llorando.

—¿sucede algo?  —articulo. Siento algo de angustia, aunque no lo entienda la mayoría de las veces, pero ahora el necesita a alguien. Quizás yo no sea la mejor receptora, pero de algo tengo que servir.

Sin previo aviso se abalanza sobre mi envolviéndome en un melancólico abrazo, estruja su cuerpo con el mío provocándome un escalofrió. A pesar de estar mojado su cuerpo se siente cálido y seguro, pequeños estamos pasan por su corporación y no puedo evitar sonreír.

Ojo, no sonrío por la como esta, es triste y me da algo de pena, pero la situación, el cómo llegamos a esto me provoca ternura.

—Lo odio, lo odio. En serio lo odio —Comienza a susurrar por lo bajo. Agudizo mi oído para escuchar mejor lo que dice—, En verdad lo desprecio.

—¿A quién odias? —Pregunto.

Él se aparta un poco y me mira atreves de sus lágrimas. Sus ojos parecen brillar, como un diamante azul siendo iluminado por los rayos del sol. Su mirada me penetra y se vuelve tan intensa que comienzo a ponerme nerviosa, a pesar de esto y de sus lágrimas se ve tan lindo y tierno, me hace querer abrazarlo por horas y no soltarlo.

Un sollozo sale de sus labios y nuevas lagrimas comienzan a surgir de sus ojos —, M-mi padre… el m-me amenazó con que podía prohibirme ver a mi madre —tartamudea.  Iba a seguir hablando, pero lo interrumpo.

—No te preocupes, mejor sube a mi cuarto buscare algo de ropa. No me gustaría que mi novio falso contraiga un resfriado —Digo. sonrió algo nerviosa y lo acompaño hasta la segunda planta, abro la puerta de mi habitación y entramos—. Tenga una pregunta, espero no te incomode y no necesitas responderme en este momento, pero… ¿Qué pasa entre tu madre, tu padre y tu? Es que no entiendo nada ¿Por qué te prohibiría ver a tu madre? Eres mayor ¿no?

—No tiene nada que ver con custodia Polly —Me mira por un instante antes de bajar su rostro al suelo—. Mi madre está en la cárcel por culpa de mi padre. Ella viene de una familia humilde, mi padre siempre fue frívolo, ególatra… siempre se creyó superior a todo el mundo. Cuando mi madre lo rechazo y luego de muchos intentos recurrió a algo que ningún hombre debería hacer…

Sus palabras quedaron en el aire y levanto la vista, sus ojos solo me reflejan tristeza, su expresión es seria y llena de dolor. Siento como mi corazón se estruja ante esta escena.

—¿Sabes Polly? Yo no fui concebido por gusto —Prosiguió—. El imbécil al que llamo padre abuse de la mujer que me dio la vida. Ella quiso rehacer su vida, se fue del país y estuvo bien por un tiempo… hasta que supo que estaba embaraza. Ella me conto que flaqueo muchas veces, que quiso abortar y sabia que si Aaron se llegaba a enterar la obligaría. Como te habrás dado cuenta, me tuvo, me cuido y me dio todo el afecto y seguridad que ella pudiera darme.

Tomo una bocanada de aire y antes de proseguir se sentó en la esquina de mi cama y yo me senté a su lado.

—Cuando tenia alrededor de 5 años él lo descubrió, descubrió el embarazo, que era de él, donde mamá estaba ¡todo!  Solo espero pacientemente a que pasaran los años. En mi cumpleaños numero diez llego a nuestra casa con una orden diciendo que era el único que tenia derecho sobre mí, mi madre le rogo por semanas que me alejara de ella, Aaron acepto, pero puso una condición: Debíamos vivir juntos, los tres, en su casa.




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