Llovía y llovía, lo normal de siempre. Era como si esta nunca fuera acabar, desde hace semanas que comenzó aquel viaje, el cual ya no seria como esas salidas a jugar, salidas que le gustarían compartir con alguien. Las gotas que caian y rebotaban sobre su capucha le hacian,le proporcionaban ese acto de racionalismo, pensando, cuestionándose si lo que estaba por hacer era realmente lo que quería, aunque no demostrara el "si" por fuera, en su interior estaba ese fatídico deseo desde que dio su primer paso en este nuevo lugar, a su vez una sensación le recorría por completo el cuerpo,una sensación por la cual quien sea podría dejarse llevar, dejarse ser. Terror, Ansiedad. Apenas eran los primeros que este podía reconocer, los primeros de un sin fin de estos.
Estaba escalando. Muchos pensaron que la decisión de este, la que había tomado, la que le llevaría a casi un sin fin de remordimientos estaba como siempre errónea, pero, muy en el fondo de este solo quiere tratar de arreglar las cosas, como si eso fuera posible, ya lo pudo haber intentado un sin fin de veces, veces en las cuales ni siquiera el optimismo puede sacarte de la fosa donde uno se encuentra.
Había ya subido lo suficiente por aquella ladera del cerro,aquel lugar empinado que al simplemente de levantar la mirada, era muy difícil el poder distinguir la cima, ahí era su meta. Paso un buen momento hasta que vio una especie de protuberancia que se abría hacia un fondo en la superficie de aquel terreno comandado por la naturaleza. Sin pensárselo dos veces entro sin más, dio un suspiro de alivio, tenia una gran peso sobre sus hombros, solo es el equipale que lleva.
Dejo la gran mochila en el suelo, fue un golpe en seco que hizo sonar un eco en aquel pequeño lugar donde seria su estancia al menos por ese momento, quería descansar, desde hace horas que venia subiendo. Al dejar su mochila a un lado también pudo escucharse un sonido más, algo que provocaba que al mismo temblara. Se volteo y tomo aquello, era solo su katana. La sostuvo entre sus manos arrodillado, como si estuviese para ofrecérsela a alguien, estirando sus manos y con el arma reposando sobre ambas palmas de sus manos, agacho su miraday pronuncio una, no una sino más bien una especie de combinación entre otras, eran palabrasinentendibles.
Transcurrieron algunas horas desde entonces. Logro realizar una fogata con simples leños que este portaba en su mochila, la misma era grande así que fue fácil el poder hacerlo, solo llevaba lo suficiente como para poder alimentarse y pasar por lo mismo unos 2 u 3 veces más, su viaje se acorta al igual que su tiempo.Se quedo sentado y mirando el fuego, los tonos anaranjados, amarillentos y hasta con tonos rojizos se reflejaban en sus ojos, ojos de un color oscuro, como la noche misma. Le dio un mordisco a lo que solo era carne seca, luego de este hecho dio un pequeño escupitajo y recostó en el suelo.
Su mochila la uso como una especie de almohada para su cabeza, no era precisamente algo cómodo u de lujo, era lo que tenia a su alcance y con eso se bastaba más que nada. Respiro y tomo aire profundamente, tratando de encontrar una posición lo más cómoda posible para su tiempo de descanso. Su brazo izquierdo un poco acoplado desierta manera lo había llevado a su nuca, apoyando asi su cabeza sobre su mano. Encimo su pierna izquierda sobre la derecha. Podía sentir como el agua se escurría entre sus pantalones largos, en sus pies y hasta por su ropa superior, la sensación le hacían erizarle la piel más no le ayudaba a combatir el frio. Trataba de mantenerse caliente acercándose levemente al fuego.
El agua de la lluvia se podía escuchar al caer, fue acompañado por el sonido de grandes truenos. El joven viajero solo cerro sus ojos intentando conciliar el sueño, algo que le pareció bastante difícil, como el poder enhebrar un hilo en una aguja.