Busqueda De Identidad

Parte 9

—Ha transcurrido aproximadamente un año desde que Alicia encontró a Hernán, momentos antes del accidente. El padre de la chica, Joey, descubrió a su esposa en medio de la calle, arrollada por el automóvil que aparentaba ser el de su hija. Según las autoridades correspondientes y las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del establecimiento, las dos mujeres discutieron; además, se puede observar claramente cómo la madre cerró en más de una ocasión la puerta del automóvil a su hija mientras intentaba subir. Alicia, entonces, empujó a su madre y aprovechó para subir al auto.

>Sucedió algo que muchos considerarían el peor acto que un hijo podría cometer. Alicia condujo el auto hacia su madre, la Señora Bell, asustada y huyendo por su vida, corrió por la carretera, pero sus dos piernas que anhelaban la vida no superaron las cuatro llantas del carro. Así, arrolló a la mujer, pasando sin compasión sobre el cuerpo de su propia madre..., sobre la persona que le dio una familia sin pedir nada a cambio.

>Quien notificó este acto imperdonable fue el mismo padre adoptivo de Alicia, Joey, que se encontraba en el mismo establecimiento, aunque estaba en el baño en el momento en que ocurrieron los hechos.  

>Los oficiales de policía intentaron seguirle el paso a la joven de tan solo 17 años, pero en medio de la oscuridad era difícil. Afortunadamente, unos buenos samaritanos notificaron a la policía sobre los gritos desesperados en la casa de su vecina, lo que llevó a una rápida respuesta policial. Sin embargo, era demasiado tarde. La casa había dejado de ser un hogar. Según la declaración de los oficiales, el lugar era un desastre, con sangre por todos lados. Además, en el suelo yacían los cuerpos de dos mujeres: la hermana y la madre de Hernan.

>En el segundo piso, la escena era más sombría, pero fue donde ocurrió el acto más atroz de todos. Hernan estaba muerto, con una oreja mutilada y un corte en el cuello. Según la autopsia, murió 4 minutos después; la causa de su muerte fue la pérdida de sangre. Esto significa que fue testigo de cómo Alicia se llevaba a su hijo para no volver a verlo.

>Eso es todo lo que sabemos sobre esta noticia que ha impactado a todo un país. El mismo pueblo bautizó el caso como "búsqueda de identidad".

El periodista miró al foro, observando las expresiones de su audiencia. Sin duda, su programa iba a romper récords de audiencia.

—Ahora sí, concluida la introducción. Tenemos al mismo Joey Bell.

Al ser nombrado, se acomodó en su asiento. Cualquiera que lo viera diría que era el más afectado; sufría de desnutrición, tenía grandes bolsas oscuras bajo sus ojos, estaba pálido y delgado. No se parecía al Joey de hace un año. El hombre apuesto, ágil y ejercitado había desaparecido.

—Dígame, Joey. ¿Nunca sospechó que tenía una hija con la capacidad de cometer asesinatos en masa? Y no solo eso, ¿fingir ser la heroína de la historia?

—Al principio, sí. Cuando era niña, aproximadamente a los 10 años, tenía actitudes cuestionables que no concordaban con una niña de su edad. Golpear animales, autolesiones, dañar sus muñecas. Los pediatras decían que era normal, ya que había sufrido mucho con su familia biológica. Aseguraban que todo mejoraría si le dábamos cariño, algo a lo que Ruth y yo estábamos decididos a dar.

Joey se tomó un momento para respirar e intentar retener las lágrimas. Al no tener éxito, pasó su brazo por su cara.

—Tome. —El periodista le pasó una caja de pañuelos. Joey la aceptó sin dudar—. ¿Quiere seguir con la entrevista?

—Sí.

—Bien, continuemos.

—Mi esposa Ruth decidió confiar y guiarse por las palabras de aquellos pediatras. Pero yo no estaba del todo satisfecho. Así que decidí llevarla con un psiquiatra. Después de una evaluación psicológica donde evaluaron su conducta, sus sentimientos, pensamientos y síntomas, la diagnosticaron con trastorno de la personalidad múltiple.

—¿Puede darnos una explicación sobre el trastorno?

—Claro. Se caracteriza por alternar diferentes personalidades o también llamadas identidades. El sujeto no es capaz de tener conciencia sobre su cuerpo y mente cuando la otra identidad ha tomado el control.

—En otras palabras, mientras Alicia anhelaba justicia, no era consciente de haber matado a Leila.

—Así es.

—En ese caso, si usted hubiera dado la terapia y el tratamiento necesario a su hija, ¿se podría haber evitado toda esta... desgracia?

—Es difícil saberlo. Pero probablemente, sí.

—Dígame, Joey. ¿Por qué no trataron su trastorno?

—Porque ya no quería verla triste...., Quería hacer que olvidara todo el daño que le hicieron. Como padre, quería lo mejor para ella. Pensé que fingir que nada había pasado y actuar como si todo estuviera bien haría que estuviera bien. Pero me equivoqué.

Una lágrima caía por su mejilla.

—Fallé como padre.

Todo el foro, los camarógrafos y todo el equipo de trabajo, así como el periodista, quedaron en completo silencio.

—Si alguien la ve, no dude en contactar con la policía. Alicia Bell es alguien de quien deben esconderse. —Miró con firmeza a la cámara—. Alicia, además de encontrar al presunto asesino, se encontró a ella misma. Fue una búsqueda de identidad donde las cartas ya estaban sobre la mesa.

Fin.
 


 



#3628 en Otros
#1005 en Relatos cortos
#1221 en Thriller
#602 en Misterio

En el texto hay: misterio, asesinato, familia

Editado: 10.06.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.