01.17

El tablero marcaba 8 – 12, lo que indicaba que el equipo de Seúl iba a la delantera con una docena de anotaciones.
El centro de atención desde el primer segundo del partido era nada más y nada menos que Suga Miller, el chico guapo, rudo, extranjero de cabello verde menta, quien había metido más de la mitad de las anotaciones.

Todo el gimnasio estaba completamente lleno por cada estudiante del campus. Las clases habidas sido canceladas para que todos asistieran y apoyaran al equipo de baloncesto, incluso la directora y cada maestro se encontraban presentes, a excepción del profesor JaeJoong, pues el llevaba varios días ausente.

Este era un partido crucial para el equipo, pues definiría si irían a incheon a jugar la semifinal o se quedarían con el cuarto lugar y sin posibilidad de ganar uno de los trofeos.
En todos los anteriores partidos les había ido muy bien, no habían perdido ni uno, y por ese echo estaban en la mira de ser el campeón nacional, algo que no habían logrado desde ya varios años.

— ¡ULTIMOS MINUTOS DEL PARTIDO! —gritó energéticamente el animador por un micrófono, siguiendo la jugada segundo a segundo— ¡JEON LLEVA EL BALON INTENTADO HACER UN TIRO! ¡SE LO LANZA A SUGA DESDE LEJOS! Y ¡¡¡¡¡¡ANOTACION!!!!!! ¡¡¡¡EL EQUIPO DE SEÚL SE LLEVA EL TRIUNFO Y VA A LA SEMIFINAL!!!!

Todos los presentes se levantaron de las gradas y gritaron eufóricos por el triunfo de los jóvenes, a excepción de los que apoyaban al equipo contrario.

El entrenador estaba completamente emocionado, en cuanto había escuchado que su equipo había ganado, corrió hasta los muchachos y los abrazo con fuerza, mientras todos correspondían su abrazo al mismo tiempo.

Por su lado el elenco de porritas comenzó a bailar moviendo sus pompones y realizando sus perfectamente ensayadas acrobacias, mientras la banda de la escuela tocaba a todo volumen.
En cuanto la coreografía terminó, Valery corrió hasta donde se encontraba su mejor amigo y lo abrazó con fuerza por detrás. Se sentía realmente feliz de que estuviera en el equipo.

— ¡felicidades Tae! —Le señaló la muchacha con una gran sonrisa, sintiendo como su amigo se giraba para corresponder su abrazo de frente.

— ¡¡me viste Val!! ¡¡Me viste!! Metí una canasta

— lo vi, ¡estuviste verdaderamente increíble!

Le mencionó la muchacha con emoción al ver la felicidad de su mejor amigo. Jungkook al notar la presencia de la joven, no dudo en acercarse y saludarla.

— hola bonita ¿te gustó el partido? —Indagó el muchacho viéndola de arriba a bajo sin disimular ni un poco.

— estuvieron muy bien —le respondió ella— hacía tiempo que no jugaban asi, me alegra mucho que vallan a la semifinal

— y todo gracias a Suga —bosifero Taehyung, asiendo sentir incómodos a sus dos amigos presentes.

Valery con disimulo posó su mirada al chico de cabello verde menta que se encontraba al otro lado de la cancha hablando con Namjoon y el entrenador. Desde aquel día en el cual Suga había estado en su casa estaba distante con ella, no le dirigía la mirada y tampoco le hablaba, al menos no como antes. Cuando ella pensaba que estaban comenzando a ser buenos amigos, él se alejaba llenandola de dudas.

La rubia admitía que a veces esos extraños comportamiento de Suga le dolían, ya perfectamente conocida su lado malo, pero en ocasiones era demaciado frío e indiferente.

El apuesto azabache llamado Jungkook, enseguida se dio cuenta de la mirada de la muchacha puesta en Suga. Él aún estaba completamente enamorado de ella, como nunca antes lo había estado de nadie, pero perfectamente entendía que ella jamás iba a poder corresponderle, y todo se debía a al pelimenta.

— que exagerado eres Taehyung —habló de repente el peli negro, intentando calmar la tensión– todos pusimos de nuestra parte, no solo Suga lo hizo, además yo sigo siendo el jugar estrella

Taehyung estaba a punto de responderle al azabache, pero un chiflido lo hizo llamar su atención. Se trataba de Namjoon llamando a todos para que se dirigiera a él, al parecer tenía algo que decirle a todos.

Valery de igual manera se percató de ello, y decidió irse de ahí, no sin antes invitarle unas hamburguesas a Taehyung para festejar su triunfo. 
Sin más la muchacha salió del gimnasio con rumbo a los vestidores para quitarse el corto vestido de animadora que llevaba puesto.

Se soltó el cabello, se puso unos jeans rotos, una blusa de tirante, y una chaqueta con el cierre abierto. Esa ropa la había llevado para cambiarse después del partido, pues no quería salir de ahí con el corto, muuuuy corto vestido de animadora y que todos la mirarán, además le iba ser muy incómodo estar con ese atuendo en el restaurante de hamburguesas.

Cuando estuvo lista salió de la escuela para esperar a su castaño amigo. Tomó asiento en los escalones de la entrada, y se sentó a contemplar la nada, ya que prácticamente todos se habían ido.

Una vez más el cielo estaba nublado, un viento muy fresco soplaba debido a eso, chocando en la cara de Valery como una suave caricia. Le encantaba, ese frío siemplemente le fascinaba y la hacía sentir feliz por alguna razón, aunque el color gris en él cielo le recordaba el vacío que sentía en el interior, ese vacío que ya perfectamente había aprendido a ocultar todos los días, y la hacía derrumbarse por las noches.

Los minutos pasaron así, contemplando el silencio y escuchando solo sus pensamientos, hasta que escuchó como la rechinante puerta de la escuela estaba siendo abierta, así que giró un poco su cuerpo y dirigió su mirada en esa dirección para ver si se trataba de Taehyung, y efectivamente era él, pero no venía solo, todos su amigos estaban por detrás.

— ¿me tarde? —Le dijo el moreno, para después sentarse a su lado.

La muchacha negó con su cabeza, aunque en realidad sí se había tardado. El resto de los muchachos siguieron adelante y se quedaron charlando a unos cuantos metros de donde V y Valery se encontraban sentados, parecía que estaban esperando algo.