01.23

— ¡Suga!... ¡espera! —Gritó Namjoon, mientras corría por el pasillo de su casa para alcanzar al pálido— ¿a dónde vas? Quedate un rato

Suga se detuvo en seco a mitad del camino, y girando sobre sus talones se dio media vuelta y observó a su moreno amigo.

— quiero estar solo, necesito estar solo —contestó el peli menta— tengo que pensar muchas cosas

— cualquier cosas que decidas llámame, sabes muy bien que tienes nuestro apoyo 

Suga no dijo nada y solamente continuó su camino. Se dirigió a la salida y comenzó a caminar con rumbo a su casa. 
No necesitaba pensar las cosas, desde que ese hombre le había dicho dónde estaba su hermano ya tenía claro que debía hacer, pero su plan no incluía a nadie, no incluía a Namjoon, no incluía al resto de amigos, no incluía a Valery. Lo que tenía que hacer lo debía hacer solo.

La joven de cabellos dorados llegó a la casa de Namjoon luego de caminar por casi una hora. Esa zona quedaba algo lejos, en un vecindario lleno de casas grandes y lujosas, con entradas que parecían parques y rejas altas. La joven en seguida supo cuál de todas esa casas era la de Namjoon, pues había una cantidad exagerada de jóvenes en la entrada tomando y charlando, lo que indicaba una gran fiesta en el interior.

Valery con algo de inseguridad entró a la casa sintiendo las miradas de los jóvenes borrachos sobre ella, pero decidió ignorarlos y dedicarse a encontrar a su amigo Taehyung lo más rápido que pudiera.

El lugar estaba repleto de gente, cada rincón de la casa estaba habitado por jóvenes bebiendo, fumando, y haciendo otras cosas que la rubia decidió mejor ignorar. Entre toda esa multitud le era muy difícil encontrar al castaño de sonrisa cuadrada, hasta que ante sus ojos reconoció una cabellera negra un poco larga y ondulada.

— ¡Jungkook!... —gritó la muchacha, pero como la música estaba muy alta, su voz se escuchó como un ligero murmuró— ¡¡JUNGKOOK!!

Gritó más fuerte, el joven azabache se giró al escuchar su nombre, y al ver que se trataba de la rubia sonrió ampliamente mientras se acercaba a ella.

— bonita... —dijo el azabache, y luego la abrazó con fuerza como si no la hubiera visto en mucho tiempo. Valery enseguida percibió el olor a alcohol en el muchacho— me alegra verte aquí, ahora si me siento completo

La joven esperó a que el muchacho la soltara para poder hablar. Luego de unos segundos lo hizo.

— Jungkook, estoy buscando a Taehyung, o a Suga... ¿sabes dónde están?

El muchacho hizo un gesto con su boca y chasqueo la lengua. La joven solamente lo observó esperando una respuesta.

— pensé que estabas aquí por mí... —suspiró profundo y luego dio un sorbo a su cerveza— no se donde están, Taehyung debe de andar por ahí, y Suga me parece que se fue, pero ¡vamos!... está es la fiesta más grande del año, diviértete un poco, déjame traerte una de esas bebidas locas con las que te emborrachas en un minuto

El joven estaba apunto de dar la vuelta cuando sintió la mano de la rubia sobre su muñeca deteniendo su paso. Jungkook se giró para observarla, y al instante su expresión cambió al ver los ojos de la muchacha cristalizados.

— Jungkook ya no puedo más —musitó la muchacha aguantando las ganas de llorar. El azabache se acercó más ella y la observó con atención— se que algo está pasando con Suga, lo escuché hablar con el profesor JaeJoong y tengo miedo —la joven no pudo aguantar más las lágrimas y estas rodaron por sus mejillas— por favor... si tú sabes algo necesito que me lo digas

— ese asunto es más grande de lo que te imaginas Valery —le señaló el muchacho con seriedad— y aunque te lo dijera, no puedes hacer nada al respecto

— tal vez no pueda pero quiero intentarlo.... quiero salvarlo... quiero salvar a Suga

— ¿por qué? Dime cuál es la razón

— porque yo... yo lo amo

Jungkook sintió un dolor en su pecho al escucharla, en su rostro se formó una mirada seria, como si estuviera enojado aunque no fuera así. Por un par de segundos colocó su vista en otra dirección, hizo un gesto con la boca y luego río con ironía.

— quisiera decir que no, pero me duele que lo ames —habló con amargura el muchacho, sin aún dirigirle la mirada a la joven— Suga es un maldito por tenerte así, no merece tu amor, jamás debió acercarse a ti sabiendo su pasado y su propósito, todo este tiempo debió haberte mantenido alejada de él —Jungkook ahora si con enfado dirigió su mirada a la muchacha— le advertí que no te lastimara.. pero aún así lo hizo

— Jungkook pero ¿de que hablas? No entiendo... por favor dime que es lo que está pasando

— te contaré todo ahora mismo así que escucha con atención...

Suga llegó a su departamento después de irse de la casa del moreno. Todo a su alrededor estaba destruido, sentía tanto enojo que había destrozado su departamento en un ataque de ira, solo un objeto se mantenía intacto, y ese era el piano, y ahora ya más calmado se encontraba sentado frente él, tocando las teclas en una melodía lenta y profunda, ignorando por completo las heridas y el dolor de sus lastimados nudillos.

Su decisión estaba tomada, hiria a buscar a su hermano para cobrar esa venganza que había esperado por años. 
Por un tiempo esa idea se habia borrado de su cabeza sintiendo felicidad por la vida que llevaba, pero tras escuchar que su hermano se encontraba en Daegu, no tenía nada más en su cabeza que solo su pasado.

El reloj marcaba las 11:45pm, a la media noche tenía planeado irse para nunca más volver. El hombre llamado Park Yoochun quien horas atrás Namjoon le habían presentado, se había ofrecido a llevarlo hasta Daegu y Yoongi había aceptado, claro todo esto sin que su amigo Namjoon se diera cuenta, ya que no quería que nadie se enterara que se iría.

Dando una última caricia al piano, se levantó y tomó una pequeña mochila que minutos atrás había preparado, luego pateo las cosas que se encontraban en su camino y se dirigió a la puerta para irse al lugar donde Yoochun lo estaría esperando.