By the wings

5


Habían transcurrido tres días, los cuales habían sido un infierno, aquel desconocido entraba tres veces al día, para dejarle un pan junto con un vaso de agua, de vez en cuando le soltaba un golpe por la actitud de la chica, pero, ¿Acaso podemos culparla?


-¡Déjame...! -Grito removiendo, mientras el treintañero forcejeaba para quitarle la blusa.


La menor en un ataque de pánico, tiró tan fuerte de sus manos que logró romper las sogas, las cuales ya había intentado desde el día uno.
Cos sus muñecas ya libres, aunque, rojas e inflamadas con pequeñas raspaduras, las apoyo en el sucio suelo, para tomar fuerza y propinarle una patada justo en su intimidad.


-¡Maldita perra! -Grito agarrando su la zona afectada, revolcándose de dolor en el suelo.


Madeline aprovechó para ponerse de pie y correr como pudo. Sentía que en cualquier momento caería al suelo.
Al ver las llaves del auto, las tomo y rompió una ventana para salir. Una vez fuera, se montó en el asiento del piloto, para poner el seguro y encender el motor.


-¡Mierda! No se como hacer esto.. -Susurro para si misma, con sus ojos cristalizados ante el miedo.


Como pudo, pisó el acelerador y tocó algunas cosas, comenzando a conducir, por suerte no había vecinos, así que nadie saldría herido por la novata, aunque también era mala suerte para ella.


Al cabo de unos minutos, comenzaron a hacerse ver casas, frenó de golpe el auto, yendo hacia delante con fuerza, golpeándose el rostro contra el cristal.
Su nariz y frente sangraban, pero no lo noto hasta sentir el metálico sabor en sus labios.


-¡Ayuda! -Comenzó a gritar, golpeando de forma brusca las puertas.-


Finalmente piensas algo coherente, querida Madeline..




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